Lo primero que le viene a uno a la cabeza al encontrarse con este Atlas de las ciudades perdidas es aquel estupendo libro de Italo Calvino, Las ciudades invisibles. Y no es que tengan mucho en común, porque el uno es una obra literaria y el otro, en cambio, una obra a mitad de camino entre el reportaje, la geografía y la historia; pero ambos comparten la atracción insondable de los lugares perdidos. Aude de Tocqueville, como no esperaba menos, ha colocado un epígrafe del escritor italiano, encabezando su texto. Lo que no me queda muy claro es lo del título, porque perdidas, lo que se dice perdidas, no están todas las que se recogen en el atlas.
La autora recoge 44 ciudades agrupadas por continentes —Oceanía no está presente—. Estas ciudades pueden estar "perdidas" por varias razones: porque hayan sucumbido con la civilización en la que nacieron, porque hayan sufrido algún desastre natural o humano, o porque sean producto de la especulación. En principio, los amantes de la historia inclinarán sus preferencias por esas ciudades con solera como Cartago, Teotihuacán, Mari, Pompeya o Angkor. Pero pronto irán descubriendo que el anecdotario es muy rico y variado, y que el atractivo no lo determina solamente el prestigio de los años. Por aquí desfilan ciudades surgidas de la pasión amorosa, del ansia de ganar dinero rápido, de la locura megalómana de algún dirigente y de la necesidad de explotar los recursos de la tierra, aunque lo que las ha colocado en este atlas no sea su nacimiento, sino su desaparición.
Es cierto que no todas han desaparecido; muchas porque subsisten en forma de restos arqueológicos y mantienen una actividad turística en torno a ellas verdaderamente frenética; algunas porque todavía se resisten a desaparecer a pesar del absurdo que supone estar donde están. También es cierto que todas ellas nos ofrecen una historia que merece ser recordada y que la autora ha sabido extractar suficientemente bien como para que mantenga el atractivo a pesar de su brevedad.
Un libro-regalo para todas aquellas personas a las que les gusten las anécdotas históricas y recientes, los cuentos, las aventuras descabelladas, la geografía más popular y los viajes, porque bien puede ser este atlas una guía para preparar el próximo viaje a alguna de las ciudades perdidas que aquí se recogen. Y un libro-regalo por el bello objeto que ha realizado la editorial. Podéis echar un vistazo a su interior en este enlace —contenidos extra—.
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