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miércoles, 19 de noviembre de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Gerard Manley Hopkins)

Editorial
 #unlibrounpoema 


Salvo algunas traducciones esporádicas en revistas o en antologías generales  —caso aparte es el libro de D. Alonso Poetas españoles contemporáneos—, esta, creo, es la primera ocasión que se traduce al castellano una cantidad importante de poemas de G. M Hopkins (1844-1889) para formar con ellos una antología que pueda ofrecer al lector de este idioma una idea fehaciente de su quehacer poético. 

Hopkins, si bien es un poeta del siglo XIX,  permaneció inédito hasta 1918, año en que su amigo y también poeta, Robert Bridges, dio a conocer una primera edición de su poesía. 

No busquéis la belleza de su poesía en la fe de un hombre de iglesia, sino en su expresión.



LA GRANDEZA DE DIOS


El mundo lo blasona: la grandeza de Dios.

    En llamaradas saldrá, cual brillo de lámina agitada;

    cual rezumado aceite exprimido se engrosa en grandiosidad.

¿Por qué los hombres no reconocen su vara?

Generaciones lo han pisado, 
pisadopisado;

    y todo lo marchita el comercio, manchado y nublado el afán;

    y viste el borrón del hombre y comparte el olor del hombre pelado

está el terreno ahora y, calzado, el pie no lo puede notar.



Pero a pesar de todo, jamás 
la naturaleza se gasta;

    allí vive la más preciosa lozanía muy dentro de las cosas;

y aunque la última luz deje el poniente oscurecido,

    oh, en la orla del oriente surge la aurora,

porque el Espíritu Santo sobre el mundo torcido,

    empolla con su cálido pecho y con , ah, fúlgidas alas.







LA NOCHE ESTRELLADA


¡Mira a las estrellas! ¡Alza la vista al cielo!

    ¡Mira sentada en el aire esa raza ígnea!

    ¡Las bellas villas, ciudadelas en círculo!

¡Los foscos bosques en que se hunde el diamante! ¡Los ojos de los elfos!


¡Las grises praderas frías donde yace el oro, el vivo oro,

     el blanco rayo donde bate el viento! ¡Álamos aéreos en llamas!

    ¡Palomas, copos, flotando en un temor de granja!

¡Y bien! Todo se compra, es recompensa todo.



¡Compra, pues! ¡Puja! ¿Qué? Preces, paciencia, 
votos, limosnas. 

¡Mira, mira: marasmo de mayo, como ramas del huerto!

    Mira: flor de marzo, como en sauces que mela el amarillo.

Esos son en verdad el granero: de puertas adentro moran

los tresnales. Esta estacada brillante guarda dentro

    de casa al esposo Cristo, su madre y todos sus santos, a Cristo.







PAZ


¿Cuándo, paloma torcaz, Paz, plegarás tus alas tímidas

y terminarás tu vagar en torno a mí, y estarás bajo mis ramas?

¿Cuándo, cuándo, Paz, querrás, Paz? No seré hipócrita

ante propio mi corazón. Admito que a veces vienes; pero

esa paz poco a poco es poca paz. ¿Qué paz pura permite

alarmas de guerra, las desalentadoras guerras, su muerte?



¡Oh cierto, Paz, que mi Señor debería dejarme en su lugar

algún bien! Y así deja la Paciencia 
exquisita

que asciende a la P.az postrera. Y cuando la Paz aquí se hospeda

Él viene con algo que hacer, no viene a arrullar,

viene a empollar y posarse.


***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

lunes, 17 de noviembre de 2025

INTUCIÓN, CASUALIDAD O PRECOGNICIÓN

¡Sé escriba! ¡Graba esto en el corazón
Para que también tu nombre sobreviva!
El papiro es mejor que la piedra tallada.
Un hombre ha muerto: su cuerpo se convierte en polvo,
Y sus familiares se extinguen.
Un libro es lo que hace que sea recordado
En la boca del hablante que lo lee.

Así recoge Alberto Manguel en su delicioso Una historia de la lectura (p. 259) uno de los múltiples textos editados en inglés por Miriam Lichtheim en Ancient Egyptian Literature.

Nadie ignora desde hace siglos la enorme capacidad que tiene el arte para hacer que permanezcan vivos a través del tiempo personas y acontecimientos. Shakespeare ya lo decía en el  soneto 55:

Ni el mármol ni los oros de regios monumentos
podrán vivir más tiempo que esta pujante rima,
pues tú aún más radiante refulges en mis versos
que en la gastada losa que el tiempo ensucia encima.

Cuando ruinosas guerras derrumben las estatuas
y arrase las murallas su embate destructivo,
ni el fuego de la guerra ni Marte con su espada
incendiarán la estela de tu recuerdo vivo.

Contra la muerte y contra cualquier hostil olvido
perdurarás por siempre, y tu loor fecundo
verán ante sus ojos los hombres de otros siglos
que hasta el fin del Tiempo fatiguen este mundo.

Hasta que llegue el Día del Juicio y te levantes,
tendrás vida aquí mismo y en los ojos amantes.


Y un buen puñado de siglos antes que él, Horacio en la Oda 30 del Libro III:


He dado cima a un monumento más perenne que el bronce y más alto que el regio sepulcro de las Pirámides; tal que ni la lluvia voraz ni el aquilón desatado podrán derribarlo; ni la incontable sucesión de los años, ni el veloz correr de los tiempos.

No moriré yo del todo y gran parte de mí escapará a Libitina. Sin cesar creceré renovado por la celebridad que me espera, mientras al Capitolio suba el pontífice con la callada virgen De mí se dirá —allá por donde violento el Áufido retumba
y Dauno, escaso de agua, reinó sobre pueblos montaraces— que, poderoso a pesar de mi origen humilde, fui el primero en llevar el canto eolio a las cadencias itálicas.

(Traducción: José Luis Moralejo

Es incontestable que gracias a la escritura hoy sabemos de la existencia de muchas personas que de otra manera serían nada más que materia de olvido. Lo que me sorprende es que en torno al 1300 a.n.e. un escriba del Antiguo Egipto fuera ya consciente de ese capacidad. Ciertamente, han llegado hasta hoy algunos nombres de escribas que, dicho sea de paso, son conocidos por especialistas como Miriam Lichtheim, que se ocupan de estudiar y traducir sus textos. Pero, salvo contados casos, no hacían nada parecido a lo que entendemos por literatura, y sus textos eran leídos por una ínfima parte de la población, y no creo que ninguno de ellos imaginara en algún momento que muchos siglos después de sus existencia iban a aparecer inventos que permitieran la reproducción continua por todo el mundo de sus textos. 

¿Simple intuición, casualidad o se estaba refiriendo a las dos o tres generaciones siguientes a la suya como forma de "perdurar"?



***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

miércoles, 12 de noviembre de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Carlos Bousoño)

#unlibrounpoema
En librerías


Cuando estudiaba el desaparecido COU recurrí en numerosas ocasiones a los libros de crítica literaria de Dámaso Alonso, entre ellos estaba 
Seis calas en la expresión literaria española, que habían escrito mano a mano él y quiien había sido uno de sus alumnos más destacados, Carlos Bousoño. De allí llegué a este doble poemario, Oda a la ceniza y Las monedas contra la losa, de la entonces omnipresente Losada. Ambos fueron Premio de la Crítica, ambos se encuadraban en lo que entonces se conocía como poesía de tendencia existencialista y también como poesía desarraigada.

Del primer título tomo estas dos "salvaciones":   



SALVACIÓN DEL AMOR


                        A José Hierro

Seguid.
Agarrad un trozo de madera, salvadlo de llamas,
de devastaciones, de miedos.

Nuestro nombre se borra, nuestras obras desaparecen, se
confunden, se ahogan,
pero quede sin duda el silbido de la propagación,
la religión de la permanencia de algo
dudoso, intermedio, increíble:
eso que el niño hace cuando juega, eso
que tiene nombre de llama y no quema
ni resplandece en la noche. Salvad un sonido,
salvad tan sólo un número caliente,
un ademán tan sólo susurrado
entre dos luces,
un gesto pálido de un caballero solo,
luego enterrado entre jazmines. Poned
esta flor en el ojal de un triste,
recoged al caído en su sueño
de amor, al penumbroso,
apenas aquejado.
En el fondo del pozo hay una lágrima,
una lágrima grande como un niño
una queja, un recogido amor a alguien
muerto hace mucho. Salvadlo por amor
de la vida. Salvadlo por amor de la continuidad del amor.
Salvadlo por amor
del hombre.
                  Esto que viene tiene que ser hombre,
tiene que ser amor y propagar amor,
y tiene que ser costumbre de amor
sin esperanza ni premio de otro amor.

Sois vosotros los llamados, los elegidos
para que decidáis si ha de durar el gesto generoso
de vivir como vida en más que vida,
de aceptar con modestia ser tan sólo
un puente en el camino,
un puente tenebroso, esclarecido
por el amor tan sólo…





SALVACIÓN EN LA PALABRA
(EL POEMA)


                                        A Jorge Guillén

1

Dejad que la palabra haga su presa lóbrega,
se encarnice en la horrenda miseria
primaveral, hoce del destino, cual negra teología
corrupta.
             Súbitas, algunas formas mortales,
dentro del soplo de aire
permanente e invicto.
La palabra del hombre, honradamente
pronunciada, es hermosa, aunque oscura,
es clara, aunque aprisione
el terror venidero.
Hagamos entre todos la palabra
grácil y fugitiva que salve el desconsuelo.
…Como burbuja leve la palabra
se alza en la noche, y permanece
cual una estrella fija entre las sombras

2

Y así fue la palabra
ligero soplo de aire
detenido en el viento,
en el espanto,
entre la movediza realidad y el río
de las sombras. Ahí está detenida
la palabra vivaz, salvado este momento
único
entre las dos historias.
…De pronto el caminar fue duradero
y el hombre inmortal fue,
y las bocas que juntas estuvieron
juntas están por siempre.
Y el árbol se detuvo en su verdor
extraño, y la queja
ardió en una zarza
misteriosa.

3

Allí estamos nosotros.
Allí dentro del hálito.
Tú que me lees estás allí
con un libro en la mano.
Y yo también estoy.
Tú de niño, cual hombre, como anciano,
estás allí.
Tu corazón está con su amargura,
ennoblecido y muerto.
Y vivo estás.
Y hermoso estás.
                         Y lúcido.

4

Todo se mueve alrededor de ti.
Cruje el armario de nogal, salpica
el surtidor del jardín.
Un niño corre tras una mariposa.
Adolescente, das tu primer beso
a una muchacha que huye.
Y huyendo así, huye nada,
quieto en el soplo tenue.

5

Y así fue la palabra entre los hombres
silenciosa, en el ruido
miserable
y la pena,
arca donde está el viento detenido
y suelto,
acorde suspendido y desatado,
leve son que se escucha
como más que silencio, en el reposo
de la luz, de la sombra.
Así fue la palabra,
así fue y así sea
donde el hombre respira,
porque respire el hombre.

***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

miércoles, 5 de noviembre de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Fray Luis de León)

#unlibrounpoema

Por extraño y  miserable que pueda  parecer este es el único libro —si es que a este cuadernillo mal encuadernado y con un papel de muy baja calidad puede atribuirse el nombre de libro— que yo poseo de Fray Luis de León (1527-1591). Ni la magnífica edición de Castro, ni la que editó Cátedra de la mano de Alcina, ni la de Planeta, que corrió a cargo de Ángel Custodio Vega. Tengo este que un diario sacó para acompañar seguramente al ejemplar de algún fin de semana, hace ya más de treinta años —esto lo sé porque en los créditos aparece el año de publicación, 1991, es decir, para conmemorar el cuatrocientos aniversario de la muerte del poeta—.

Como decían los manuales de bachillerato de mi época de estudiante, fray Luis de León perteneció a la escuela salmantina, siempre de expresión más sobria y próxima a los clásicos que la escuela sevillana, cuyo representante más alto fue Fernando de Herrera

A mí lo que más me gusta de su poesía es la extraordinaria sencillez y limpieza del lenguaje con que compone. Todo es claro y llega de forma inmediata. Formas simples y muy depuradas. 

Hoy dejo aquí las magníficas liras cantando las bondades de la vida retirada:
 

¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;

Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!

No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.

¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento,
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?

¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.

Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.

Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido.

Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.

Del monte en la ladera,
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.

Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.

Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo.

El aire el huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea
con un manso ruïdo
que del oro y del cetro pone olvido.

Téngase su tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.

La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna, al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.

A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla,
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada.

Y mientras miserable-
mente se están los otros abrazando
con sed insacïable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.

A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.

Y si estás por Madrid, tal vez te pueda interesar esto.
***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

lunes, 3 de noviembre de 2025

TODA LA BELLEZA DEL MUNDO, Jaroslav Seifert

No siempre leemos los libros cuando los adquirimos. Este libro se ha pasado muchos años esperándome, y si no llega a ser por la entrada que hice hace unos días dedicada a la poesía de su autor, tal vez hubiera seguido dormitando en la estantería. La poesía me llevó a las memorias, a ella le debo el inmenso placer de haber descubierto la prosa ágil, limpia y gratificante del Nobel checo.

Toda la belleza del mundo comienza con estas líneas: En la calma de la memoria, y sobre todo cuando cierro fuertemente los ojos, en el momento que quiero, veo los rostros de muchas bellas personas que he conocido en la vida y de algunas de las cuales fui amigo; entonces me vienen los recuerdos, uno tras otro, cada vez más hermosos. Y me parece que fue ayer cuando hablé con toda aquella gente. Aún siento el calor de las manos que estreché.
Aún oigo la risa feliz de Šalda, la voz irónica de Toman y la silenciosa manera de contar de Hora; y en esos momentos tengo la sensación de que sería una lástima que no anotase por lo menos algunos de aquellos instantes, aunque sólo se trate de una frase fugaz o de un cuento corto, no más largo de lo que suele ser una anécdota. Eran personas bellas e interesantes, y posiblemente yo soy uno de los últimos que tuvo encuentros amistosos con ellas...

A partir de ahí surgen un sinfín de situaciones, de momentos, de personajes, de rincones de la ciudad, de recuerdos, que van ofreciéndonos una imagen cada vez más clara del hombre que quiso contener en las páginas de un libro toda la belleza del mundo, que no es otra cosa que la belleza vivida y compartida a lo largo de los años y el descubrimiento de que lo vivido adquiere más realidad cuando lo ponemos por escrito, porque eso permite poder volver a estrechar las manos de la gente a la que quiso, volver a oír sus risas y sus voces, aunque ya se hayan apagado hace un tiempo.

Y no es que Seifert solamente cuente los momentos felices. En absoluto. La belleza está en saber contar de tal modo que nosotros podamos percibir momentos, relaciones y lugares con la viveza y la veracidad de quien los vivió. De construir un hilo de palabras que nos transmitan con exactitud emocional —ni tan siquiera importa la exacta veracidad de lo que nos cuenta—. La belleza está en que su narración nos envuelva y nos acoja dentro de ella. Y Seifert sabe hacerlo.

Las memorias de grandes escritores tienen además el atractivo de que por ellas desfilan una multitud de personajes de la cultura, lo que hace que se exciten las ganas de conocer y leer a esos otros, si es que no los conocemos. Son como matrioskas que nos van revelando nuevas posibilidades de lectura, nuevos paisajes literarios desde el amplio conocimiento de la cultura y la escritura de la época que tienen quienes han sido figuras destacadas de ese ámbito. 

Otro tanto ocurre con el espacio habitado. Según vamos avanzando en la lectura, Praga se nos manifiesta como un personaje más, y hayamos estado en ella o no, van creciendo las ganas de volver o de visitarla por primera vez. Sabido es que las mejores guías para recorrer un lugar suelen ser los buenos libros de reportajes o, como en este caso, las memorias de algún ciudadano ilustre cuya vida se ha desarrollado prácticamente toda ella en la ciudad de la que se nos está hablando.  

Una deliciosa anécdota final. Nos situamos hacia el final de su vida, en uno de los ingresos hospitalarios que tuvo que sufrir: Una vez, en uno de los policlínicos me prescribieron la ionoforesis. Estuve esperando con otros enfermos a que me llamaran. Cuando llegó mi turno y oí mi nombre, la enfermera me puso la compresa de calcio. Luego me miró con fijeza y me preguntó de sopetón: 
    —¿Le gustan las poesías?
    —Sí —respondí sorprendido— ¿Por qué me lo pregunta?
    —Pues como se llama usted igual que Jaroslav Seifert...

***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

miércoles, 29 de octubre de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Sesquicentenario A. Machado, 6)




Editorial
Aprovecho el número mil de la colección para fundir las dos secciones, la del sesquicentenario de A. Machado y la de Un libro, un poema. Este número fue un homenaje al poeta sevillado a través de la colaboración de 83 plumas destacadas de la nómina de la editorial. Se les pidió que escribieran un poema de homenaje a partir del verso encontrado en el bolsillo de la chaqueta de Machado, el famoso Estos días azules y este sol de la infancia

Yo no puedo recoger aquí todos. Como no son muy largos, he cogido tres de tres generaciones distintas: 

(1923) 


PLAZOS

Ha pocas horas que pasaron
los minutos -inútiles- de paz.

Hace una vida que empecé
a ser, por puro azar, un río
que abrazó con sus aguas
otro entretejido cauce.

Siempre fue poco el tiempo que duró
aquel gentil rebatir tiempos.

Hace ya más de un año infinito
que empezó la insondable
soledad con cenizas.

Ahora, pasa "estos días azules
y este sol de la infancia",
la muerte sembró sombras
donde para aparezca.


***


(1959)

EL ÚLTIMO VERSO DE ANTONIO MACHADO


No parece gran cosa,

no deslumbra,

                    apenas

unas pocas palabras gastadas por el uso:


Estos días azules y este sol de la infancia.


Pero todo cabe en ellas,

no se terminan nunca.


                                Quizás por eso

yo las evoco ahora frente al mar.


***


(1980)


ANTONIO MACHADO ESCUCHA LAS SOMBRAS 
DEL ATARDECER EN LONG ISLAND

Te llaman Nuevo Mundo
pero cierro los ojos y el frío es una nube
que contiene la historia.

La tristeza es antigua.

Llueve,
llueve en cada palabra
y en los versos que escribo.

Estos días azules y este sol de la infancia son la lluvia
empapando una casa derruida.

La patria del solor es el océano.

Puedo escuchar tambores victoriosos
que ensordecen la noche de los desterrados.

Puedo escuchar las nubes deslizándose,
                                                    las corrientes marinas
y el paso d elos jóvenes trepando sobre el llanto de los embarcaderos.

Es este eel porvenir,
contemplar cómo avanzan los ejércitos,
cómo el fuego devora los labios y las nubes
en este atardecer de púlpitos y sangre de inocentes,
sangre limpia y diáfana
que un día fue el amor y fue el relámpago.

Puedo escuchar, pero de nada sirve,
no sostiene mi voz el canto de los niños ni la aurora
sobre la patria ajena d ela felicidad.

Es este el porvenir,
una tarde de lluvia volcada en el océano,
una sombra que acecha los nombres y los cantos,
el rostro d emi madre bajo la tierra estéril.


***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

miércoles, 22 de octubre de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Jaroslav Seifert)

Editorial
#unlibrounpoema 

Recuerdo haber leído en una entrevista con Clara Janés que ella aprendió checo para poder leer a Holan en su propia lengua. Luego no solamente lo leyó, sino que lo tradujo y tuvo una entrevista con ella, él, que no concedía entrevistas practicamente a nadie. 

Gracias a aquel aprendizaje, nos entregó hace ya muchos años esta traducción de un puñado de poemas de Seifert, Premio Nobel en 1984 y hoy poeta olvidado por estos pagos. Yo mismo no le heprestado demasiada atención, pues, una vez leído, quedó en la estantería sin otra ocupación que la de ir acumulando polvo.

Es cierto que por entonces no había internet, yo no tenía un blog dedicado a la poesía y ni tan siquiera me atreví a dedicarle una tertulia cuando unos pocos años después las puse en marcha. Hoy le saco del olvido.




APAGAD LAS LUCES

En silencio. Que no se caiga el rocío
que tiembla en la punta misma de las pestañas;
sin hacer ruido. silenciosamente. sin patetismo,
a aquella noche le digo: no fuiste de las peores.

Con las alas de la guarda
de las tinieblas, no nos envolvió tu ángel,
que con nosotros estaba, oh noche seria
después de frívolas noches, con violencia.

Y el grito que por tu alfombra se extiende
cuando de horror las manos nos estrechamos,
ese espantoso grito que puede oír cualquiera todavía,
una llamada dulce es para mí.

¡Apagad las luces! que no se caiga el rocío
que tiembla en la punta misma de las pestañas;
sin hacer ruido, silenciosamente, sin patetismos,
digo: cuál, cuál era la claridad

de aquella noche en que todo oscureció,
en que todos como sombras
en su tronco se encogieron.
Sé bien, sé muy bien que entonces hubiera sido mejor
oír el estruendo.





PAN Y ROSAS

Entre dos polos se tensa el mundo
como la piel del asno.
La vida, entre dos cosas:
pan y rosas.

Se oye el mundo, redoblan los tambores.
Para cosas pequeñas, guerra grande.
Ganador y vencido vuelven a casa.
¿Qué distancia, qué distancia haya casa?

Dos dados, dos palabras maravillosas,
en la corneta de la historia: pan y rosas.
Volver a tocar sobre el tambor volcado
moviendo con violencia la corneta en las manos.

Sobre la piel de asno del tambor de guerra,
para nuestro amor, el hambre y la muerte espera.





CANCIÓN

Agita un pañuelo blanco
el que se despide.
Cada día acaba algo,
acaba algo muy hermoso.

La paloma mensajera bate el aire con las alas,
de vuelta a casa.
Con esperanza y sin esperanza
siempre volvemos a casa.

Sécate las lágrimas
y sonríe con los ojos llorosos,
cada día empieza algo,
empieza algo muy hermoso.


***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

miércoles, 15 de octubre de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Sholeh Wolpé)

Ejemplar del KM
 #unlibrounpoema 

Como se puede ver ppor la entrada de hoy, mi mayor fuente de lectura y aproximación a los libros continúa siendo la biblioteca del Koldo Mitxelena. Gracias a ella esta semana he conocido a Sholeh Wolpé, una poeta nacida en Teherán, galardonada con premios como el PEN/Heim en el 2014, el Midwest Book Award en el 2013, el Lois Roth Persian Translation Prize en el 2010, y ha recibido estancias y residencias artísticas en los EE. UU., México, España, Australia y Suiza. en la actualidad, según se puede leer en la contraportada de este ejemplar, reside entre Barcelona y Los Ángeles. En esta misma contraportada nos advierten de que quien lee a Wolpé queda atrapado en su mundo, que desgrana complejidades del exilio, el hogar, la familia, el amor y todo lo que queda por el camino. Así en este Ábaco de la pérdida, cuyas cuentas nos van refieriendo cada una de las pérdidas que el camino le ha ido dejando a la poeta, aunque no todo cuanto recoge el poemario lo son, como podemos leer en los cuatro últimos apartados. 



Del primer apartado, El color de la pérdida, tomo este poema:


CUENTA II

La pérdida es una lengua

que todos hablamos bien,

un gemido que resuena

entre las costillas, la desdicha

que se convierte en dicha.





Del segundo, Al mundo le crecen murallas de espino, este otro:

CUENTA III

Todos los viernes el abuelo nos lleva a mí y a mis hermanos a un circo lleno de tigres, elefantes, caballos y hombres sin camisetas con mallas relucientes. Hay mujeres más pequeñas que mi cuerpo de niña, animales más grandes que mi cuarto. Todo es extremadamente divertido hasta que aparece el gigante de cuatro caras. Mis brazos empiezan a temblar. Los escalofríos me recorren hasta la punta de los dedos. El abuelo me toca el hombro y me dice: Es solo una máscara en su cabeza.

Pero yo sé que no

porque todo lo que se ama

—un hermoso día con el abuelo

en aquel circo de Teherán,

el algodón de azúcar pegajoso derritiendo

su canción rosada en mi boca,

mis hermanos, traviesos, con dientes de alegría—

arde siempre hacia un futuro

aún por llegar,

fuegos artificiales en mi mente,

chispas soldadas a cada recuerdo.





Del que ceirra la colección, Recuento, el que cierra el poemario:

CUENTA III

Escucha, 

nada es demasiado insignificante 

para la gratitud.


        Un toque a medianoche, una patadita

        en el vientre,

dientes en la boca,

este cuenco de arroz humeante.


Una mujer en el café del pueblo 

observa a su hija tomar té

de una taza redonda y lisa como su cabeza,

                                            calva por la quimioterapia,

radiante bajo el sol de la mañana.


Un hombre monta su tienda de cartón a un lado de la carretera

y se tapa hasta el mentón con una colcha azul desechada para protegerse del frío.

Otro se salta un bache con su Tesla

y dice: MIERDA, haciendo que sus hijos se rían a carcajadas.


        La mujer se llevará a su hija a casa

y le besará las mejillas aún calientes.


Dilo:

        gratitud.


Las sábanas de algodón, el techo, tu aliento;

la servilleta de papel arrugada en la que escribo

        y esta pluma barata en su último tramo de tinta.

***
Espero y deseo que el acuerdo de tregua entre Hamas e Israel pueda llevar una paz duradera y estable a la región. 

Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).