Este poemario tiene ya 18 años; no es, por tanto, un descubrimiento, pero si alguien se acerca por primera vez a él me atrevería a sugerir que lo leyera después de ver la entrevista con Manolo Romero que aparece más abajo. Y es que conviene situarse en los pocos años de la autora cuando lo escribe, en la maestría técnica que demuestra para trabajar diferentes estrofas y medidas, y en la frescura con que aborda temas y maneras. No en vano le concedieron el XIV Premio de Poesía Hiperión.
Os dejo un par de ejemplos:
DUELO HOMÉRICO
El pelo rizado cubierto de polvo, en desorden la túnica blanca,
Antípator llega corriendo a la tienda de Aquiles. Aquiles, sentado,
se muerde los labios y le duele el alma
Es cosa terrible lo crueles que pueden llegar a ser las palabras.
—La tierra está mojada y huele a tierra
bajo su peso. Han roto los cristales
en su sangre, violado los umbrales
del templo y saqueado cuanto encierra.
En las más altas cimas de la sierra
hay nieve. Sus heridas son iguales
que rosas… Quien escriba los anales
“guerra” dirá sin conocer qué es guerra.
Verás la cara cruel del basilisco,
y el viento es frío. Pero las ovejas
aguardan el cayado y el aprisco.
No llores. Déjalo para las viejas.
Tan dulce yace, que ante su obelisco
la Muerte misma enarcará las cejas.
Aquiles rompió en alaridos, maldijo la muerte, la vida, la guerra, a
Dios y a sí mismo,
desoyó consejos y durante horas lloró haciendo estrago a su paso.
Pero por la noche, agotado, con los ojos secos y los labios rotos,
sólo se le oía en lento susurro: “Patroclo, Patroclo, Patroclo…”.
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QUIERO SER RENTISTA YO TAMBIÉN
¡Ah, saperlipotte de saperlipotte!, ¡caramba!,
yo seré rentista; y para ello no hace falta
desgastar los calzones en los bancos...
ARTHUR RIMBAUD
Quiero ser rentista yo también
y vivir lejos del doble pupitre,
del irritante griego y su optativo
y el aoristo inefable.
Yo quiero ser rentista.
Vivir del flujo del dinero muerto,
sin libros ni problemas.
Quisiera ser rentista.
Vivir, morir tal vez, pero a mis anchas.
Y aquí la entrevista de canalnortetv. Atención a la naturalidad con que pasa olímpicamente de los halagos y lisonjas del entrevistador, y la naturalidad con que explica lo que ella ha hecho. Si no os interesa la introducción, podéis ir directamente al minuto 6.