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El cometa C/2023 A3 el 30 de julio desde Farm Tivoli (Namibia). Imagen: Gerald Rhemann.
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El "cometa del siglo" pasará cerca de la Tierra. Así titulaba su artículo la CNN Español el pasado 10 de julio su artículo sobre la posible visita que nos hará este nuevo cometa descubierto en 2023 por el Observatorio Tsuchinshan el 9 de enero de 2023 y por el programa de vigilancia ATLAS desde Sutherland el 22 de febrero (de ahí los apellidos).
He tomado el titular de la CNN como lo podía haber tomado de cualquier otro medio de comunicación. Lo hago para señalar esa persistente tendencia de la prensa a magnificar y transformar en sensacional (sea o no prensa reconocidamente sensacionalista) algo que puede resultar muy normalito y que incluso pueda llegar a ser imperceptible para la inmensa mayoría de la población.
Las primeras frases del artículo son, cuando menos, llamativas: Un cometa único se aproxima a la Tierra, y es probable que sea el objeto más brillante del siglo XXI y que solo pueda verse una vez. Único es, como todos los cometas; son los que son y no son otros, y si son como este, que viene de muy, muy lejos (la nube de Oort) quiere decir que si no se deshace antes, tardará unos 80000 años en volver, o sea, que nadie de ninguna generación que hoy habita la Tierra podrá volver a verlo, y es muy posible que ningún habitante de la Tierra lo vea nunca porque en ese tiempo futuro no quede aquí, efectivamente, nadie.
Lo del objeto más brillante del siglo XXI simplemente da risa o es pura ignorancia de alguien que no suele mirar nunca hacia arriba cuando el día termina y no es capaz de distinguir un cuarto creciente de un cuarto menguante.
Lo de aproximarse, en astronomía, siempre es relativo, a no ser que se den los datos concretos en función de un lugar y un tiempo determinados. En este caso hay que saber que esa aproximación se refiere a que lo vamos a tener a un poquito menos de ¡60 millones de km de distancia! Pongamos una referencia: si el Sol se encuentra a una distancia media de 149 597 870 km, quiere decir que A3, si logra dar la vuelta al astro rey sin deshacerse, que puede ocurrir, estará a algo más de un tercio de la distancia que nos separa de nuestra estrella favorita. Para mí, terrícola que no tiene vista de rayos X, lejos, muy lejos.
Y, por último, verlo, lo que se dice verlo, pues puede que si hay suerte, se dan las mejores condiciones atmosféricas, tienes una vista excelente y te vas de la ciudad, puede que lo veas, pero te va a costar. Lo mejor es que te lleves, como mínimo, unos prismáticos 7x50. No parece, por tanto, que vaya a ser el cometa del siglo, ni cometa único, ni gran cometa. Normalito, como otros muchos, a los que se puede observar teniendo una buena información y, además, algún pequeño telescopio para que la sesión no resulte demasiado decepcionante por exceso de expectativas.
Cuando era pequeño se solía decir que los cazadores siempre andaban exagerando. ¿Qué tendremos que decir hoy de la prensa que se ocupa de las noticias sobre las cositas que podemos ver en el cielo nocturno de vez en cuando? Todo es único, extraordinario y superlativo... hasta que vuelve a serlo un par de semanas después. ¡Uf, qué cansancio!
Aprovecha la fotografía de Gerald Rhemann porque esa, y otras pocas más que aparezcan en octubre, va a ser la mejor imagen del cometa que tengas delante de tus ojos. Y si vas a salir de tu localidad a observar en vivo y en directo, hazlo el 12 de octubre.
Y mientras llega o no llega a ser visible a simple vista el cometa A3, tal vez puedas disfrutar del eclipse parcial de la Luna esta madrugada entre las 2:41 y las 6:47 de la mañana, hora peninsular (entre las 0:41 y las 4:47, hora UTC).
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