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| Fuente:turismodeestrellas.com |
"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
viernes, 7 de noviembre de 2025
BALANCEO DE LOS ANILLOS DE SATURNO
jueves, 6 de noviembre de 2025
RETRATOS DE AMANTES (Madeleine Knobloch), 33
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| Madeleine Knobloch. Fuente: The Courtauld. |
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| Fuente: abc.net.au/ |
miércoles, 5 de noviembre de 2025
SESQUICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE ANTONIO MACHADO, 8
Con motivo del sesquicentenario del nacimiento del sevillano, este recital poético-musical es un recorrido por la poesía que escribió desde sus primeros versos hasta los que compuso en sus últimos días, para celebrar su obra.
El desarrollo del acto tiene dos partes claramente diferenciadas; una sobre fechas que presenta de forma sucinta los hechos biográficos más relevantes del poeta así como los acontecimientos socio-culturales que se suceden. La otra, está formada por los poemas, según avanzan las fechas, agrupados conforme fueron publicados.
Entre cada apartado, la música de guitarra, con piezas clásicas de la época, crea el ambiente propicio para recibir los poemas de Antonio Machado.
UN LIBRO, UN POEMA (Fray Luis de León)
¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento,
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?
¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.
Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.
Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido.
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.
Del monte en la ladera,
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.
Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo.
El aire el huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea
con un manso ruïdo
que del oro y del cetro pone olvido.
Téngase su tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.
La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna, al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.
A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla,
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada.
Y mientras miserable-
mente se están los otros abrazando
con sed insacïable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.
Y si estás por Madrid, tal vez te pueda interesar esto.
martes, 4 de noviembre de 2025
TALLER DE ESCRITURA POÉTICA, 2
En mi opinión, este es el método más creativo, el que ofrece mayor cantidad de información para sentarse serenamente y reflexionar sobre ella. Aborda muchísimos puntos de vista y ofrece en forma de "Notas" una ingente cantidad de máximas que podrían dar escribir numerosos libros sobre la poesía.
El buen humor y la ironía están presentes desde el título. El método no es lo que se podría entender precisamente por fácil ni rápido. La advertencia inicial incide en lo del humor y la ironía:
Como se puede deducir del tomo I, existe un tomo II. Está publicado en Pre-Textos, en Luna Libros. El autor, Jaime Jaramillo, tiene subido el tomo I en su página web.
El libro tien tres capítulos. En el primero, Captación, se ocupa de las herramientas típicas del lenguaje poético: metáfora, el ritmo, la melodía... En el segundo, Valoración, se dedica a desentrañar lo que, desde su punto de vista, es poesía y lo que no es poesía. También tiene interesantes reflexiones sobre el lenguaje y el quehacer poético. La tercera, Interpretación, está dedicada a reflejar lo que la poesía nos da, que no es una cuestión baladí. Todo ello sazonado con multitud de ejemplos y muy bellamente escrito. Sabiamente, la traductora, Margit Frenk Alatorre, ha recurrido en numerosas ocasiones a registrar ejemplos sacados de la historia de la literatura escrita en castelllano.
El título viene de una frase de Rainer María Rilke: atreveos a decir lo que llamáis manzana. Se supone que antes de ponernos a escribir es necesario tomar una cuantas decisiones, decisiones que van convertir el poema en un éxito o en un fracaso. Esas decisiones son las que van a sustentar el poema, las siete maneras de nombrar una manzana para que deje de significar una simple manzana. El punto de vista es esencial en literatura. Buscar el propio es nuestra tarea.
lunes, 3 de noviembre de 2025
NIETZSCHE DESCOMPLICADO, 16
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| Editorial |
Lecciones de Aurora
JAIME ASPIUNZA
Entiéndase «lecciones» en el sentido, también, de enseñanzas pero, sobre todo, de lecturas o interpretaciones. Y si las voy haciendo, o dando, es porque Aurora es la obra menos conocida de Nietzsche, a pesar de que el propio autor la considerara fundamental: con ella comenzó su «campaña contra la moral».
No es que Nietzsche sea un inmoral, o un amoral; simplemente se ha propuesto la tarea, el cometido de luchar contra la moral, una moral concreta que es la de las postrimerías del cristianismo, la moral de «la renuncia a sí mismo».
Quizá sea chocante que una obra de título tan luminoso, y esperanzador –el subtítulo es «Son tantas las auroras que aún no han lucido»–, se dedique a la demolición de lo que en nuestra tradición parece lo más sagrado; hoy mismo, en pleno proceso de disolución, se echa en falta justamente esa buena moral antañona.
Quizá sea el título una de las causas de la escasa atención prestada a esa obra germinal: demasiado dulce para lo que de Nietzsche se espera. Aurora es ‘la hora áurea’, tiempo en que el aire parece de color de oro, el principio precioso del día, dorado o sonrosado –como más claramente trasluce el original, Morgenröthe, ‘arrebol de la mañana’–, canto religioso que abre una celebración festiva.
Los tonos, el momento, la connotación poco parecen tener que ver con el que se considera «el Nietzsche auténtico», ese Nietzsche energúmeno que –dicen– ha matado a Dios, pone de vuelta y media a los sacerdotes, el cristianismo, y es sospechoso, con su encomio de la fuerza, de haber inspirado a los nazis y…, probablemente también a los «Ángeles del Infierno». Y es que –también se oye– él quería ser el Fundador de una Nueva Religión.
Aurora propone un nuevo comienzo llevando a cabo la crítica de la moral cristiana o postcristiana, para hacernos ver que dicha moral responde a un «instinto de negación, de decadencia», a «la voluntad de no dejar que aflore la verdad» de que «la humanidad no marcha por el camino correcto» por dar un valor incondicional a lo no-egoísta… Él planteará un egoísmo bien entendido, entre otras cosas porque el susodicho no-egoísmo es bastante egoísta.
Pero esto es lo que, pausadamente, iremos viendo en los siguientes capítulos.
Aurora fue escrito en 1880 y en los primeros meses de 1881; se publicó en julio de 1881. Tres años antes había salido la primera parte de Humano, demasiado humano; en diciembre de 1879, la última, El caminante y su sombra. En 1882 Nietzsche publicaría La gaya ciencia, pensada en principio como continuación de Aurora. Estas tres, cuatro o cinco obras conforman lo que se suele denominar –artificiosamente– el periodo medio de su producción. Mas ajustada es la calificación de obras del «espíritu libre», pues en ellas trata de poner por obra la figura humana así bautizada.
Humano, demasiado humano, Más allá del bien y del mal, De la genealogía de la moral, Crepúsculo de los ídolos, El Anticristo son los títulos propiamente nietzscheanos, los «duros»; El nacimiento de la tragedia, Así habló Zaratustra, una manera de escapar de tales títulos: escapar, sin llegar a ningún sitio. Aurora y, quizás, La gaya ciencia son las obras más alegres, la recuperación del «interés» tras la condena y el sufrimiento de una vida enferma.
La gaya ciencia es frecuentemente visitada o, al menos, citada. De Aurora se oye poco, chirría como título nietzscheano, se diría más bien un nombre cursi de promesas imposibles. Y, sin embargo, es el comienzo del Nietzsche definitivo, el laboratorio de las ideas, donde Nietzsche practica «la exploración genuina», en un tono mucho menos dogmático y esencialista que en sus últimas obras. Como él dirá, exagerando un poco, solo un poco: «Este libro afirmativo no derrama su luz, su amor, su ternura más que sobre las cosas malvadas, les restituye “el alma”, la buena conciencia, el alto derecho y privilegio de existir». «No se ataca a la moral, sencillamente no entra ya en consideración…»
Él vio en esta pareja de obras el comentario –¡comentario escrito antes que el texto!– al Zaratustra, que publicaría entre 1883 y 1885. ¡No son, por lo tanto, escritos de una fase anterior, siquiera sea un preludio; son obras extrañamente posteriores, siempre que supongamos que el comentario algo tiene de subsiguiente! — Hay aquí una lógica enrevesada –la que Nietzsche apunta– que deberíamos respetar.
Podemos decir, entonces, que Aurora, La gaya ciencia y Así habló Zaratustra provienen de una matriz común. ¡Veamos cuál!


















