La obra poética de Olvido Gracía Valdés incluye, de momento, ocho títulos:
El
tercer jardín, Ediciones del Faro, Valladolid, 1986.
Exposición,
Ferrol, 1990.
ella, los pájaros, Diputación, Soria,
1994.
caza nocturna, Ave del Paraíso, Madrid, 1997.
Del
ojo al hueso, Ave del Paraíso, Madrid, 2001.
Y todos
estábamos vivos, Tusquets, Barcelona, 2006, premio Nacional de
Poesía 2007.
Lo solo del animal, Tusquets, Barcelona,
2012.
Confía en la gracia, Tusquets, Barcelona, 2020.
He leído solamente los seis primeros. De todos ellos el que más me gusta, pero estos son mis gustos, es el estupendamente sobrio y lúcido Y todos estábamos vivos. Se trata de un poemario amplio —tiene más de 200 páginas—, dividido en tres secciones, "Lugares", "No para sí" y "Sombra a sombra". En él recorremos el paso del tiempo y el dolor de la existencia, pero también está el gozo y la plenitud de cuanto nos rodea: el mundo y su pérdida. La vida misma.
Los poemas están construidos a partir de instantes, de pequeñas anécdotas, de situaciones entrevistas que al ser captadas por la poeta, se trascienden y se convierten en elementos universales por conformar trazos de reflexión sobre cuanto somos y vivimos. En algunos de ellos falta la puntuación final, el cierre, como si lo allí recogido continuara en otro sitio, fuera del texto.
oye batir
la sangre en el oído
reloj de los rincones
interiores
topo que trabaja galerías, gorrión
que
corre ramas
desnudas del tubo del ciprés
no
sabe
cómo de cálido es el manto
de
la tierra, cómo bordea o mueve
piedrecillas, si en
lugar más espacioso
la madre amamanta topillos de
la nueva
camada, ciegos olisqueando, cuál
la
temperatura
del hocico, de la ubre
ni
cuánto tardan pétalos, hoja
rizada del roble en
ser materia
del manto, cuánto hueso
de
carnero o cuervo o plumas
en empastarse e ir bajando
cubiertos
de otro otoño, nuevo corte
de
gente, mantillo, manto, maternidad
desde
dónde,
Perséfone, lo mira
lo contempla
en
su corazón sintiendo cómo late
la sangre en el
oído
Viene enero con la muerte
en su séquito,
anciana
de dulces rasgos y cáncer
en
vena cava y cóncavos
huesos del cráneo.
Así,
arrebatada y fría va pasando
junto
a nosotros, cerca de mí. La
miro adormecida o sapos
que recorren
los árboles bronquiales. La
miro
ahora, no sé si podré luego
como
a quien viene —porque
así ha de ser— sin
rencor.
De García Valdés hay mucho material en internet. A mí me gustan especialmente el programa que le dedicó la UNED (abril, 2015) en el que las profesoras Ana Isabel Zamorano Rueda y Rosa María García Rayego la entrevistaban (está dividido en dos audios: 1 y 2); y la conferencia que ofreció ella misma sobre su poética en la Fundación March (también incluye una antología).