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"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
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Traigo hoy dos interpretaciones muy distintas, ambas muy atractivas, de una de las composiciones más llamativas y misteriosas de François Couperin (1668- 1733).
Lo de misteriosa lo digo porque no se sabe con seguridad qué es lo que quiso decir. Se han hecho varias hipótesis, pero como el compositor no dio nunca ninguna aclaración sobre el tema, se quedan en meras hipótesis.
Hay quien dice que el título alude a las características de la música misma, siendo las continuas suspensiones en estilo laúd una barricada a la armonía básica, generando un enigmático impasse. Otros consideran que el título evoca un objeto; por ejemplo, Scott Ross compara la pieza ¡con un tren! Las misteriosas barricadas serían, según él, las que frenan el tren e intentan detenerlo.
Otras propuestas que se han hecho para explicar lo de las barricadas: una obstrucción a la comunicación humana, una barrera entre pasado y presente o entre presente y futuro, un límite entre la vida y la muerte, un impedimento entre lo inmanente y lo trascendente... y, así, otras muchas más. Lo cierto es que no sabemos por qué Couperin tituló así esta pieza.
Sea lo que sea lo que el francés quisiera comunicar en su momento con el título, la música es suficientemente atractiva como para que hoy la podamos seguir degustando, ya sea al piano de Éva Szalai o en la marimba de Anne-Julie Caron.
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La propuesta musical de este último domingo de marzo se llama Pathetique, una composición claramente jazzística con resonancias beethovenianas. Es obra de Paloma Cosano, joven compositora sevillana que es quien aparece en el vídeo dirigiendo al grupo Paloma y otros pájaros.
Los pájaro son estos:
Piano: Daniel García Diego.
Bécquer dejó escrito en su tercera carta Desde mi celda estas palabras cuyo sentido comparto plenamente: He aquí, hoy por hoy, todo lo que ambiciono: ser un comparsa en la inmensa comedia de la Humanidad y, concluido mi papel de hacer bulto, meterme entre bastidores sin que me silben ni me aplaudan, sin que nadie se aperciba siquiera de mi salida.
Tal vez de manera menos delicada he dejado yo también escrito lo que pienso sobre cuanto rodea los rituales que se producen en torno a la muerte, tanto laicos como religiosos. Y aquí es donde aparecen Lorca y Cohen, porque Lorca fue a Nueva York un poco muerto. Estaba en profunda crisis amatoria, crisis de identidad sexual, crisis de amistad con algunos amigos que no lo fueron tanto, y, para colmo, cuando llegó a la ciudad que ya entonces no dormía nunca, la gigantesca crisis financiera, el crac del 29, estaba arrojando víctimas por las ventanas de los rascacielos. Todo cuanto le rodeaba se caía a pedazos... y además no hablaba inglés, lo que acentuó su soledad, aunque intentó aprenderlo.
Sin embargo, a medida que vamos avanzando en la lectura del libro, hacia el final, podemos comprobar cómo el carácter alegre y positivo de Lorca va sobreponiéndose a las dificultades y termina escribiendo poemas que ya no van a ser descripciones y denuncias de todo cuanto está mal (social, política, económica y hasta personalmente), sino textos más vitalistas que nos empujan a seguir... hacia donde cada cual quiera.
En Viena hay diez muchachas,
Tuve ayer conocimiento del compositor Uģis Prauliņš gracias al programa que dirige y presenta Javier Corcuera, Armonías vocales. Ahí es donde me he enterado de que su formación como compositor tuvo lugar en la escuela de música de Riga, que durante los años setenta y ochenta del pasado siglo anduvo tocando en bandas de rock, que trabajó como ingeniero de sonido en la radio de Letonia, que ha compuesto música para cine y televisión, que ha compuesto música de concierto... En fin, que que se trata de un músico con una experiencia de amplísimo espectro.
Como lo que ofreció el programa fue la Misa Rigensis, que me gustó mucho y de la que podéis encontrar numerosos vídeos parciales en YouTube, me puse a buscar más obra de este letón y di con este The Way Children Sleep (la forma de dormir de niños).
Lo que cantan es esta breve composición de Māris Čaklais:
Look in the night,El dueto pertenece a la opereta Viktoria und ihr Husar ( Victoria y su húsar), de Paul Abraham con libreto de Alfred Grünwald y Fritz Löhner-Beda, basada en una obra del dramaturgo húngaro Imre Földes. Es, como se puede intuir por la música y la interpretación un tema con una fuerte carga melancólica, pues se trata de una despedida. Esto es lo que dicen Victoria y su chico:
Ivan G. M. ante su estudio. |
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Iván G.M. (genial, como siempre) continúa creando sin parar y ya tenemos nuevo episodio de la banda sonora original de El espesor de la herida.
Este es el poema:
Que la voz humana es el mejor y más bello instrumento musical es algo que podemos comprobar cada vez que tenemos ocasión de oír una buena interpretación musical. Resulta fascinante la plasticidad de la que es capaz una voz educada para hacer música.
Lo que el coro I Vocalisti canta es un texto del poeta polaco Miron Białoszewski musicado por el compositor Jakub Neske. Sobre la composición he encontrado este curioso espacio creado por el propio compositor, dedicado a coros de todo el mundo para que se sumen al proyecto. Sobre el texto, esta página polaca dedicada a la poesía.
El poema:
męczy się człowiek Miron męczy
znów jest zeń słów niepotraf
niepewny cozrobień
yeń
Luego aparece un comentario, y el traductor automático de Google me ofrece esto:
El título Mironczarnia es un neologismo y es fácil descifrar. Consta de las palabras "Mirón" y "tormento", por lo tanto significa "el tormento de Mirón". Los versos segundo y tercero explican qué es lo que causa tantas dificultades al héroe lírico Mirón. "Zeń" es la llamada forma contraída, creada combinando la preposición "z" con el pronombre "él". Nos enteramos de que Miron una vez más "se queda sin palabras".
Además de crear neologismos, Białoszewski experimentó a menudo con la gramática. Un ejemplo de ello es este sustantivo, derivado de los verbos "no poder" y "no saber qué hacer", que habla de la falta de capacidad del poeta Mirón para crear un trabajo. Por tanto, está justificado identificar al héroe lírico con el autor del poema, y al mismo tiempo es fácil notar que el tema lírico permanece oculto y habla del autor en tercera persona del singular. Esta separación enfatiza la distancia con la que Białoszewski aborda su propio trabajo. Al mismo tiempo, se burla de su trabajo con humor, señalando las dificultades que plantea su esfuerzo creativo, sin ocultar que a menudo termina en un fracaso.
El tercer verso habla de la incertidumbre y falta de ideas del autor. Admite su propia impotencia creativa de una manera autoirónica. Se trata de un recurso estilístico que Białoszewski utiliza a menudo y de buen grado en su poesía; el propio autor le dio el nombre utilizando el neologismo "mironia". Al utilizar este tipo de ironía, el poeta no sólo juega creativamente con su imagen, sino que también se protege del orgullo de caer en la creencia de que su obra es un alto logro de gran importancia para la literatura.
Este original poeta, siempre a la sombra de las principales corrientes y problemas que preocupan a los escritores contemporáneos, no cuenta con el reconocimiento y la fama que le traería su obra, que muchas veces se compone de fragmentos de palabras, monosílabos y notaciones de diversos sonidos que son difíciles de juntar. Lo mismo ocurre con la frase "yeń", que termina el poema Mironczarnia de manera deliberadamente torpe. Puede evocar asociaciones con la palabra "perezoso" o "ella" y enfatiza la total impotencia del poeta-héroe lírico que lucha contra la impotencia creativa, sin fuerzas para seguir intentando escribir. "Yeń" también fue un intento literario de encontrar una rima a la línea anterior, a la palabra "cozrobień", pero se convirtió sólo en la grabación de un sonido parecido a un gemido, lo que demuestra además la verdad del tormento experimentado por el creador.
Yo diría, para quienes continuamente se andan quejando sobre la insolvencia de los traductores automáticos, que el texto se entiende muy bien.
Ah, y feliz carnaval.
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