Gioconda Belli es una de las 135 voces que han contribuido en la antología No Resignación (Poetas del mundo por la no violencia contra la mujer), publicada por el Ayuntamiento de Salamanca. De las páginas 108-110 tomo este poema:
REGLAS DE JUEGO PARA LOS
HOMBRES
QUE QUIERAN AMAR A LAS
MUJERES
I
El hombre que me ame
deberá saber descorrer las
cortinas de la piel,
encontrar la profundidad
de mis ojos
y conocer lo que anida en
mí,
la golondrina transparente
de la ternura.
II
El hombre que me ame
no querrá poseerme como
una mercancía,
ni exhibirme como un
trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
con que yo estaré al lado
suyo.
III
El amor del hombre que me
ame
será fuerte como los
árboles de ceibo,
protector y seguro como
ellos,
limpio como una mañana de
diciembre.
IV
El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de
mi pelo,
respetará la tristeza, el
silencio
y con caricias tocará mi
vientre como guitarra
para que brote música y
alegría
desde el fondo de mi
cuerpo.
V
El hombre que me ame
podrá encontrar en mí
la hamaca donde descansar
el pesado fardo de sus
preocupaciones
la amiga con quien
compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla
del compromiso
le impida volar cuando se
le ocurra ser pájaro.
VI
El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el
futuro.
VII
Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta
palabra
sacada de la manga,
sino como algo real,
concreto,
ante quien rendir homenaje
con acciones
y dar la vida si es
necesario.
VIII
El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la
trinchera,
rodilla en tierra me amará
mientras los dos
disparamos juntos
contra el enemigo.
IX
El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la
entrega,
ni temerá descubrirse ante
la magia del enamoramiento
en una plaza llena de
multitudes.
Podrá gritar –te quiero– o
hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a
sentir
el más hermoso y humano de
los sentimientos.
X
El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas,
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de
sueño y de pasado,
las debilidades que, por
siglos,
nos mantuvieron separados
como seres de distinta
estatura.
XI
El amor de mi hombre
no querrá rotularme y
etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser
mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva
victoria.
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