|
29-10-2020 / 19:30. Si la veis con prismáticos, lo de arriba está abajo y viceversa. |
Aprovecho esta fotografía realizada con un móvil aplicado al ocular del telescopio reflector para ofrecer algunos datos curiosos de lo que se puede ver con unos prismáticos corrientes.
Las zonas oscuras son los mares —maria, en latín—. Los primeros astrónomos creyeron ver en esas zonas algo así como unas réplicas de los océanos terrestres. En realidad, son grandes extensiones basálticas con una antigüedad muy grande, entre 3.100 y 3.800 millones de años. Posiblemente, se formaron por impactos de grandes meteoritos, que provocaron la salida a la superficie del manto rocoso, por aquel entonces todavía en estado líquido.
En cuanto a los cráteres, que es la marca de la casa, están censados más de 300.000 de un diámetro superior a 1 km. Los que he señalado son:
Tycho: 85 km de diámetro, relativamente joven. La pared que se mantiene intacta tiene 4.800 metros de altura. Dentro de él hay pequeñas elevaciones que rodean una mayor de 10 km de diámetro y 1.500 metros de altura. Las irradiaciones que parten de él, y que son perfectamente visibles con luna llena, están originadas por el material que salió propulsado por el impacto que produjo el cráter.
Grimaldi: 173 km. Tiene un fondo repleto de una lava muy oscura, más oscura que la del oceanus que se encuentra al lado, y cuyo origen es desconocido. Hacia el sureste tiene una elevación de más de 3.000 metros de altura que proyecta una buena sombra.
Copérnico: 93 km de diámetro y 3.8 de profundidad. Se formó hace 810 millones de años. Las paredes exteriores tienen una altura de unos 900 metros. Para algunos, es el cráter más bello de la Luna.
Kepler: 29 km diámetro; 2.6 profundidad. Tiene también marcas radiales y aunque se extiende a casi 300 km, no son en absoluto comparables con las de Tycho.
Pitágoras: 130 km diámetro; 5 km profundidad. Tiene un pico situado en el centro que se eleva a 1500 metros de altura.
Platón: 100 km diámetro; 2 km profundidad. Llama la atención por la perfección de su círculo.
Los nombres de los mares están en latín (nomenclatura internacional). La mayoría se entienden sin saber latín, excepto, tal vez, tres: M. Nubium (mar de las nubes), M. Imbrium (de las lluvias) y O. Procellarum (océano de las tempestades).
Felices sueños y que la Luna os los vele.