Dice un proverbio tibetano:
La palabra debe ser vestida como una diosa y elevarse como un pájaro. Ya sé que pocas veces logramos vestir las palabras de forma tan bella, pero sí podemos hacer que vuelen como un pájaro gracias a esta red de redes que es internet y que lleguen como pequeñas, pero necesarias, gotas de alivio a quienes más lo necesitan.
Sé que este blog se lee poco, pero se lee. Sé también que de vez en cuando se lee en Chile. Por eso, en estos momentos difíciles, cuando alguien pasa por él, desde Chile o desde Haití, me gustaría que pudiera encontrar unas gotas de consuelo. No es mucho, pero en algunas ocasiones las palabras pueden ayudar a que el sufrimiento sea un poquito menor. Así, pues, si cada una de las personas que entra en este blog buscando algo de poesía deja su pequeña huella, podríamos juntar unas cuantas palabras de amor hacia los que ahora más las necesitan.
La idea es muy simple: escribe cualquier cosa que se te ocurra en el apartado comentarios, cualquier cosa que pueda ayudar a alguien de allí a sentirse un poco menos mal cuando lo lea. O, simplemente, si no se te ocurre nada mejor, o te da vergüenza escribir, súmate a la intención con un "yo también mando un abrazo para haitianos y chilenos".
Ojalá que una masa de abrazos les hagan más suaves las horas de dolor:
MASAAl fin de la batalla,y muerto el combatiente, vino hacia él un hombrey le dijo: «No mueras, te amo tanto!»Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.Se le acercaron dos y repitiéronle:«No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!» Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!» Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.Le rodearon millones de individuos,con un ruego común: «¡Quédate hermano!» Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.Entonces, todos los hombres de la tierrale rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado;incorporóse lentamente,abrazó al primer hombre; echóse a andar…César Vallejo (Perú, 1892-París, 1938)