No, no estoy haciendo publicidad del centro médico, simplemente aporto la prueba de mi sorpresa ante la imagen que ha elegido el centro como icono ¿de marca? Ignoro cuál es el motivo para haber elegido la obra más conocida de Bourdelle, aunque puedo suponer que como la cosa va del cuidado de la vista y Hércules tendría una puntería a prueba de todo tipo de dioses e infortunios —donde pongo el ojo pongo la bala, en este caso la flecha—, pueda ser esa la razón. No lo sé, pero sin duda me parece curioso que en medio año me encuentre con la misma imagen en tres ocasiones, la primera en el Museo Bourdelle de París:
Heracles arquero. Bourdelle. |
La segunda en el Museo Ingres Bourdelle de Montauban:
Heracles arquero. Bourdelle. |
Y la tercera en el Paseo Árbol de Gernika de la ciudad en la que vivo, por donde había pasado decenas de veces, pero nunca me había fijado en el detalle:
Si creyera en el significado oculto de las casualidades, tendría un bonito tema para meditar. Pero el azar es simplemente eso, pura coincidencia. Aunque creo que la explicación es mucho más sencilla: ocurre que cuando una imagen, un hecho, una situación o cualquier otra cosa pasa a ser significativa para nosotros, en el momento en que se hace relevante, somo conscientes y la percibimos allá por donde pasemos. Un ejemplo muy corriente: cuando de críos tuvimos la primera escayola, pasamos a ver escayolas por todas partes; parecía que una multitud se había dedicado a romperse huesos.
No hay mejor manera de dar visibilidad a algo que hacerlo significativo. La gente de la enseñanza, de la publicidad o de la política lo saben bien. Tal vez Bourdelle atraiga la curiosidad de alguien que pase por aquí, o por el centro oftalmológico, y se pregunte por sus obras y por su trabajo, aunque no pueda ir ni a París ni a Montauban. Por si acaso, dejo aquí algunas de ellas. Las dos últimas imágenes son del museo de Montauban, todas las demás del de París, que es donde pasó más tiempo: