CANTO DE MÍ MISMO
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Walt Whitman, un cosmos, el hijo de Manhattan,
"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
CANTO DE MÍ MISMO
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Editorial. Roger Bartra. |
Confesado el error, paso a recomendar su lectura porque me parece un libro muy atractivo, fácil de leer y que puede ayudar a entender mejor esa fractura que se produce entre pensamiento racional e irracional y, por consiguiente, favorecer un mejor entendimiento de aquella avalancha de subjetivismo, insatisfacción vital y melancolía —hoy sabemos que en buena parte de los casos era depresión— que vino dada con el primer romanticismo y alcanzó cimas notorias durante la segunda parte del siglo XIX.
En El duelo de los ángeles el autor se vale de tres grandes racionalistas occidentales —Immanuel Kant, Max Weber y Walter Benjamin—, cada uno de los cuales busca ofrecer una respuesta a la cuestión del irracionalismo más extremo cuando se ven enfrentados a él por medio de un ejemplo real, una experiencia, un hecho inapelable.
La mejor invitación a su lectura me parece que es el programa de Mercedes Menchero, porque en él va intercalando lecturas de párrafos del libro con piezas musicales que, por unas razones u otras, son próximas a los textos que lee. Una delicia.
Editorial |
Los frutos no maduran en este aire dormido
sino lentamente, de tal suerte que parecen marchitos,
y hasta los insectos se equivocan en esta primavera sonámbula sin sentido.
La naturaleza tiene ausente a su marido.
No tienen ni fuerzas suficiente para morir las semillas del cultivo
y su muerte se oye como el hilito de sangre que sale de la boca del hombre herido.
Rosas solteronas, flores que parecen usadas en la fiesta del olvido,
débil olor de tumbas, de hierbas que mueren sobre mármoles inscritos.
Ni un solo grito. Ni siquiera la voz de un pájaro o de un niño
o el ruido de un bravo asesino con su cuchillo.
¡Qué dieras hoy por tener manchado de sangre el vestido!
¡Qué dieras por encontrar habitado algún nido!
¡Qué dieras porque sembraran en tu carne un hijo!
Por fin, Señor de los Ejércitos, he aquí el dolor supremo.
He aquí, sin lástimas, sin subterfugios, sin versos,
el dolor verdadero.
Por fin, Señor, he aquí frente a nosotros el dolor parado en seco.
No es un dolor por los heridos ni por los muertos,
ni por la sangre derramada ni por la tierra llena de lamentos,
ni por las ciudades vacías de casas ni por los campos llenos de huérfanos.
Es el dolor entero.
No pueden haber lágrimas ni duelo,
ni palabras ni recuerdos,
pues nada cabe ya dentro del pecho.
Todos los ruidos del mundo forman un gran silencio.
Todos los hombres del mundo forman un solo espectro.
En medio de este dolor, ¡soldado!, queda tu puesto
vacío o lleno.
Las vidas de los que quedan están con huecos,
tienen vacíos completos,
como si se hubieran sacado bocados de carne de sus cuerpos.
Asómate a este boquete, a éste que tengo en el pecho,
para ver cielos e infiernos.
Mira mi cabeza hendida por millares de agujeros:
a través brilla un sol blanco, a través un astro negro.
Toca mi mano, esta mano que ayer sostuvo un acero:
¡puedes pasar, en el aire, a través de ella, tus dedos!
He aquí la ausencia del hombre, fuga de carne, de miedo,
días, cosas, almas, fuego.
Todo se quedó en el tiempo. Todo se quemó allá lejos.
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Ivan G. M. ante su estudio. |
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En esta sección dominical suelen aparecer obras musicales clásicas que han sido posteriormente utilizadas y adaptadas por músicos contemporáneos de la música popular. Hoy traigo un ejemplo del caso contrario. Josep Castanyer es un violonchelista catalán que se encuentra trabajando con la Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo. Según se puede leer en el apartado que le dedican en la página de la orquesta, ha estudiado violonchelo con Maria Kliegel en la Hochschule für Musik und Tanz de Colonia y cuarteto de cuerda con Günter Pichler (Alban Berg Quartett) en la Escuela de Música Reina Sofía de Madrid.
Ha actuado en varios festivales y asistido a diferentes academias, como el Festival de Verbier en Suiza o la Accademia Chigiana de Siena, Italia, con mentores como András Schiff, Lynn Harrell, Ferenc Rados, Gustav Rivinius, Wen-Sinn Yang o Gábor Takács-Nagy.
Actuando habitualmente en distintos grupos de música de cámara, Josep Castanyer Alonso también ha sido miembro del Alinde Quartett. También participa frecuentemente en otros proyectos de música de cámara con colegas de la Orquesta Sinfónica WDR de Colonia, la Filarmónica de Viena, la Staatskapelle de Dresde y de la amplia escena orquestal alemana y europea. Fue alumno de la Academia de Orquesta RSPO, de la Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo, y fue el primer alumno de esta academia en convertirse en miembro de la orquesta.
Vamos, que tiene un currículum espectacular y es una persona entregada totalmente a la música. Pero hoy está aquí por esa fuga —sí, sí, ese tipo de composición que Bach hizo tan famoso— que ha montado a partir del Never gonna give you up de Rick Astley. Y, además, se lo ha montado en plan didáctico con todos esos carteles tan dinámicos con los que explica forma y temas. Genial. Y si habéis visto ya el vídeo y leído el texto, os habréis dado cuenta de que no toca el violonchelo, sino el piano y lo hace de manera estupenda. Un virtuoso muy enrollado y divertido este Josep.
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