Ventana del Palacio Villardompardo, Jaén |
Así me encontraba, cuando al cambiar de una sala a otra, di de bruces con esa estupenda ventana que se asoma al caserío de la ciudad y, ante mis ojos, una composición que no era la de ningún artista, la de ningún ser humano que, jugando con los colores, hubiera decidido elaborar un cuadro en azules, blancos y ocres. Y es que, a veces, la realidad se encarga de fingirse a sí misma. Un simple visillo tamizando la luz sureña de la tarde dejó ante mí esta agradable vista en tonos pastel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este blog es personal. Si quieres dejar algún comentario, yo te lo agradezco, pero no hago públicos los que no se atienen a las normas de respeto y cortesía que deben regir una sociedad civilizada, lo que incluye el hecho de que los firmes. De esa forma podré contestarte.