Editorial |
Goethe también practicó esta manera de hacer poética desde la poesía. Aunque a primera vista este poema parezca un poema más de los miles que se han escrito en la tradición europea sobre el titán Prometeo, en realidad es un auténtico manifiesto sobre la poesía del Sturm und Drang, movimiento que preludia el romanticismo y al que estuvo adscrito el autor del Fausto durante su juventud. Aquí lo tenéis en su idioma original:
Y traducido al español:
PROMETEO
Cubre tu cielo, Zeus,
con un velo de nubes,
y juega, tal muchacho
que descabeza cardos,
con encinas y montañas;
pero mi tierra
deja en paz
y mi cabaña,
que tú no has hecho,
y mi hogar,
por cuyo fuego
me envidias.
¡No conozco nada más miserable bajo el sol
que vosotros, dioses!
Pobremente sustentáis con sacrificios
y aliento de oraciones
vuestra majestad,
y moriríais
si pordioseros y niños
no enloqueciesen de esperanza.
¡Y, cuando era niño,
no sabía por qué volvía
al sol la mirada extraviada!
¡Como si en lo alto alguien hubiera
que oyese mi lamento,
o un corazón que, como el mío,
se apiadase del oprimido!
¿Quién me ayudó
contra la furia de los titanes?
¿Quién me salvó de la muerte
y de la esclavitud?
¿Acaso no lo hiciste tú todo,
sagrado y ardiente corazón?
¿Y te consumiste, joven y bueno,
engañado, esperando algo
del que duerme allá arriba?
con un velo de nubes,
y juega, tal muchacho
que descabeza cardos,
con encinas y montañas;
pero mi tierra
deja en paz
y mi cabaña,
que tú no has hecho,
y mi hogar,
por cuyo fuego
me envidias.
¡No conozco nada más miserable bajo el sol
que vosotros, dioses!
Pobremente sustentáis con sacrificios
y aliento de oraciones
vuestra majestad,
y moriríais
si pordioseros y niños
no enloqueciesen de esperanza.
¡Y, cuando era niño,
no sabía por qué volvía
al sol la mirada extraviada!
¡Como si en lo alto alguien hubiera
que oyese mi lamento,
o un corazón que, como el mío,
se apiadase del oprimido!
¿Quién me ayudó
contra la furia de los titanes?
¿Quién me salvó de la muerte
y de la esclavitud?
¿Acaso no lo hiciste tú todo,
sagrado y ardiente corazón?
¿Y te consumiste, joven y bueno,
engañado, esperando algo
del que duerme allá arriba?
¿Que te venere? ¿Para qué?
¿Has mitigado el dolor del ofendido?
¿Has enjugado el llanto del sumido en la angustia?
¿Acaso no me hicieron hombre
el tiempo omnipotente
y el eterno destino,
mis señores y los tuyos?
¿Creíste tal vez
que odiar debía la vida
y huir al desierto
porque no todos los sueños maduraron?
Aquí estoy y me afianzo;
formo hombres
según mi idea;
un linaje semejante a mí,
que sufra, llore,
goce y se alegre,
¡y que no te respete,
como yo!
¿Has mitigado el dolor del ofendido?
¿Has enjugado el llanto del sumido en la angustia?
¿Acaso no me hicieron hombre
el tiempo omnipotente
y el eterno destino,
mis señores y los tuyos?
¿Creíste tal vez
que odiar debía la vida
y huir al desierto
porque no todos los sueños maduraron?
Aquí estoy y me afianzo;
formo hombres
según mi idea;
un linaje semejante a mí,
que sufra, llore,
goce y se alegre,
¡y que no te respete,
como yo!
(Traducción: Ángel Romera Valero)
Veamos: Aquí se nos presenta a Prometeo como un ser extraordinariamente dotado, poseedor de un clarividencia y una voluntad fuera de lo normal. Es decir, se nos está ofreciendo el modelo del genio, prototipo del movimiento alemán del que Goethe formó parte en su juventud, y que era el modelo del artista por antonomasia, ese ser portador de una fuerza creadora incomparable y absolutamente autónomo en todas sus decisiones. Es la representación máxima del individuo que reune las características propias del genio: entusiasmo, espontaneidad, inspiración, originalidad, fuerza creadora, independecia...
Es cierto que en el siglo XVIII era bastante habitual recurrir a Prometeo como prototipo del artista, pero nadie había ido tan lejos en la falsación de un dato preciso para incrementar el gesto rebelde y la independencia del titán-poeta. Prometeo no era hijo de Zeus, y eso lo sabía perfectamente Goethe. Con ese pequeño cambio la desobediencia del titán se hace más significativa; además, lo que el poema cuenta es solo el instante de orgullosa independencia. Se detiene ahí, en lo que sería el momento de total reafirmación. No le interesa contarnos lo que vino después.
Puestos a leer e interpretar —pero esto es forzar la interpretación—, también podríamos entender el poema como una llamada a la rebelión contra los príncipes despóticos que gobernaban los distintos estados alemanes a finales del siglo (el poema parece que fue escrito entre 1772 y 1774, aunque no se publicó hasta 1785 y eso de manera anónima cuando Jacobi lo incluyó en su Über die Lehre des Spinoza in Briefen an den Herrn Moses Mendelssohn. Goethe lo hizo en 1789).
***
Путин, немедленно останови войну!
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