Situémonos: Durante los años 1924, 25 y 26 Rilke (1875-1926) se deja llevar por el idioma de Valéry y escribe cuatro colecciones de poemas en francés. Son poemas de arte menor y una extraordinaria musicalidad. Como él mismo diría son leves, claros y jugosos. Uno de los poemarios lleva por título Les roses —podéis leerlo completo aquí—. Años más tarde (1993), el compositor estadounidense Lauridsen, conmovido por los versos del poeta, escribe el ciclo Les Chansons des Roses. Continúa y amplía esa tradición que viene de lejos y que consiste en fundir música y poesía.
Lauridsen realiza un tratamiento intimista y sugestivo, lleno de encanto que agranda, en mi opinión, la belleza de los textos.
El poema que interpretan los coros es el número cinco, Dirait-on. Lo colococo aquí por si no vaís a pasar por el enlace que los contiene todos:
Abandono rodeado de abandono,
ternura contra ternuras…
Es tu interior el que, sin cesar,
parece que se acaricia;
se acaricia en sí mismo,
por su propio reflejo iluminado.
Así inventas el tema
del Narciso que alcanza su deseo.
(Traducción de Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán).
La interpretación de los coros es muy distinta, pero a mí me gustan mucho las dos. La primera corresponde al National Taiwan University Chorus, la segunda al Chamber Choir Ivan Filipovic Zagreb.
La rosa, que era la flor que más le gustaba a Rilke, la pongo yo:
Es una preciosa canción coral que tiene una armonía y una cadencia increíbles. He escuchado también a M.Lauridsen como la compuso. Gracias por su explicación de dónde nace esta obra.
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