viernes, 23 de octubre de 2020

HANNAH ARENDT Y EL SIGLO XX

Fuente: DHM      

Me entero de la exposición en el Museo de Historia Alemana (DHM) de Berlín. Es evidente que no voy a poder verla, pero por esta pensadora siento una especial inclinación. La noticia de la misma me da pie a sacar mi viejo Los orígenes del totalitarismoBusco algún texto subrayado para copiarlo aquí, para que sirva de recuerdo y homenaje. Mientras ando enredado en esa tarea, recuerdo el elogio fúnebre que hizo Jonas, recogido en Historia de los filósofos ilustrada por los textos.

...Tímida e introvertida, con su bello rostro y su mirada solitaria, destacaba enseguida, de manera inexplicable, como algo "excepcional" y "único". El brillo intelectual no era raro en aquella época. Pero una intensidad, una rectitud interior, un instinto por la cualidad, una búsqueda de lo esencial, un deseo de ir al fondo de las cosas, la aureolaban con algo mágico. Se la adivinaba tenazmente resuelta a ser ella misma y capaz de lograrlo, aunque vulnerable... Era apasionadamente moral, pero no moralizadora. Todo lo que tenía que decir era importante, a menudo provocativo, a veces falso, pero nunca trivial, nunca indiferente e inolvidable para siempre.

No sé si Los orígenes del totalitarismo se sigue leyendo en las facultades de filosofía, ciencias políticas o sociología. A mí me impresionó el tremendo esfuerzo intelectual por intentar responder a la pregunta de por qué había pasado lo que pasó para que los nazis pusieran en práctica aquel horrible exterminio al que llamaron la solución final. Ese intento por lograr comprender y buscar una respuesta ante la grave pregunta de cómo había sido posible es, además de formidable, digno de todo elogio. Es como intentar recuperar la humanidad después de haberla perdido.

En mi opinión de simple lector, el mayor atractivo de la obra de Arendt es su honestidad intelectual, su búsqueda de respuestas para facilitar un mejor entendimiento de lo que somos y por qué actuamos como lo hacemos. No soy un estudioso de su obra; de hecho, no he leído nada más que Los orígenes y La condición humana. En la lectura de ellos me baso para decir lo que digo. Puede que esté equivocado, pero tengo la impresión de que con el tiempo su obra seguirá ganando presencia e importancia.

Y si estáis en Berlín, acercaos por mí a visitar la exposición.

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