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| Fuente: pinterest |
Rómulo y Remo para los latinos,
dos inocentes cabritillas para fenicios y caldeos,
pecaríes copulando en el ojo de los mayas,
pavos reales dibujaron los antiguos árabes.
Al final nos decidimos por los dos hermanos
guardianes del mar,
de nombre sonoro y redondo:
zodiacales gestos de cándido futuro.
Ahí están,
siempre los mismos, siempre iguales.
Zeus les permitió, por turnos,
la salida del Averno,
más tarde los acomodó en el cielo
para disfrutar de la presencia
en las noches más frías del año.
¿Será que quieren recordarnos
la importancia del amor fraterno?
¿O será, tal vez, que con tanto animal
faltaba humanidad en el horóscopo?
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