Es herida que duele y no se siente
QUEVEDO
Salgo a pasear
con mis zapatillas de siempre,
mis pasos de siempre,
mis ojos de siempre,
mis ganas de siempre,
mis palabras de siempre.
A la vuelta
del primer recodo
del alma
te pregunto
dónde vamos
y entonces
tú me dices
tú sólo ven conmigo
Dejo
mis zapatillas
mis pasos
mis ojos
mis ganas
mis palabras
y me abandono
a la incertidumbre
de quererte.