viernes, 13 de enero de 2023

ARTE CONTEMPORÁNEO EN UNA IGLESIA BARROCA

Cruz IV, Chillida.


 Gracias al concierto que ofreció el pasado domingo la Banda Municipal de Txistularis en la Iglesia de Santa María pude ver con detenimiento un par de obras muy alejadas de los gustos estéticos de la época en que se levantó el templo. 

Sin entrar ahora a valorar las virtudes estéticas y constructivas del edificio ni la belleza de los retablos de Villanueva, Azurmendi, Jáuregui, y Ugartemendía, a mí lo que más me interesa es la mezcla entre representaciones cuyos estilos no tienen nada en común, pero cuyo resultado produce, primero sorpresa, y después admiración y dinamismo. Me niego a utilizar la pedante y manida metáfora del diálogo.

Retablo del altar mayor, Villanueva y Azurmendi.

Lo más atractivo, en mi opinión, de la proliferación de obras de arte de épocas y estilos muy diferentes, es que puede verse cómo cada movimiento e incluso cada generación interpreta a su manera una misma idea, una misma creencia, un mismo objeto o un mismo personaje. Puede gustar o no, pero están ahí, lo mismo que están en las calles de las ciudades más añosas manifestaciones arquitectónicas, urbanísticas y escultóricas de las sociedades que sucesivamente las fueron poblando. Esa amalgama de formas de crear diferentes me parece que es lo que dota al espacio en el que se sitúan de mayor vitalidad.

San Sebastián mártir, Mikel Cristti.


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