No, no es que esté obsesionado con él, con el puente, aunque ya os adelanto que tengo una carpeta abierta con fotografías de puentes y pasarelas de la ciudad y cualquier día las publico aquí, que este río niño —eso es lo que significa Urumea (ur, agua; ume, niño)— está muy bien provisto de puentes y algunos son muy elegantes.
La cosa es que andaba buscando algunos datos sobre Egia, el barrio que está en la orilla derecha del río —aunque él sea muy de izquierdas; el barrio, no el río— y me he encontrado este impagable párrafo sobre el ser humano y su comportamiento festivo. ¡Qué poco cambiamos! (Josean Jauregi, Gure auzoa Egia nuestro barrio, Donostia Kultura, 2002):
Página 82. Ejemplar del KM |
Puro ejercicio de racionalidad.
Esto me ha llevado a realizar una pequeña búsqueda por internet y —oh, sorpresa— curiosamente, he tropezado con el mismo párrafo en la entrada que Wikipedia dedica al puente. Para ser exacto, el texto completo de las páginas 79, 80, 81 y 82, menos un par de frases (!). Lo curioso es que después no se cita la referencia. ¿Habrá sido el propio Jauregi el redactor?
***
Y ya que estamos con Egia y en otoño, aprovecho que hace un par de días me asomé a esa espléndida terraza de Tabakalera y descubrí cómo el barrio se mimetiza en su ladera oeste con el otoño. Os dejo la evidencia de este otoñear de las fachadas que el barrio practica con notable éxito:
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