lunes, 27 de noviembre de 2023

GÉRARD DE NERVAL

Editorial
 En la Historia de la literatura francesa que coordinó Javier del Prado puede leerse: todo Nerval es poesía, tanto la prosa como los versos; pero los pocos sonetos que reunió en las Quimeras bastan para elevarle al más alto rango entre los poetas de su siglo. Después de la inspiración bucólica, a lo Ronsard, que impregna sus Odelettes, llenas de reminiscencias de Rémy Belleau, de anacreonte y de Saint-Amant, destaca por la calidad de sus versos de ópera recogidos en sus Poesías diversas.

Como ocurre con quienes además de la escritura poética han practicado otros géneros, para tener una idea más o menos cabal de la obra, en este caso de Nerval, sería conveniente leer —esta es mi propuesta— Silvia y Aurelia (Jung le dedicó todo un libro: El arte psicológico y visionario). Y si no queréis andar de un lado para otro buscando títulos sueltos, la edición que tenéis a la derecha de la obra literaria del francés, no solo es la mejor que conozco, sino que también es la más completa. Se trata de una edición muy cuidada, obra de Tomás Segovia, con la ventaja de que en ella vais a encontrar toda la obra.

Superado el momento de intendencia, situemos ahora al autor en ese gran friso que es el romanticismo francés. Si en la generación de 1820 encontramos a Vigny, Chateaubriand, Michelet, Hugo, Staël, Mérimée, Sand o Dumas, en la del 30 están Musset, Gautier, Borel, Sue, Dumas (hijo) y Nerval. La segunda generación está marcada por la desilusión que produjo el fracaso de la revolución del mismo año y por una tendencia manifiesta hacia el malditismo, que se exacerbará en la generación siguiente, pero que en nuestro autor ya ha alcanzado todos los síntomas y en los que seguramente tuvo algo que ver su enfermedad mental.

Sea como fuere, y aunque no participemos en absoluto ni de su visión del mundo ni de sus creencias, leer su obra siempre produce la sensación de estar leyendo auténtica poesía, pues es de una intensidad lírica muy alta, envuelta de una profunda nostalgia, toda cubierta de nocturnidad y de alucinación. 


Tumba de Nerval.
Cementerio Lachaise.



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