Daniel Fopiani |
Llega el año nuevo y con él los propósitos positivos que a las dos semanas se nos olvidan. Sin embargo, hay uno que los lectores no nos saltamos esperando encontrar el libro de nuestras vidas; "este año leeré 12 libros, uno por cada mes". Queremos, además, que sea un libro que nos marque, uno "de los buenos". Ya venía yo barruntándome por cuál empezar cuando me enteré de que La melodía de la oscuridad (thriller) se publicaba el 8 de enero, escrita por Daniel Fopiani, y ya no me lo pensé más. Pese a que esta ha sido su novela debutante con la editorial Espasa ya venía siguiendo sus pasos con su thriller anterior, La carcoma, que me dejó con ganas de ver su evolución. Efectivamente, no me equivocaba.
No os fiéis del reducido tamaño del escrito, pues los mejores venenos vienen en frascos pequeños y este es mortal. De hecho, gran parte del atractivo del estilo de Fopiani es la duración de sus capítulos, de forma que no seas capaz de perder la gran tensión que con facilidad sabe crear, pero sobre todo, mantener. Otro de sus grandes atractivos se encuentra en su personaje principal, Adriano. Un policía retirado al quedarse invidente tras un atentado de ETA. Más allá de la curiosidad por ponernos en su piel, es reseñable la amargura que este arrastra tras el episodio, que afecta continuamente a su entorno, dotando al libro de calidad emocional, pero eso no hace que pierda el olfato policial. De hecho, nos podemos adentrar también en la mentalidad del criminal, del guardia civil que lleva el caso, e incluso, encontramos cierta perspectiva de género entreviendo la frustración de la mujer del protagonista ante tantos años en un papel pasivo.
Un libro donde se mezclan la mitología antigua con los problemas contemporáneos consiguiendo la profundidad de diferentes personajes pese a estar descritos con apenas una pincelada. Un trabajo finamente hilado que te hace reflexionar más allá del punto final y de cerrar el libro al acabarlo. Eso es lo que convierte a un libro en bueno.
Propósito cumplido... por este mes.
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