Malas madres / Vidas suspendidas de una cuerda es una intervención artística que embelleció con plantas la balconada del patio de Tabakalera. Las Chlorophytum comosum estarán suspendidas de las cuerdas hasta junio de 2020. Debo reconocer que el patio me gusta más adornado con plantas que sin ellas, aunque hubiera preferido más color y mayor variedad, pero esto es una instalación artística y no decoración floral. De hecho, si me dan a elegir, prefiero un patio cordobés engalanado de macetas por sus habitantes. Pero no son artistas ni utilizan un discurso para trascender lo evidente:
Hagerman adapta su proyecto a las condiciones espaciales de Tabakalera. En las diferentes alturas de la balconada crea un jardín colgante conectando una serie de plantas mediante cuerdas que evocan la red de cabos de un barco. Malas madres / Vidas suspendidas de una cuerda busca otras percepciones del edificio: sentir vértigo cuando observamos a otro ser vivo que está suspendido en la altura nos advierte de nuestro frágil estado vital anclado a la superficie de la tierra. La relación entre naturaleza humana y no humana nos sugiere la escala que ocupamos respecto al resto del universo.
Desde una perspectiva antropocentrista, para vincularnos con otros seres vivos tendemos a humanizarlos, al igual que sucede con los nombres de mascotas, los personajes de cuentos o los nombres de plantas. Partiendo de esta conducta tan humana, a estas plantas en México se les llama popularmente «malas madres» debido a que expulsan sus brotes fuera del nido, aunque aquí estas plantas las conocemos como «cintas».
Hasta aquí las palabras oficiales que acompañan a las plantas.
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