Son muchos los pasos que se están dando para cubrir ese largo hueco que se abrió hace años entre las dos culturas, son muchos los esfuerzos que se están realizando desde diferentes y variados entornos para tender puentes y crear puntos de encuentro y colaboración entre las diferentes áreas del conocimiento.
Me llegó anoche el aviso sobre la ponencia Analogías entre el arte y la ciencia como formas de conocimiento que Juan Luis Moraza y Pau Alsina realizarán en el Guggenheim de Bilbao mañana, 11 de mayo, a las 19:00. La charla se enmarca dentro de las jornadas sobre arte y ciencia que están explorando las relaciones entre estas dos formas de conocimiento. Es una actividad de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV en colaboración con el museo para celebrar el vigésimo aniversario del mismo.
La entrada al auditorio del museo para escuchar la conferencia es gratuita, pero se deben recoger las invitaciones con antelación en el Museo Guggenheim o a través de su página web.
La próxima y última jornada del ciclo de conferencias será el 25 de mayo, jueves, a la misma hora. Lleva por título La ciencia como herramienta del arte, y correrá a cargo de Jacobo Castellano, Deborah García Bello y Sergio Prego.
***
Me hallaba redactando esta nota cuando recibo de un amigo —gracias Javi— el audio en el que se cuenta la respuesta de un estudiante de Físicas a la pregunta de examen de de la asignatura de Termodinámica. Recojo pregunta y examen porque es una prueba más de la relación entre áreas muy diferentes, diría incluso que opuestas, pero sobre todo es una demostración de que el conocimiento funciona mucho mejor si le echamos unas dosis de humor.
"¿Es el Infierno exotérmico (emite calor)?... ¿es endotérmico (absorbe calor)? Justifica tu respuesta". La mayor parte de los estudiantes escribieron su respuesta basándose en la Ley de Boyle (el gas se enfría cuando se expande y se calienta cuando se comprime) o alguna variante. ( P.V=n.R.T)
P:presión
V:volumen
T:temperatura
n: nº de moles(masa)->almas
R=constante
Un estudiante, sin embargo, responde lo siguiente:
"Primero, necesitamos saber cómo varía en el tiempo la masa del Infierno. Así, necesitamos saber la frecuencia con la que las almas entran en él y la frecuencia con la que salen. Opino que podemos asumir sin ninguna duda que, una vez que un alma ha entrado en el Infierno, ya no sale nunca más. Así pues, no hay frecuencia de salida.
Para calcular cuántas almas entran en el Infierno, tengamos en cuenta las distintas religiones que existen hoy en día en el mundo. Algunas de estas religiones afirman que, si no eres miembro de ella, iras al Infierno. Debido a que hay más de una de estas religiones y teniendo en cuenta que una persona no pertenece a más de una religión al mismo tiempo, podemos afirmar que toda la gente y todas sus almas van al Infierno. Con las tasas de natalidad y mortalidad llegamos a la conclusión de que el número de almas que ingresan en el Infierno crece exponencialmente.
Ahora miramos la variación del volumen del Infierno ya que la Ley de Boyle establece que, para que la temperatura y la presión en el Infierno permanezcan invariables, el volumen de éste se tiene que expandir según se van añadiendo almas. Esto nos da dos posibilidades:
1ª- Si el Infierno se expande a una velocidad más baja que la frecuencia a la que entran las almas, entonces la temperatura y la presión en el Infierno se incrementarán hasta que éste reviente.
2ª - Por supuesto, si el Infierno se expande a una velocidad mayor que la frecuencia de entrada de almas, entonces la temperatura y la presión caerán hasta que éste se congele.
Así pues, ¿cuál es la conclusión?
Si aceptamos el postulado que enunció mi compañera Rocío López en el primer año de carrera y que decía algo así como: "El Infierno se congelará antes de que yo me acueste contigo", y dado el hecho de que todavía no lo he conseguido, entonces el enunciado número 2 no puede ser cierto así que la respuesta es: EL INFIERNO ES EXOTÉRMICO"
P.D.: el alumno obtuvo Matrícula.
"Primero, necesitamos saber cómo varía en el tiempo la masa del Infierno. Así, necesitamos saber la frecuencia con la que las almas entran en él y la frecuencia con la que salen. Opino que podemos asumir sin ninguna duda que, una vez que un alma ha entrado en el Infierno, ya no sale nunca más. Así pues, no hay frecuencia de salida.
Para calcular cuántas almas entran en el Infierno, tengamos en cuenta las distintas religiones que existen hoy en día en el mundo. Algunas de estas religiones afirman que, si no eres miembro de ella, iras al Infierno. Debido a que hay más de una de estas religiones y teniendo en cuenta que una persona no pertenece a más de una religión al mismo tiempo, podemos afirmar que toda la gente y todas sus almas van al Infierno. Con las tasas de natalidad y mortalidad llegamos a la conclusión de que el número de almas que ingresan en el Infierno crece exponencialmente.
Ahora miramos la variación del volumen del Infierno ya que la Ley de Boyle establece que, para que la temperatura y la presión en el Infierno permanezcan invariables, el volumen de éste se tiene que expandir según se van añadiendo almas. Esto nos da dos posibilidades:
1ª- Si el Infierno se expande a una velocidad más baja que la frecuencia a la que entran las almas, entonces la temperatura y la presión en el Infierno se incrementarán hasta que éste reviente.
2ª - Por supuesto, si el Infierno se expande a una velocidad mayor que la frecuencia de entrada de almas, entonces la temperatura y la presión caerán hasta que éste se congele.
Así pues, ¿cuál es la conclusión?
Si aceptamos el postulado que enunció mi compañera Rocío López en el primer año de carrera y que decía algo así como: "El Infierno se congelará antes de que yo me acueste contigo", y dado el hecho de que todavía no lo he conseguido, entonces el enunciado número 2 no puede ser cierto así que la respuesta es: EL INFIERNO ES EXOTÉRMICO"
P.D.: el alumno obtuvo Matrícula.
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