Había leído este libro hace ya unas cuantas semanas y no tenía la intención de comentarlo aquí, pero, mira por donde, me ha parecido que podía ser una buena excusa para desear que el próximo año seamos un poco mejores, ya que el año en sí no va a traer nada, si no lo ponemos nosotros.
Como decía Cipolla en sus divertidísimas Leyes fundamentales de la estupidez humana, la estupidez es algo democráticamente repartido, no depende de la cultura, ni del conocimiento, ni de la clase económica o social, ni del trabajo, ni de la edad, ni de nada. Pues bien, Rodrigo Tena, nos lo dice en este libro de otra manera: La cultura no vacuna contra el error (p. 18). Y es ésta, en mi opinión, una de las muchas virtudes del libro: recordarnos que no por cultos, instruidos e informados, somos mejores.
Pero el libro no tiene éste como tema principal, sino advertirnos sobre la importancia de un buen modelo social (arquetipo moral, dice en el subtítulo del libro) y, al mismo tiempo, recordarnos el daño profundo que pueden hacer los antimodelos y lo fácil que es llegar a ellos. Y cuando esto ocurre, la sociedad queda seriamente dañada. Ejemplos hay muchos a nuestro alrededor, y en el libro, unos cuantos.
Analiza -y lo hace con lucidez y sencillez, apto para todos los públicos, es decir, para que se entienda claramente- R. Tena el riesgo y las consecuencias de los antimodelos en cuatro espacios: la clase social, la raza, la nación y la civilización. Podría haber ampliado el campo de reflexión a otros espacios, como el sexo o la religión, pero no es necesario, porque el propio lector puede proyectar fácilmente la argumentación sobre estos ámbitos.
No os desvelo el porqué del título, que tiene su gracia y es toda una lección de tolerancia, saber corregirse y método científico.
Feliz año y feliz lectura.
(Nota: Lástima que las editoriales no tengan ya correctores, porque el texto, que está muy bien escrito, queda afeado por unas cuantas tildes que faltan, algún error ortográfico y algún que otro error tipográfico)
"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
miércoles, 31 de diciembre de 2008
lunes, 29 de diciembre de 2008
EN LA MUERTE DE MI MADRE
Por fin llegó el descanso,
por fin la muerte te liberó del sufrimiento
y un 28 de diciembre
-qué mejor día,
tan inocente tú desde el principio-
dejamos tu cuerpo agotado
reposar para siempre en la tierra,
tierra tú misma, y horizonte.
Eras silencio
y al silencio vuelves.
No tuviste más ambición
que estar al lado de tus hijos
y, en el último momento,
tus hijas estaban a tu lado.
Descansa en paz
y que todo aquello que añoraste en vida
sea, por fin, tu compañía:
sigilo,
reserva,
quietud y calma,
quedo rumor
de tiempo que no pasa.
por fin la muerte te liberó del sufrimiento
y un 28 de diciembre
-qué mejor día,
tan inocente tú desde el principio-
dejamos tu cuerpo agotado
reposar para siempre en la tierra,
tierra tú misma, y horizonte.
Eras silencio
y al silencio vuelves.
No tuviste más ambición
que estar al lado de tus hijos
y, en el último momento,
tus hijas estaban a tu lado.
Descansa en paz
y que todo aquello que añoraste en vida
sea, por fin, tu compañía:
sigilo,
reserva,
quietud y calma,
quedo rumor
de tiempo que no pasa.
MADRID
No descubro nada si digo que Madrid me parece una ciudad maravillosa a pesar de sus humos, sus prisas, sus sitios llenos de gente, sus barrios desordenados y su tráfico espantoso. Sin embargo, las ciudades las hacen las personas que viven en ellas, y yo tengo la suerte de tener unos cuantos amigos madrileños que, cada vez que paso por esa ciudad, la hacen amable, divertida e incluso tierna.
Creo que ninguno de ellos es propiamente madrileño, es decir, nacido en Madrid, pero esa es la grandeza de una ciudad: crear ciudadanía a partir de procedencias diversas, a pesar de sus políticos. Es más, no sólo me siento bien en esa ciudad cuando estoy con mis amigos. Me siento bien rodeado en el metro o en las plazas y los parques por esa ingente multitud de personas a las que desconozco y me desconocen, procedentes de la Europa del este, de Latinoamérica, de África o de Asia. Me gusta ese espíritu de ciudad abierta que aportan los que en ella viven, a pesar, otra vez, de sus políticos.
De la época en que viví allí son estas fotos que me manda mi amigo Carlos. Yo no aparezco en ellas, porque están realizadas un año o dos antes de que los conociera, pero las siento como propias y me sirven para saber que, de alguna forma, yo también formo parte de la historia no contada, mas no por eso menos real, de una ciudad múltiple, variopinta, a veces irritante y otras encantadora.
Si queréis ver las fotos no tenéis nada más que pinchar aquí.
Gracias, Carlos.
Creo que ninguno de ellos es propiamente madrileño, es decir, nacido en Madrid, pero esa es la grandeza de una ciudad: crear ciudadanía a partir de procedencias diversas, a pesar de sus políticos. Es más, no sólo me siento bien en esa ciudad cuando estoy con mis amigos. Me siento bien rodeado en el metro o en las plazas y los parques por esa ingente multitud de personas a las que desconozco y me desconocen, procedentes de la Europa del este, de Latinoamérica, de África o de Asia. Me gusta ese espíritu de ciudad abierta que aportan los que en ella viven, a pesar, otra vez, de sus políticos.
De la época en que viví allí son estas fotos que me manda mi amigo Carlos. Yo no aparezco en ellas, porque están realizadas un año o dos antes de que los conociera, pero las siento como propias y me sirven para saber que, de alguna forma, yo también formo parte de la historia no contada, mas no por eso menos real, de una ciudad múltiple, variopinta, a veces irritante y otras encantadora.
Si queréis ver las fotos no tenéis nada más que pinchar aquí.
Gracias, Carlos.
RESIDENCIA DE ANCIANOS
24 de diciembre, nueve menos cuarto de la noche.
Una voz quejumbrosa pide ayuda:
—Señorita, por favor, venga;
señorita, por favor, me meo.
Se repite el lamento
con el ritmo de una letanía
antigua y derrotada.
Al cabo de unos minutos
llega la respuesta
desde el pasillo:
—Pues si tienes pañales,
que los tienes,
te meas en ellos; ahora
estoy ocupada.
La nochebuena está a punto
de convocar a los comensales
a la cena.
Una voz quejumbrosa pide ayuda:
—Señorita, por favor, venga;
señorita, por favor, me meo.
Se repite el lamento
con el ritmo de una letanía
antigua y derrotada.
Al cabo de unos minutos
llega la respuesta
desde el pasillo:
—Pues si tienes pañales,
que los tienes,
te meas en ellos; ahora
estoy ocupada.
La nochebuena está a punto
de convocar a los comensales
a la cena.
viernes, 26 de diciembre de 2008
NOCHEBUENA
Diez en punto de la noche.
El espíritu de la navidad
se expande
en forma de sirena
por las calles.
Una ambulancia acude
no sé si a recoger
el vómito de una cena
mal digerida
o la sangre que el alcohol
ha alterado.
El espíritu de la navidad
se expande
en forma de sirena
por las calles.
Una ambulancia acude
no sé si a recoger
el vómito de una cena
mal digerida
o la sangre que el alcohol
ha alterado.
lunes, 15 de diciembre de 2008
Signos del zodiaco: SAGITARIO
Hoy, 15 de diciembre, el Sol sale de su recorrido por Ofiuco y entra en Sagitario. Ahí permanecerá hasta el 19 de enero. Si queréis saber el porqué del cambio de fechas en el zodiaco, podéis acudir a la entrada anterior sobre Ofiuco
Sagitario es, según unas versiones Croto; según otras, Quirón. Veamos quienes eran.
Croto era un sátiro, hijo de Pan y de Eufeme. Como ésta era la nodriza de las Musas, Croto vivía con ellas en el Helicón. Se dedicaba a la caza y, según cuenta la mitología, inventó el tiro con arco. Cuando escuchaba a las Musas, para alabar sus logros daba palmadas. Es, pues, el inventor de los aplausos. A su muerte, las Musas pidieron a Zeus que lo catasterizara, es decir, que lo colocara en cielo en forma de estrellas. Aparece representado como un centauro, pues era un excelente jinete.
Quirón, en cambio, era el centauro sabio y sensato, hijo de Crono y Fílira. Era un buen amigo de los hombres y educó a varios héroes y semidioses, entre ellos Asclepio, Jasón, Teseo y Aquiles. Quirón fue el centauro que acudió a poner paz en la lucha de los centauros contra Folo y Hércules. Éste le disparó una flecha sin reconocerlo y, aunque el disparo era mortal, como el centauro era inmortal, no podía morir, pero sufría indecíblemente. Por eso, pidió a Zeus que lo cambiara por Prometeo, una vez que Hércules lo había liberado, para que Prometeo pudiera ir al Olimpo, y él, Quirón, pudiera morir por fin en el Hades sin tener que aguantar más sufrimientos.
Sagitario es, según unas versiones Croto; según otras, Quirón. Veamos quienes eran.
Croto era un sátiro, hijo de Pan y de Eufeme. Como ésta era la nodriza de las Musas, Croto vivía con ellas en el Helicón. Se dedicaba a la caza y, según cuenta la mitología, inventó el tiro con arco. Cuando escuchaba a las Musas, para alabar sus logros daba palmadas. Es, pues, el inventor de los aplausos. A su muerte, las Musas pidieron a Zeus que lo catasterizara, es decir, que lo colocara en cielo en forma de estrellas. Aparece representado como un centauro, pues era un excelente jinete.
Quirón, en cambio, era el centauro sabio y sensato, hijo de Crono y Fílira. Era un buen amigo de los hombres y educó a varios héroes y semidioses, entre ellos Asclepio, Jasón, Teseo y Aquiles. Quirón fue el centauro que acudió a poner paz en la lucha de los centauros contra Folo y Hércules. Éste le disparó una flecha sin reconocerlo y, aunque el disparo era mortal, como el centauro era inmortal, no podía morir, pero sufría indecíblemente. Por eso, pidió a Zeus que lo cambiara por Prometeo, una vez que Hércules lo había liberado, para que Prometeo pudiera ir al Olimpo, y él, Quirón, pudiera morir por fin en el Hades sin tener que aguantar más sufrimientos.
domingo, 14 de diciembre de 2008
LLEGA EL INVIERNO
El invierno se hizo para leer y para las chimeneas. Y para pasear al Sol de Castilla. Primero pasear, luego tomar un caldo caliente y luego meterte en casa, encender la chimenea y coger un libro. Y levantar la vista de cuando en cuando y de vez en vez, y quedarte viendo el fuego. El resto es literatura mala y mentirosa.
El invierno se hizo para no trabajar, para quedarte en la cama calentito, hacerte un ovillo y no desenroscarte, o que te desenrosque alguien.
El invierno también se hizo para hacer chocolate y castañas. Y para ver las heladas desde la ventana.
Y sobre todo y por encima de todo el invierno se hizo para tener paciencia y esperar a la primavera.....
El invierno se hizo para no trabajar, para quedarte en la cama calentito, hacerte un ovillo y no desenroscarte, o que te desenrosque alguien.
El invierno también se hizo para hacer chocolate y castañas. Y para ver las heladas desde la ventana.
Y sobre todo y por encima de todo el invierno se hizo para tener paciencia y esperar a la primavera.....
Diego
viernes, 12 de diciembre de 2008
EGUBERRI ON!
Orain Olentzero datorkigu
berria ematera.
Baina oker dago Olentzero.
Nik egunero ikusten dut
Familia Santua
kalean.
Neguan zein udan,
udaberrian nahiz udazkean.
Hor dago, bai, kale gorrian.
Batzuetan,
eliza bateko arkupeetan;
beste batzuetan,
kale-kantoi batean;
eta euria egiten duenean,
trenbidearen azpiko tunelean.
Ondoan ez du astorik,
ez idirik,
ez askarik.
Ez du inporta,
egia esan ez da familia,
ezta santua ere.
Elkarrekin daude,
elkarrekin izanda
berotzen direlako;
elkarrekin egonda,
txanpon gehiago lortzen dutelako.
Olentzero guztiok
oker gaude,
eta, gainera,
ez dugu elkarlana
egiten dutenei buruzko berririk
izan nahi.
egiten dutenei buruzko berririk
izan nahi.
jueves, 11 de diciembre de 2008
POESIA LANTZEKO GIDA
Eskubiko zutabean duzue hainbat ideia poesia lantzeko eskoletan. Euskaraz idatzi dut; hala ere, gidatxo horrek balio du euskarazko saoietan zein gaztelaniazko saioetan poesia lantzeko. Adibide gehienak euskal poesiatik hartu ditut, baina beste batzuk, aldiz, gaztelaniazko poesiatik. Eskuratzeko klikatu hemen edo POESIA LANTZEKO idatzita dagoen lekuan.
Erabiltzen baduzue, zuen iritzia eskertuko nizueke. Mila esker.
Erabiltzen baduzue, zuen iritzia eskertuko nizueke. Mila esker.
viernes, 5 de diciembre de 2008
Signos del zodíaco: OFIUCO
A causa del movimiento de precesión, Ofiuco -Ofhiuchus- forma hoy parte de las constelaciones del zodíaco. Pero aquí no me voy a ocupar de astrología ni de astronomía, sino de mitología. Comienzo esta serie por la constelación de Ofiuco, porque en ella se encuentra precisamente el Sol ahora, y lo estará hasta el 15 de diciembre.
La palabra ofhiucus significa el que lleva la serpiente, tal y como podéis ver en la representación clásica de esta constelación. La serpiente está formada por la constelación que recorre de izquierda a derecha - Serpens cauda y Serpens caput- la de Ofiuco.
Pero vamos con la mitología. Ofiuco es Asclepio, dios de la medicina en la antigua Grecia, y uno de los personajes mitólógicos por los que siento un especial cariño.
Hijo del dios Apolo y de la mortal Corónide, fue amamantado por una perra y una cabra, ya que su madre lo abandonó en un monte, según la versión de los epidauros. Posteriormente fue educado por Quirón, el centauro sabio que se encargó también de la educación de Jasón, Teseo, Aquiles y otros héroes griegos.
Quirón le enseñó el arte de la medicina, y el alumno fue tan aventajado que incluso era capaz de devolver la vida a los muertos. Hades, señor de los muertos, no vio con buenos ojos la intromisión de un mortal en sus dominios; mucho menos, que le usurpara pupilos de su reino. Se quejó a su hermano Zeus, y éste lo fulminó con su rayo. Apolo, padre de Asclepio, se vengó entonces de Zeus dando muerte a los Cíclopes. Finalmente, Zeus lo catasterizó, es decir, lo colocó en el cielo en forma de estrellas, y desde entonces podemos ver su imagen en las noches de primavera y de verano rodeado por las de Hércules, Boyero y Águila.
Se le suele representar con un bastón en el que aparece enrollada una serpiente, y se dice que Hipócrates era descendiente de la familia de este semidiós. Todavía hoy, el símbolo de la copa y la serpiente es símbolo de la farmacia y de la medicina. El santuario de Asclepio en Epidauro es, junto con el famoso teatro, uno de los mayores atractivos histórico-turísticos de ese lugar.
***
Para saber más:
HONDARTZAN BEROTZEN ETA LEHORTZEN
Hona hemen lagun baten instrukziozko testu bat. Badakizue, batez ere uda garaian, oso garrantzitsua dela kontu handiz ibiltzea eguzkitan. Ez badakizue nola egin, hona hemen Gabino Burgoak egindako lana.
Hondartzara iristen garenean, toalla edo xukadera luzatu txukun-txukun, arropak kendu bainujantzian ez erretzeko gelditu arte eta gorputz guztian zehar eguzkitako krema emango dugu. Mp3a edo irratia dugunok belarrikoak jarri, piztu eta eguzkiari begira etzango gara. Dezente berotzen duela ohartzen garenean buelta eman eta ipurdia berotuko dugu. Halako batean, izerdi tantak agertuko zaizkigu alde guztietatik; momentu ona, berriz, eguzkiari begira jartzeko baina oraingoan eserita.
Erregosi puntura iritsi baino lehen, zutitu eta uretako bidea hartuko dugu. Ur ertzera iristen garenean, poliki-poliki, lehengo hanka bat eta gero bestea sartuko ditugu uretan, baina orkatiletaraino. Oinak tentunera etorri ondoren makurtuko gara, eta eskumuturrak, sabela eta lepoa bustiko ditugu. Gauzak horrela, saiatuko gara gerri ingururaino sartzen; ahal duenak korrika, besteok mantso-mantso. Ura gerri inguruan dugunean, erregositik pasatu denak irakinaldia izango du, kea atera dezake. Dena dela,bat, bi eta hiru kontatu eta, dzanga, uretan sartuko dugu gorputz osoa. Hiru-lau salto egin eta beratu baino lehen, lasai-lasai, lehortzera igoko gara. Norbaitek nahi badu lehortu aurretik kroketarena egin, egin dezake baina berehala lehortzera igoko da.
Behin guztiok goian gaudenean, komeni da dutxatzea. Orduan, lerroan jarri eta dutxatzera abiatuko gara baina inor zipriztindu gabe edo hondarrik bata gabe. Denok, banan-banan, dutxatik pasatzen garenean etorri garen bezala joango gara xukaderak dauden ingurura. Bakoitzak berea hartuko du, astindu suabe-suabe inori hondarrik bota gabe, eta lehortzen hasiko gara, baina ez edonola, baizik eta goitik behera. Hau da, burutik hasi, aurpegia, lepoa, bizkarra eta abar behatzetaraino.
Bukatzen dugunean, xukaderak luzatu, berriz krema eman gorputz osoan, belarrikoak jarri, ditugunok, eta eguzkiari begira jarriko gara. Dezente berotzen duela ohartzen garenean …
Mila esker, Gabino, zure ekarpenagatik.
Hondartzara iristen garenean, toalla edo xukadera luzatu txukun-txukun, arropak kendu bainujantzian ez erretzeko gelditu arte eta gorputz guztian zehar eguzkitako krema emango dugu. Mp3a edo irratia dugunok belarrikoak jarri, piztu eta eguzkiari begira etzango gara. Dezente berotzen duela ohartzen garenean buelta eman eta ipurdia berotuko dugu. Halako batean, izerdi tantak agertuko zaizkigu alde guztietatik; momentu ona, berriz, eguzkiari begira jartzeko baina oraingoan eserita.
Erregosi puntura iritsi baino lehen, zutitu eta uretako bidea hartuko dugu. Ur ertzera iristen garenean, poliki-poliki, lehengo hanka bat eta gero bestea sartuko ditugu uretan, baina orkatiletaraino. Oinak tentunera etorri ondoren makurtuko gara, eta eskumuturrak, sabela eta lepoa bustiko ditugu. Gauzak horrela, saiatuko gara gerri ingururaino sartzen; ahal duenak korrika, besteok mantso-mantso. Ura gerri inguruan dugunean, erregositik pasatu denak irakinaldia izango du, kea atera dezake. Dena dela,bat, bi eta hiru kontatu eta, dzanga, uretan sartuko dugu gorputz osoa. Hiru-lau salto egin eta beratu baino lehen, lasai-lasai, lehortzera igoko gara. Norbaitek nahi badu lehortu aurretik kroketarena egin, egin dezake baina berehala lehortzera igoko da.
Behin guztiok goian gaudenean, komeni da dutxatzea. Orduan, lerroan jarri eta dutxatzera abiatuko gara baina inor zipriztindu gabe edo hondarrik bata gabe. Denok, banan-banan, dutxatik pasatzen garenean etorri garen bezala joango gara xukaderak dauden ingurura. Bakoitzak berea hartuko du, astindu suabe-suabe inori hondarrik bota gabe, eta lehortzen hasiko gara, baina ez edonola, baizik eta goitik behera. Hau da, burutik hasi, aurpegia, lepoa, bizkarra eta abar behatzetaraino.
Bukatzen dugunean, xukaderak luzatu, berriz krema eman gorputz osoan, belarrikoak jarri, ditugunok, eta eguzkiari begira jarriko gara. Dezente berotzen duela ohartzen garenean …
Mila esker, Gabino, zure ekarpenagatik.
domingo, 30 de noviembre de 2008
DE LOS ARTISTAS FUNCIONARIOS
Leo en la prensa del sábado el cabreo que se han pillado un buen grupo de artistas vascos, la mayoría músicos, por la ayuda económica que ha recibido Kepa Junkera. La subvención asciende a 704.000€ y la ha recibido, o terminará de recibirla, pues es para un proyecto de tres discos a publicar durante este año y los dos siguientes, de los departamentos de Cultura y del de Vivienda y Asuntos Sociales, y no es que necesite precisamente un piso de protección oficial.
Si a los compañeros de profesión de Junkera les mosquea que él reciba más que ellos, si al mundillo político-mediático le mosquea que Junkera reciba dinero del departamento de Vivienda y Asuntos Sociales (J. Madrazo), si a la afición en general le mosquea el pastón por hacer unos discos con amiguetes de aquí y de allá (tampoco éstos necesitan vivienda de protección oficial), a mí lo que me indigna es que la cultura sea una cosa de la administración, es decir, que el artista sea un funcionario... que en este caso vive muy bien.
El arte, las manifestaciones culturales deberían defenderse desde sí mismas, desde su propia calidad, y no desde la cantidad de amiguetes que se tenga en el gobierno de turno. Y esto por dos razones que me parecen fundamentales: la primera, porque el dinero público debería servir sólamente para realizar proyectos públicos, es decir, acciones que ayuden a la población, que es la que pone una parte de sus recursos para poder mejorar los servicios que recibe (salud, investigación, carreteras, puertos, vivienda, educación...); la segunda, porque ya está bien de entender el arte como una actividad funcionarial. Quien quiera ser artista, debería entender que su obra debe ser sometida al juicio del público, de la comunidad, y si la creación funciona, de ahí obtendrá sus beneficios, y no de la ayuda de la administración.
Ya sé que el discurso dominante dice que vivimos en una sociedad rica y que ésta debe proteger la creación de sus artistas, porque tenemos recursos suficientes para hacerlo y, además, es algo así como una obligación moral. Me la pela lo que opine la mayoría. En la mayoría de los casos las subvenciones económicas nada tienen que ver ni con la creación ni con la cultura. Tienen que ver con algo que se llama industria (industria cinematográfica, industria discográfica, industria editorial...), y es industria en todos sus mecanismos. O tienen que ver con un pique de grupito con otro grupito (los de corbata, los de pendiente, los de mi sexo, los de mi raza, los de mi pueblo...), para ver quién luce más y mejor. ¿Qué es sino eso que se llama protección de la cultura gallega, pasiega, española, vasca, francesa o anglosajona, si no es un sacar pecho delante de las otras? ¿Qué me importa que Hamlet lo escribiera un inglés, que el Taj Mahal lo edificaran hindúes, que las cabezas olmecas fueran talladas por manos centroamericanas o que las fugas las creara una mente alemana? Lo que me importa es poder disfrutarlas, porque cada vez que lo hago me siento más próximo al ser humano que hay en mi y al que me rodea, pero, desde luego, ninguna de esas obras, por maravillosas que sean, valen lo que vale la vida de un solo ser humano.
Y lo que es peor, me resulta profundamente inmoral e insolidario que alguien cobre un pastón del gobierno occidental-capitalista-desarrollado que sea, mientras en ese mismo país, o en otro cualquiera, haya gente que necesite una ínfima parte de ese dinero para poder seguir estando viva. Que nadie me diga que el problema del hambre (y hablo de hambre, no de zapatos) está resuelto, porque no es verdad. Y mientras no esté resuelto me parece profundamente INJUSTO, INMORAL y DEGRADANTE que otro alguien reciba una ayuda económica pública por escribir un poema, pintar un cuadro o hacer una canción. Y que además se declare de izquierdas. Algo funciona obstinadamente mal en nuestra sociedad.
Si a los compañeros de profesión de Junkera les mosquea que él reciba más que ellos, si al mundillo político-mediático le mosquea que Junkera reciba dinero del departamento de Vivienda y Asuntos Sociales (J. Madrazo), si a la afición en general le mosquea el pastón por hacer unos discos con amiguetes de aquí y de allá (tampoco éstos necesitan vivienda de protección oficial), a mí lo que me indigna es que la cultura sea una cosa de la administración, es decir, que el artista sea un funcionario... que en este caso vive muy bien.
El arte, las manifestaciones culturales deberían defenderse desde sí mismas, desde su propia calidad, y no desde la cantidad de amiguetes que se tenga en el gobierno de turno. Y esto por dos razones que me parecen fundamentales: la primera, porque el dinero público debería servir sólamente para realizar proyectos públicos, es decir, acciones que ayuden a la población, que es la que pone una parte de sus recursos para poder mejorar los servicios que recibe (salud, investigación, carreteras, puertos, vivienda, educación...); la segunda, porque ya está bien de entender el arte como una actividad funcionarial. Quien quiera ser artista, debería entender que su obra debe ser sometida al juicio del público, de la comunidad, y si la creación funciona, de ahí obtendrá sus beneficios, y no de la ayuda de la administración.
Ya sé que el discurso dominante dice que vivimos en una sociedad rica y que ésta debe proteger la creación de sus artistas, porque tenemos recursos suficientes para hacerlo y, además, es algo así como una obligación moral. Me la pela lo que opine la mayoría. En la mayoría de los casos las subvenciones económicas nada tienen que ver ni con la creación ni con la cultura. Tienen que ver con algo que se llama industria (industria cinematográfica, industria discográfica, industria editorial...), y es industria en todos sus mecanismos. O tienen que ver con un pique de grupito con otro grupito (los de corbata, los de pendiente, los de mi sexo, los de mi raza, los de mi pueblo...), para ver quién luce más y mejor. ¿Qué es sino eso que se llama protección de la cultura gallega, pasiega, española, vasca, francesa o anglosajona, si no es un sacar pecho delante de las otras? ¿Qué me importa que Hamlet lo escribiera un inglés, que el Taj Mahal lo edificaran hindúes, que las cabezas olmecas fueran talladas por manos centroamericanas o que las fugas las creara una mente alemana? Lo que me importa es poder disfrutarlas, porque cada vez que lo hago me siento más próximo al ser humano que hay en mi y al que me rodea, pero, desde luego, ninguna de esas obras, por maravillosas que sean, valen lo que vale la vida de un solo ser humano.
Y lo que es peor, me resulta profundamente inmoral e insolidario que alguien cobre un pastón del gobierno occidental-capitalista-desarrollado que sea, mientras en ese mismo país, o en otro cualquiera, haya gente que necesite una ínfima parte de ese dinero para poder seguir estando viva. Que nadie me diga que el problema del hambre (y hablo de hambre, no de zapatos) está resuelto, porque no es verdad. Y mientras no esté resuelto me parece profundamente INJUSTO, INMORAL y DEGRADANTE que otro alguien reciba una ayuda económica pública por escribir un poema, pintar un cuadro o hacer una canción. Y que además se declare de izquierdas. Algo funciona obstinadamente mal en nuestra sociedad.
JORGE REICHMANN
He conocido la poesía de J. Riechmann gracias a una antología -Tránsitos- que me regaló Luis Felipe Comendador. Después he comprado alguno más y he decidido dedicarle una tertulia del próximo año. Como adelanto, he aquí un poema suyo escrito el 14 de abril de 2003:
BALANCE PROVISIONAL DE LA GUERRA DE IRAK
Los invasores muertos se cuentan por decenas
los iraquíes muertos por miles
Los pozos de petróleo están a salvo
la Biblioteca Nacional arde
del Museo Arqueológico de Bagdad
no queda nada
Los partes de victoria siguen hablando de democracia
libertad
civilización
Sócrates dijo una vez
que el uso perverso del lenguaje
inocula el mal en el alma
Nuestras palabras
¿quién las descontaminará?
Nuestros pensamientos
¿cuándo serán liberados?
He quitado un largo epígrafe que introducía el poema, no por largo, sino porque en un blog es imposible mantener el formato tipográfico de la poesía y sin ese formato el poema quedaba un tanto deslucido.
Aquí tenéis algunos títulos, por si os apetece haceros con alguno: Con los ojos abiertos, Un zumbido cercano, Ahí te quiero ver, Tránsitos...
Y como siempre... feliz lectura.
BALANCE PROVISIONAL DE LA GUERRA DE IRAK
Los invasores muertos se cuentan por decenas
los iraquíes muertos por miles
Los pozos de petróleo están a salvo
la Biblioteca Nacional arde
del Museo Arqueológico de Bagdad
no queda nada
Los partes de victoria siguen hablando de democracia
libertad
civilización
Sócrates dijo una vez
que el uso perverso del lenguaje
inocula el mal en el alma
Nuestras palabras
¿quién las descontaminará?
Nuestros pensamientos
¿cuándo serán liberados?
He quitado un largo epígrafe que introducía el poema, no por largo, sino porque en un blog es imposible mantener el formato tipográfico de la poesía y sin ese formato el poema quedaba un tanto deslucido.
Aquí tenéis algunos títulos, por si os apetece haceros con alguno: Con los ojos abiertos, Un zumbido cercano, Ahí te quiero ver, Tránsitos...
Y como siempre... feliz lectura.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
BIZITZARAKO JARRAIBIDEAK
Mundura botatzen gaituztenean, erabilera-eskulibururik gabe hasten dugu bidea. Adina dela eta, badakit berandu samar dela, baina oraindik ere noraezean baldin bazaude -ez dadila horrela izan!-, hona hemen instrukzio batzuk:
Eta bitartean, ondo izan.
- Alaitu hezur-muineraino, egunsentiko zeruaren marratxo bat begietatik sartuz.
- Hartu eta dastatu sakon-sakon gaur zure ondotik pasa diren begirada bat, agur bat, besarkada bat, musu bat.
- Kendu kortxoa Bakori, eta zerbitzatu lagunei hitz goxoenak gau osoan zehar.
- Ahaztu Platonen kobazuloa, eta atera kaleko Errepublikara, eguneroko errealitateaz gozatzeko.
- Izan inozoa, baina ez sinistu ezer.
- Murgilgu maitasunean, zure bizitza benetan zeurea izan arte.
Eta bitartean, ondo izan.
martes, 25 de noviembre de 2008
POESIAREN INDEFINIZIOA
Luis Berrizbeitiak egiari buruz idatzi zuenak balio du poesiari buruzko azalpen hau hasteko:
Egia non dagoen ez dakit
baina ba dakit hurbilago duela
bila dabilkionak.
Hala da, zer den edo non dagoen ez dakigu, baina badakigu desberdintzen, badakigu antzematen. Denok gara gai esateko aurrean dugun testu hori poesia den, ipuina den, nobela den, edo zentzurik gabeko zirriborroa den... poema ulertezin asko izan arren mundu honetan, zirriborroak baino ulergaitzagoak.
Historian zehar hamaika definizio egin dute adituek, filosofoek, pentsalariek, Aristotelesetik hasita gaur arte; baina poesiak ihes egiten du definizio guztietatik. Iheskorra da poesia. Agian horregatik gaurko kritikoak ausartzen ere, ez dira ausartzen definitzera. Definitu beharrean, ezaugarri batzuk zerrendatzen dituzte, eta listo. Hala nola, honako hauek agertu ohi dira: metaforaren erabilera, erritmo eta armoniaren presentzia, esanahi anitzekoa izatea, arlo afektiboaren inplikazioa, zeharka esateko modua, sen artistikoa, aurkezteko modu berezia, sortzearen asmoa..., eta, noski, lan klasikoen artean, neurria eta errima.
Hortik abiatuta, poema batek ezaugarri guztiak edo batzuk izan ditzake. Dena dela, poesia aldakorra denez, gero eta zailago da esatea zer ezaugarri betetzen duen. Batzuetan, aho bete hortz geratzen gara poema baten aurrean, zer esan jakin gabe, baina badakigu hori poesia dela, eta, gainera, gustatzen zaigula. Nola deskribatu, bestela, Artzeren lan batzuk (gelan duguna, esate baterako), Huidobroren Altazor (bereziki VII kantua), poesia bisuala, edo gaurko poesia zikina?
Bide hau, benetan, korapilatsu, eztabaidagarri eta luzea izateaz gain, ez da oso argia. Beharbada, poesiari gertatzen zaio Matematikari gertatzen zaiona. Matematika sistema batek, Gödelek dixit, ezin badu demostratu bere konsistentzia, ezin bada autojustifikatu, horrek esan nahi du kanpoan aurkitu behar duela, sistematik at. Ildo honetatik, poesiak poesiatik kanpo aurkitzen du zentzua, hau da, irakurleengan, gugan. Berrizbeitiak dioenez, hurbildu behar dugu, bidea ibiliz egiten baita.
Beraz, ez naiz tematuko, ez naiz saiatuko poesia definitzen eta berriro poesiari helduko diot. Honetan, Pako Aristik asmatu zuen Slogana –poesia al da slogan bat?- erabiliko dut azaldu nahi dudana adierazteko:
Maiteminduta bazaude,
poesia irakurtzea da
zoriontsu izateko modu bakarra.
Eta maiteminduta ez bazaude,
zoriontsu izateko modu bakarra
maitemintzea da.
Ondorioa: bizitza poesia baino askoz garrantzitsuagoa da, eta zoriontsua izateko ez da beharrezkoa jakitea zer den poesia; hala ere, lagungarria izan daiteke poesia maitasun mina, herri mina, lagun mina, dena delako mina arintzeko... gizasemeak garelako, geuk asmatu dugulako horretarako. Eta nik jaraituko dut poesia irakurtzen.
Egia non dagoen ez dakit
baina ba dakit hurbilago duela
bila dabilkionak.
Hala da, zer den edo non dagoen ez dakigu, baina badakigu desberdintzen, badakigu antzematen. Denok gara gai esateko aurrean dugun testu hori poesia den, ipuina den, nobela den, edo zentzurik gabeko zirriborroa den... poema ulertezin asko izan arren mundu honetan, zirriborroak baino ulergaitzagoak.
Historian zehar hamaika definizio egin dute adituek, filosofoek, pentsalariek, Aristotelesetik hasita gaur arte; baina poesiak ihes egiten du definizio guztietatik. Iheskorra da poesia. Agian horregatik gaurko kritikoak ausartzen ere, ez dira ausartzen definitzera. Definitu beharrean, ezaugarri batzuk zerrendatzen dituzte, eta listo. Hala nola, honako hauek agertu ohi dira: metaforaren erabilera, erritmo eta armoniaren presentzia, esanahi anitzekoa izatea, arlo afektiboaren inplikazioa, zeharka esateko modua, sen artistikoa, aurkezteko modu berezia, sortzearen asmoa..., eta, noski, lan klasikoen artean, neurria eta errima.
Hortik abiatuta, poema batek ezaugarri guztiak edo batzuk izan ditzake. Dena dela, poesia aldakorra denez, gero eta zailago da esatea zer ezaugarri betetzen duen. Batzuetan, aho bete hortz geratzen gara poema baten aurrean, zer esan jakin gabe, baina badakigu hori poesia dela, eta, gainera, gustatzen zaigula. Nola deskribatu, bestela, Artzeren lan batzuk (gelan duguna, esate baterako), Huidobroren Altazor (bereziki VII kantua), poesia bisuala, edo gaurko poesia zikina?
Bide hau, benetan, korapilatsu, eztabaidagarri eta luzea izateaz gain, ez da oso argia. Beharbada, poesiari gertatzen zaio Matematikari gertatzen zaiona. Matematika sistema batek, Gödelek dixit, ezin badu demostratu bere konsistentzia, ezin bada autojustifikatu, horrek esan nahi du kanpoan aurkitu behar duela, sistematik at. Ildo honetatik, poesiak poesiatik kanpo aurkitzen du zentzua, hau da, irakurleengan, gugan. Berrizbeitiak dioenez, hurbildu behar dugu, bidea ibiliz egiten baita.
Beraz, ez naiz tematuko, ez naiz saiatuko poesia definitzen eta berriro poesiari helduko diot. Honetan, Pako Aristik asmatu zuen Slogana –poesia al da slogan bat?- erabiliko dut azaldu nahi dudana adierazteko:
Maiteminduta bazaude,
poesia irakurtzea da
zoriontsu izateko modu bakarra.
Eta maiteminduta ez bazaude,
zoriontsu izateko modu bakarra
maitemintzea da.
Ondorioa: bizitza poesia baino askoz garrantzitsuagoa da, eta zoriontsua izateko ez da beharrezkoa jakitea zer den poesia; hala ere, lagungarria izan daiteke poesia maitasun mina, herri mina, lagun mina, dena delako mina arintzeko... gizasemeak garelako, geuk asmatu dugulako horretarako. Eta nik jaraituko dut poesia irakurtzen.
viernes, 21 de noviembre de 2008
VOLTAIRE
El 21 de noviembre de 1694 nació ese tocapelotas genial que se dio en llamar Voltaire. Soy lector entusiasta suyo desde que leí su primer libro, Tratado sobre la tolerancia. A pesar de todo, he aquí este poema:
VOLTAIRE O LA DIOSA RAZÓN
El problema estaba en el altar,
no en la razón,
ni en el conocimiento,
y mucho menos en el deseo de llevar un poco de luz
a todos aquellos rincones tan llenos de sombra,
superchería y superstición.
Así, poco antes de morir,
queriendo asegurar lo incognoscible,
llamó al cura
y confesó.
Forma parte del poemario Contra el ritual de la muerte.
VOLTAIRE O LA DIOSA RAZÓN
El problema estaba en el altar,
no en la razón,
ni en el conocimiento,
y mucho menos en el deseo de llevar un poco de luz
a todos aquellos rincones tan llenos de sombra,
superchería y superstición.
Así, poco antes de morir,
queriendo asegurar lo incognoscible,
llamó al cura
y confesó.
Forma parte del poemario Contra el ritual de la muerte.
viernes, 14 de noviembre de 2008
PERSEO (paseo iconológico por un poema)
PERSEO
Perezoso eres en mostrarte,
mas cuando en agosto te adelantas,
nos ofreces
la mejor colección de fuegos artificiales del momento.
No es fácil tu presencia. Repasemos:
San Jorge te robó el icono
—dragón y doncella al mismo tiempo—;
Fineo intentó usurparte
la novia y la cartera,
pero tú no consentiste,
y de él hiciste piedra en el salón,
ornato y memoria de su cobardía;
David, por último, te robó la pose,
aunque Cellini, maestro de la forma,
obró el milagro de la imagen cien años antes
y, gracias a él, hoy ya no dudamos
si es de Goliat la cabeza,
o tuya la mano que levantas.
No es fácil, no, tu presencia,
menos aún ahora,
cuando los héroes son víctimas de la moda.
Este poema está tomado del libro Invitación a la noche.
En algunas ocasiones un texto puede hacer alusión a otros textos. Cuando ocurre así, solemos hablar de intertextualidad. No es este el caso propiamente, porque no hace referencia a otros textos, sino a pinturas, o a la imagen que de ellas nos ha quedado en eso que llamamos el imaginario colectivo. Para que las referencias queden claras, y el poema totalmente abierto a la inteligibilidad, he aquí las obras que corresponden a lo que los versos aluden:
1. San Jorge y el dragón. Paolo Uccelo. "San Jorge te robó el icono —dragón y doncella al mismo tiempo—"
2. Perseo contra Fineo. Luca Giordano. "Fineo intentó usurparte la novia y la cartera, pero tú..." (Véase la Metamorfosis de Ovidio)
3. David con la cabeza de Goliat. Caravaggio. "David, por último, te robó la pose"
4. Perseo (con la cabeza de Medusa). Cellini. "aunque Cellini, maestro de la forma, ..."
La primera alusión, la que hace referencia a los fuegos artificiales, no necesita explicación, pero, por si acaso algún despistado no ha oído hablar de la lluvia de estrellas fugaces de agosto -Lágrimas de San Lorenzo-, recordaré aquí que ese fenómeno maravilloso es el de las perséidas, porque el cuadrante del cielo donde en apariencia se origina es la constelación de Perseo.
¿Está más claro ahora el poema?
Esa es, claro, la envoltura del poema. El "tema" no aparece propiamente hasta la estrofa final, donde se plantea de forma indirecta la duda acerca de lo que pueda ser o no ser un héroe.
Perezoso eres en mostrarte,
mas cuando en agosto te adelantas,
nos ofreces
la mejor colección de fuegos artificiales del momento.
No es fácil tu presencia. Repasemos:
San Jorge te robó el icono
—dragón y doncella al mismo tiempo—;
Fineo intentó usurparte
la novia y la cartera,
pero tú no consentiste,
y de él hiciste piedra en el salón,
ornato y memoria de su cobardía;
David, por último, te robó la pose,
aunque Cellini, maestro de la forma,
obró el milagro de la imagen cien años antes
y, gracias a él, hoy ya no dudamos
si es de Goliat la cabeza,
o tuya la mano que levantas.
No es fácil, no, tu presencia,
menos aún ahora,
cuando los héroes son víctimas de la moda.
Este poema está tomado del libro Invitación a la noche.
En algunas ocasiones un texto puede hacer alusión a otros textos. Cuando ocurre así, solemos hablar de intertextualidad. No es este el caso propiamente, porque no hace referencia a otros textos, sino a pinturas, o a la imagen que de ellas nos ha quedado en eso que llamamos el imaginario colectivo. Para que las referencias queden claras, y el poema totalmente abierto a la inteligibilidad, he aquí las obras que corresponden a lo que los versos aluden:
1. San Jorge y el dragón. Paolo Uccelo. "San Jorge te robó el icono —dragón y doncella al mismo tiempo—"
2. Perseo contra Fineo. Luca Giordano. "Fineo intentó usurparte la novia y la cartera, pero tú..." (Véase la Metamorfosis de Ovidio)
3. David con la cabeza de Goliat. Caravaggio. "David, por último, te robó la pose"
4. Perseo (con la cabeza de Medusa). Cellini. "aunque Cellini, maestro de la forma, ..."
La primera alusión, la que hace referencia a los fuegos artificiales, no necesita explicación, pero, por si acaso algún despistado no ha oído hablar de la lluvia de estrellas fugaces de agosto -Lágrimas de San Lorenzo-, recordaré aquí que ese fenómeno maravilloso es el de las perséidas, porque el cuadrante del cielo donde en apariencia se origina es la constelación de Perseo.
¿Está más claro ahora el poema?
Esa es, claro, la envoltura del poema. El "tema" no aparece propiamente hasta la estrofa final, donde se plantea de forma indirecta la duda acerca de lo que pueda ser o no ser un héroe.
jueves, 13 de noviembre de 2008
INDEFINICIÓN DE LA POESÍA
Luis Berrizbeitia nos ha dejado, entre otros muchos, un hermoso poema sobre la verdad. Los tres primeros versos son estos:
Egia non dagoen ez dakit
baina ba dakit hurbilago duela
bila dabilkionak.
Es decir: No sé dónde está la verdad/ pero sí sé que la tienen más cerca/ los que andan en su busca. Y así es también para la poesía. No sabemos qué es o dónde está, pero sabemos distinguirla, la notamos. Todos somos capaces de decir si eso que tenemos ante nosotros es un poema, un cuento, una novela o unos apuntes sin sentido... aunque haya muchos poemas incomprensibles, tanto o más que esos apuntes anotados deprisa y corriendo.
A lo largo de la historia los profesionales de estas cosas han escrito cientos de definiciones, desde Aristóteles hasta la actualidad, pero la poesía parece que huye de todas las definiciones. Ella es bastante huidiza. Posiblemente por este carácter suyo, los críticos de hoy no se atreven a definirla y dan rodeos o, simplemente, enuncian sus características: la utilización de la metáfora, la presencia del ritmo y de la armonía, el carácter polisémico, la implicación de los estados afectivos, el modo indirecto de nombrar, el sentido artístico, la intención creativa, la forma especial de presentación... y, por supuesto, sobre todo entre los trabajos clásicos, el ritmo y la medida.
Es cierto que un poema puede tener alguna de estas características, o muchas de ellas. Sin embargo, la poesía es cambiante, y resulta muy difícil decir cuál o cuáles de las características mencionadas cumple un poema actual cogido al azar. En más de una ocasión, podemos quedarnos perplejos, sin saber a ciencia cierta qué decir sobre el texto que tenemos delante, y, a pesar de todo, somos conscientes de que eso es poesía. Qué decir, si no, de algunos de los textos más hermosos de Artze, Del Altazor de Huidobro (el canto VII, especialmente), de la poesía visual, o de los poemas de Bukowski, por citar algunos ejemplos.
Pero este camino es demasiado oscuro y enrevesado, además de ser un tanto discutible. Es probable que a la poesía le ocurra lo que le ocurre a la Matemática. Ya sabemos, gracias a Gödel, que un sistema no puede demostrar su propia consistencia, que no puede autojustificarse, por lo que está obligado a buscar fuera de sí la propia justificación. Es posible, pues, que la poesía tenga que encontrar su sentido fuera de la poesía, esto es, en los lectores. Y, tal y como dice Berrizbeitia, para disfrutarla —quién sabe si entenderla— hay que aproximarse poco a poco. El camino, de hecho, se hace andando.
Así, pues, no me voy a poner pesado, ni voy a intentar definir qué es esto de la poesía, pero sí voy a terminar con un pequeño poema, en este caso, de Pako Aristi: Slogana (eslogan). Por cierto, ¿es poesía un eslogan?
Maiteminduta bazaude,
poesia irakurtzea da
zoriontsu izateko modu bakarra.
Eta maiteminduta ez bazaude,
zoriontsu izateko modu bakarra
maitemintzea da.
(Si estás enamorado,/ leer poesía/ es el único modo de ser feliz./ Y si no lo estás,/la única forma posible de ser feliz/ es enamorarse.)
Conclusión: la vida es muchísimo más importante que la poesía, y para ser feliz no es en absoluto necesario saber qué cosa sea la poesía; a pesar de todo, la poesía puede sernos de gran ayuda para suavizar los males de amores, la nostalgia, la añoranza de los amigos o cualquier otro mal..., porque somos humanos y hemos inventado la poesía, entre otras cosa, para eso. Yo, mientras tanto, sigo leyendo poesía.
Egia non dagoen ez dakit
baina ba dakit hurbilago duela
bila dabilkionak.
Es decir: No sé dónde está la verdad/ pero sí sé que la tienen más cerca/ los que andan en su busca. Y así es también para la poesía. No sabemos qué es o dónde está, pero sabemos distinguirla, la notamos. Todos somos capaces de decir si eso que tenemos ante nosotros es un poema, un cuento, una novela o unos apuntes sin sentido... aunque haya muchos poemas incomprensibles, tanto o más que esos apuntes anotados deprisa y corriendo.
A lo largo de la historia los profesionales de estas cosas han escrito cientos de definiciones, desde Aristóteles hasta la actualidad, pero la poesía parece que huye de todas las definiciones. Ella es bastante huidiza. Posiblemente por este carácter suyo, los críticos de hoy no se atreven a definirla y dan rodeos o, simplemente, enuncian sus características: la utilización de la metáfora, la presencia del ritmo y de la armonía, el carácter polisémico, la implicación de los estados afectivos, el modo indirecto de nombrar, el sentido artístico, la intención creativa, la forma especial de presentación... y, por supuesto, sobre todo entre los trabajos clásicos, el ritmo y la medida.
Es cierto que un poema puede tener alguna de estas características, o muchas de ellas. Sin embargo, la poesía es cambiante, y resulta muy difícil decir cuál o cuáles de las características mencionadas cumple un poema actual cogido al azar. En más de una ocasión, podemos quedarnos perplejos, sin saber a ciencia cierta qué decir sobre el texto que tenemos delante, y, a pesar de todo, somos conscientes de que eso es poesía. Qué decir, si no, de algunos de los textos más hermosos de Artze, Del Altazor de Huidobro (el canto VII, especialmente), de la poesía visual, o de los poemas de Bukowski, por citar algunos ejemplos.
Pero este camino es demasiado oscuro y enrevesado, además de ser un tanto discutible. Es probable que a la poesía le ocurra lo que le ocurre a la Matemática. Ya sabemos, gracias a Gödel, que un sistema no puede demostrar su propia consistencia, que no puede autojustificarse, por lo que está obligado a buscar fuera de sí la propia justificación. Es posible, pues, que la poesía tenga que encontrar su sentido fuera de la poesía, esto es, en los lectores. Y, tal y como dice Berrizbeitia, para disfrutarla —quién sabe si entenderla— hay que aproximarse poco a poco. El camino, de hecho, se hace andando.
Así, pues, no me voy a poner pesado, ni voy a intentar definir qué es esto de la poesía, pero sí voy a terminar con un pequeño poema, en este caso, de Pako Aristi: Slogana (eslogan). Por cierto, ¿es poesía un eslogan?
Maiteminduta bazaude,
poesia irakurtzea da
zoriontsu izateko modu bakarra.
Eta maiteminduta ez bazaude,
zoriontsu izateko modu bakarra
maitemintzea da.
(Si estás enamorado,/ leer poesía/ es el único modo de ser feliz./ Y si no lo estás,/la única forma posible de ser feliz/ es enamorarse.)
Conclusión: la vida es muchísimo más importante que la poesía, y para ser feliz no es en absoluto necesario saber qué cosa sea la poesía; a pesar de todo, la poesía puede sernos de gran ayuda para suavizar los males de amores, la nostalgia, la añoranza de los amigos o cualquier otro mal..., porque somos humanos y hemos inventado la poesía, entre otras cosa, para eso. Yo, mientras tanto, sigo leyendo poesía.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
DEL VIVIR Y DEL MORIR (HANNAH JONES)
Camus comienza su ensayo El mito de Sísifo con estas palabras: No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Me voy a permitir la osadía de corregir al pensador y novelista francés cambiando el final de su frase. Yo diría que no hay más que un problema filosófico verdaderamente serio, la vida misma. La vida desde el principio hasta el fin, la vida en toda su plenitud, la vida conscientemente vivida. Esto implica también, claro está, el final de la misma. Y es en este punto, quizá el que menos debiera importar a entidades ajenas, puesto que no afecta a la organización social ni política, donde meten su mano a saco las religiones, los estados, las concepciones ético-filosóficas y, si nos descuidamos, todo el vecindario que nos rodea.
Veamos: si nuestra vida es nuestra, plenamente nuestra, ¿por qué se producen esos inacabables debates (escándalos, las más) cada vez que una persona, hastiada de vivir de una forma que no quiere y bajo una condiciones a todas luces inhumanas, toma la decisión sobre su propia vida de no seguir viviéndola? ¿A quién afecta esa decisión, si no es a ella misma y a las personas que ella quiere? ¿Teme, acaso, el Estado quedarse sin contribuyentes por un suicido masivo? ¿Cree la Iglesia Católica quedarse sin almas para poblar el cielo, ahora que no existe el infierno? ¿Qué concepción ética o religiosa podría ser tan cruel e inmoral como para hurgar en el dolor personal y disfrutar con él?
Pero no hablo del suicidio —que también—, hablo de la eutanasia. Es decir, hablo de la persona dueña y responsable de su vida. Hablo de la dignidad de ser persona durante todo el período que dure la vida. Hablo del sinsentido de vernos reducidos durante los últimos momentos de nuestra vida —pueden ser años— a la degradación y a la ignominia de que estos últimos momentos no sean nuestros porque alguien decide que seremos más nobles arrastrando el dolor por el dolor, la desesperanza por la desesperanza. ¿Es necesario recordar los largos años del drama que se vio obligado a vivir Ramón Sampedro?
Sin embargo, no es de la muerte de lo que quiero hablar, sino de la vida. De la vida sin tabúes y sin miedos, de la vida que hacemos nuestra sabiendo a dónde y cómo queremos llevarla. Hablo de todos y cada uno de los minutos que nos pertenecen desde que somos conscientes, y de administrarlos con la sana alegría de vivirlos hasta que llegue el instante de decir: Esto ha sido mi vida, estoy satisfecho con ella. He sido feliz, no empañéis vuestros ojos. Lo mismo que el autor decide cuál es la mejor frase para cerrar el libro, porque el libro le pertenece por entero, también con nuestra vida ocurre lo mismo: es nuestra hasta el final, y nosotros somos los guionistas de la historia y sus protagonistas.
Veamos: si nuestra vida es nuestra, plenamente nuestra, ¿por qué se producen esos inacabables debates (escándalos, las más) cada vez que una persona, hastiada de vivir de una forma que no quiere y bajo una condiciones a todas luces inhumanas, toma la decisión sobre su propia vida de no seguir viviéndola? ¿A quién afecta esa decisión, si no es a ella misma y a las personas que ella quiere? ¿Teme, acaso, el Estado quedarse sin contribuyentes por un suicido masivo? ¿Cree la Iglesia Católica quedarse sin almas para poblar el cielo, ahora que no existe el infierno? ¿Qué concepción ética o religiosa podría ser tan cruel e inmoral como para hurgar en el dolor personal y disfrutar con él?
Pero no hablo del suicidio —que también—, hablo de la eutanasia. Es decir, hablo de la persona dueña y responsable de su vida. Hablo de la dignidad de ser persona durante todo el período que dure la vida. Hablo del sinsentido de vernos reducidos durante los últimos momentos de nuestra vida —pueden ser años— a la degradación y a la ignominia de que estos últimos momentos no sean nuestros porque alguien decide que seremos más nobles arrastrando el dolor por el dolor, la desesperanza por la desesperanza. ¿Es necesario recordar los largos años del drama que se vio obligado a vivir Ramón Sampedro?
Sin embargo, no es de la muerte de lo que quiero hablar, sino de la vida. De la vida sin tabúes y sin miedos, de la vida que hacemos nuestra sabiendo a dónde y cómo queremos llevarla. Hablo de todos y cada uno de los minutos que nos pertenecen desde que somos conscientes, y de administrarlos con la sana alegría de vivirlos hasta que llegue el instante de decir: Esto ha sido mi vida, estoy satisfecho con ella. He sido feliz, no empañéis vuestros ojos. Lo mismo que el autor decide cuál es la mejor frase para cerrar el libro, porque el libro le pertenece por entero, también con nuestra vida ocurre lo mismo: es nuestra hasta el final, y nosotros somos los guionistas de la historia y sus protagonistas.
jueves, 6 de noviembre de 2008
ARTIKUTZA
Ibilaldian egindako argazkiak ikusi nahi izanez gero, klikatu hemen eta zalbalduko zaizkizue.
Bide batez, hona hemen udazkenari buruz Lizardik idatzi zuen poematxo hau:
Osto igar bat aizeak
biali dit leioraño...
Galena, ala, biziak
dakar giza biotzaganaño.
Iñara talde urdiña
erbesterutz baidiyoa...
Alatsu urre-amesak
lagatzen dute giza gogoa.
Ez bekit biotzean,
Yauna, osto oririk yausi!...
Ez, iñara taldeok,
otoi!, neri gogotik igesi...
Iraun, udaberria,
betiko nere gogoan,
Yauna ta aberriari
eskeintzeko loreak ditzadan!
Bide batez, hona hemen udazkenari buruz Lizardik idatzi zuen poematxo hau:
Osto igar bat aizeak
biali dit leioraño...
Galena, ala, biziak
dakar giza biotzaganaño.
Iñara talde urdiña
erbesterutz baidiyoa...
Alatsu urre-amesak
lagatzen dute giza gogoa.
Ez bekit biotzean,
Yauna, osto oririk yausi!...
Ez, iñara taldeok,
otoi!, neri gogotik igesi...
Iraun, udaberria,
betiko nere gogoan,
Yauna ta aberriari
eskeintzeko loreak ditzadan!
miércoles, 5 de noviembre de 2008
JUAN KRUZ IGERABIDE
La entrevista que aquí aparece se realizó por correo electrónico en el mes de octubre.
Juan Kruz Igerabide estuvo en todo momento amabilísimo e incluso aportó la fotografía que encabeza el texto. Espero que sus respuestas puedan aportar más luz sobre su obra.
He aquí las respuestas y las preguntas:
-Empecemos por el principio. ¿Cómo llegaste a la poesía?
Aterricé en ella de una manera bastante accidentada; fue una especie de aterrizaje forzoso. Mis primeros contactos con ella tuvieron lugar a través de intermediarios (el que más contribuyó fue la música, a lo largo de toda la etapa juvenil; seguía de cerca las creaciones de Ez dok Hamahiru, de Paco Ibañez, De Atahualpa Yupanqui...), pero no logramos constituir una pareja de hecho.
Tras la hecatombe ideológica que cierta gente sufrimos después de la muerte de Franco, sentí que me precipitaba en barrena. Y fue cuando apareció de nuevo ella, pura y deslumbrante incluso en el lodazal. Desde entonces, formamos pareja de lecho.
-Eres posiblemente el poeta vasco más importante en la poesía infantil y juvenil ¿Qué te impulsa a escribir poesía para estas edades?
Le doy poca importancia a la importancia. He visto tanta tontería en el ranking de poetas y escritores, que creo que es urgente desrankingizar (algo así como desratizar) la literatura.
Escribo poesía infantil y juvenil porque es lo mismo que escribir poesía para adultos, con pantalón corto y una piruleta en la boca quizás. Yo estoy haciendo lo mismo en todos los ámbitos: un complicado aforismo encuentra una respuesta en la respiración de un niño asmático que profiere un haiku a la lluvia.
Hoy mismo, un niño vecino que aún toma teta de su madre, repetía un poema "titia bete-bete" (teta llena llenita), y me ha dejado flipado.
Oteiza y los ojos de Asiertxo.
-Hay, si no me equivoco, una constante simbolista en tu obra que se va adelgazando a medida que pasa el tiempo para dejar paso a una mayor presencia de lo cotidiano. ¿Es esta una apreciación correcta? Y, si es así, ¿qué te lleva a dar mayor espacio a la cotidianeidad?
Partí de un concepto muy cerebral del símbolo, quizá excesivamente misterioso. Ahora concibo el símbolo como cada acto de vida convertido en anhelo de duración. Podemos montar andamiajes abstractos complicadísimos en nuestro afán de duración, pero la reverberación de una triste vocal proferida desde las entrañas rebota en los confines del universo y regresa convertida en un soplo de brisa de mar, en el balanceo de una hoja de roble, en la duda de una gota al desprenderse.
El simbolismo me sigue atrayendo (tanto en su vertiente antropológica y tradicional, como en su vertiente poética transgresora), pero lo quiero hecho carne y habitando entre nosotros.
-¿Consideras tu obra y tu estilo dentro de alguna corriente o generación poética?
Me gustaría tal vez, pero no puedo. Me sobrepasa. Tengo buenos amigos poetas, y otros que no quiero como amigos pero sí como poetas. Pero, de corrientes.. ríos de alcohol, a lo sumo. Y como soy abstemio...
Me hubiera gustado crear una corriente sáfico-horaciana con retoques de Catulo, efusiones románticas (Coleridge, Novalis, Hölderlin, y mucho Rilke), deprecaciones simbolistas (Baudelaire, Rimbaud), locuras surrealistas y ultraístas, y el ritmo fluvial y trigal de Mandelstam o Claudio Rodríguez. Pero no ha podido ser, aunque conozco a mucha gente que quiere lo mismo, pero en otro orden. En poesía, el orden de factores sí que altera el producto.
-En algunos poemas hay un diálogo con otros poetas -Lizardi, Aresti, Mirande...- ¿Cuáles son los autores que más te han influido o que más te han estimulado?
Con respecto a la literatura vasca, en mis comienzos tuve mucho contacto con Juan Mari Lekuona, un poeta de verso muy fino y preciso. A Aresti lo llevaba conmigo desde la época juvenil. Pero luego descubrí a otro Aresti, que hablaba desde Aresti, y no desde lo que mi ideología quería escuchar de Aresti. A Mirande lo conocí al mismo tiempo que a Rimbaud y a Baudelaire; no me impactó tanto desde su poética (llegó un poco tarde como poeta maldito), pero sí desde lo que suponía su peculiar "constructo" en el seno de la literatura vasca.
Lizardi ha estado siempre ahí. Había algo en él que no me convencía al principio, y tampoco me convence ahora. Pero su fuerza lírica sigue creciendo sin parar ante mí. Es curioso; en rigor, podría considerársele incluso un poeta torpe; cuando se le traduce, se le cae a uno de las manos. Y sin embargo, sigue aguantando, y algunos de sus versos en euskera quedan grabados hasta el tuétano. Tiene una fuerza lírica descomunal, chapuceada por una ideología castrante. Siempre irá conmigo, aunque a veces me dé calambre.
-Podemos apreciar una constante tanto en los poemas infantiles como en los textos para adultos: la búsqueda de la palabra precisa. ¿Es esta búsqueda la que te ha llevado al haiku y al aforismo?
Estoy más en el río de palabras que en la palabra misma. Busco la línea precisa que adelgace el sentimiento hasta hacerlo prácticamente transparente. Esa es la apuesta. El haiku es un buen género para dicha práctica; es como la pintura zen, pocos trazos y mucha respiración; el vacío que llena.
Con respecto al aforismo, siempre me ha interesado la gente que interpreta la vida de una manera personal y "respondiendo al instante". Una filosofía demasiado sistemática como la que se enseña en las universidades siempre se va quedando atrás en el tiempo, porque carga con demasiado aparato para poder adecuarlo al presente con ligereza y rapidez. Por eso me gusta el aforismo; al fin y al cabo, no decimos cosas muy distintas a las que pudo decir Séneca; pero, al ser fruto del momento, parecen nuevas, frescas como un recién nacido.
-En tu obra podemos ver una gran riqueza estrófica, rítmica y métrica. ¿Qué impulso, razón o sentimiento te lleva a practicar esta polifonía, si me permites denominarla así?
Me atrae sobremanera la polifonía; sin embargo, en la raíz, aprecio sobre todo la monodia. El resultado es polifónico, pero en los instantes concretos estoy cantando monodias.
Por otra parte, el verso libre me ha enseñado que primero está la fuente y luego el recipiente. Mi generación llegó a despreciar los metros clásicos y los de los bertsolaris, porque te obligaban a crear un hermoso recipiente y luego comenzabas a buscar la fuente; pero el recipiente se rompe en la búsqueda, o queda a medio llenar, o vacío del todo.
La poesía infantil me ha devuelto al recipiente. Una vez encontrada la fuente, podemos construir un recipiente adecuado y beber más a gusto. El ritmo, el metro, la estrofa... deben responder a una necesidad del mensaje. Rimar, por ejemplo, luna con cuna puede resultar muy significativo y alcanzar un gran poder de sugerencia. Otro ejemplo podría ser la utilización del soneto para desarrollar una visión que va más allá del concepto pero que se mantiene dentro de unos límites muy precisos, que te obliga a algo así como a condensar una novela en catorce líneas.
-Que no podemos vivir sin la naturaleza es algo evidente, pero en tus textos parece algo mucho más evidente que en la obra de otros poetas contemporáneos. ¿Estás de acuerdo con esta afirmación?
Hay muchos poetas contemporáneos, de todas clases. Colinas, por ejemplo, abarca la naturaleza de cien poetas juntos.
En ese sentido, me sitúo en la línea de Lizardi, Antonio Machado, la tradición japonesa y china y un lago elenco que llega hasta Horacio. Pero, al mismo tiempo, huyo de lo pastoril como de la peste. Para mí, la naturaleza es cruda, y a la vez puro éxtasis que convive con el ruido de la lavadora.
-Siempre aportas una mirada crítica y diferente sobre el mundo en que vivimos, especialmente en los aforismos. ¿Hasta qué punto es precisamente ésta una función del escritor, es decir, hacernos reflexionar sobre nuestro ser y nuestro entorno?
En sentido estricto, no intento hacer reflexionar a nadie. Es como si todo el mundo hubiese reflexionado antes que yo, y yo intentara entablar un diálogo socrático con ellos, no desde la razón sino desde la paradoja. Socrático, en el sentido de que no me trago las mentiras que me cuentan; sin embargo, les aviso que lo mío también es otra mentira más, un escalón más de la escalera que quisiéramos que nos condujese a la verdad. Por eso es paradójica.
-Me parece ver como una marca de tu estilo la reflexión sobre las preocupaciones éticas y existenciales, siempre presentadas con una gran elegancia y sutileza, incluso en los poemas infantiles ¿De dónde surge esta preocupación?
La estética como pura decoración no me interesa; provoca un asombro vano. Me interesan las personas de carne y hueso y sus sufrimientos y alegrías. Los niños son un reflejo nítido de nuestras almas; me atrae lo que van dibujando con sus actitudes y sus palabras. Los mayores tenemos varias capas de pintura y hay que raspar un poco; aunque duela, merece la pena ver el niño que va asomando.
Hoy, una mujer me ha contestado de mala manera en una ventanilla. La he observado a prudente distancia. Sus rasgos eran bellos, pero era como si se hubiera puesto una máscara de hierro. He hurgado en sus ademanes y he descubierto un gran dolor bajo el casco. Me la he imaginado con su amante, y el casco de hierro entre ambos. Mediante un poema, podría arrancarle el caso, y ver lo que asoma: quizá una cara ensangrentada, quizá una tez fulgurante.
Juan Kruz Igerabide estuvo en todo momento amabilísimo e incluso aportó la fotografía que encabeza el texto. Espero que sus respuestas puedan aportar más luz sobre su obra.
He aquí las respuestas y las preguntas:
-Empecemos por el principio. ¿Cómo llegaste a la poesía?
Aterricé en ella de una manera bastante accidentada; fue una especie de aterrizaje forzoso. Mis primeros contactos con ella tuvieron lugar a través de intermediarios (el que más contribuyó fue la música, a lo largo de toda la etapa juvenil; seguía de cerca las creaciones de Ez dok Hamahiru, de Paco Ibañez, De Atahualpa Yupanqui...), pero no logramos constituir una pareja de hecho.
Tras la hecatombe ideológica que cierta gente sufrimos después de la muerte de Franco, sentí que me precipitaba en barrena. Y fue cuando apareció de nuevo ella, pura y deslumbrante incluso en el lodazal. Desde entonces, formamos pareja de lecho.
-Eres posiblemente el poeta vasco más importante en la poesía infantil y juvenil ¿Qué te impulsa a escribir poesía para estas edades?
Le doy poca importancia a la importancia. He visto tanta tontería en el ranking de poetas y escritores, que creo que es urgente desrankingizar (algo así como desratizar) la literatura.
Escribo poesía infantil y juvenil porque es lo mismo que escribir poesía para adultos, con pantalón corto y una piruleta en la boca quizás. Yo estoy haciendo lo mismo en todos los ámbitos: un complicado aforismo encuentra una respuesta en la respiración de un niño asmático que profiere un haiku a la lluvia.
Hoy mismo, un niño vecino que aún toma teta de su madre, repetía un poema "titia bete-bete" (teta llena llenita), y me ha dejado flipado.
Oteiza y los ojos de Asiertxo.
-Hay, si no me equivoco, una constante simbolista en tu obra que se va adelgazando a medida que pasa el tiempo para dejar paso a una mayor presencia de lo cotidiano. ¿Es esta una apreciación correcta? Y, si es así, ¿qué te lleva a dar mayor espacio a la cotidianeidad?
Partí de un concepto muy cerebral del símbolo, quizá excesivamente misterioso. Ahora concibo el símbolo como cada acto de vida convertido en anhelo de duración. Podemos montar andamiajes abstractos complicadísimos en nuestro afán de duración, pero la reverberación de una triste vocal proferida desde las entrañas rebota en los confines del universo y regresa convertida en un soplo de brisa de mar, en el balanceo de una hoja de roble, en la duda de una gota al desprenderse.
El simbolismo me sigue atrayendo (tanto en su vertiente antropológica y tradicional, como en su vertiente poética transgresora), pero lo quiero hecho carne y habitando entre nosotros.
-¿Consideras tu obra y tu estilo dentro de alguna corriente o generación poética?
Me gustaría tal vez, pero no puedo. Me sobrepasa. Tengo buenos amigos poetas, y otros que no quiero como amigos pero sí como poetas. Pero, de corrientes.. ríos de alcohol, a lo sumo. Y como soy abstemio...
Me hubiera gustado crear una corriente sáfico-horaciana con retoques de Catulo, efusiones románticas (Coleridge, Novalis, Hölderlin, y mucho Rilke), deprecaciones simbolistas (Baudelaire, Rimbaud), locuras surrealistas y ultraístas, y el ritmo fluvial y trigal de Mandelstam o Claudio Rodríguez. Pero no ha podido ser, aunque conozco a mucha gente que quiere lo mismo, pero en otro orden. En poesía, el orden de factores sí que altera el producto.
-En algunos poemas hay un diálogo con otros poetas -Lizardi, Aresti, Mirande...- ¿Cuáles son los autores que más te han influido o que más te han estimulado?
Con respecto a la literatura vasca, en mis comienzos tuve mucho contacto con Juan Mari Lekuona, un poeta de verso muy fino y preciso. A Aresti lo llevaba conmigo desde la época juvenil. Pero luego descubrí a otro Aresti, que hablaba desde Aresti, y no desde lo que mi ideología quería escuchar de Aresti. A Mirande lo conocí al mismo tiempo que a Rimbaud y a Baudelaire; no me impactó tanto desde su poética (llegó un poco tarde como poeta maldito), pero sí desde lo que suponía su peculiar "constructo" en el seno de la literatura vasca.
Lizardi ha estado siempre ahí. Había algo en él que no me convencía al principio, y tampoco me convence ahora. Pero su fuerza lírica sigue creciendo sin parar ante mí. Es curioso; en rigor, podría considerársele incluso un poeta torpe; cuando se le traduce, se le cae a uno de las manos. Y sin embargo, sigue aguantando, y algunos de sus versos en euskera quedan grabados hasta el tuétano. Tiene una fuerza lírica descomunal, chapuceada por una ideología castrante. Siempre irá conmigo, aunque a veces me dé calambre.
-Podemos apreciar una constante tanto en los poemas infantiles como en los textos para adultos: la búsqueda de la palabra precisa. ¿Es esta búsqueda la que te ha llevado al haiku y al aforismo?
Estoy más en el río de palabras que en la palabra misma. Busco la línea precisa que adelgace el sentimiento hasta hacerlo prácticamente transparente. Esa es la apuesta. El haiku es un buen género para dicha práctica; es como la pintura zen, pocos trazos y mucha respiración; el vacío que llena.
Con respecto al aforismo, siempre me ha interesado la gente que interpreta la vida de una manera personal y "respondiendo al instante". Una filosofía demasiado sistemática como la que se enseña en las universidades siempre se va quedando atrás en el tiempo, porque carga con demasiado aparato para poder adecuarlo al presente con ligereza y rapidez. Por eso me gusta el aforismo; al fin y al cabo, no decimos cosas muy distintas a las que pudo decir Séneca; pero, al ser fruto del momento, parecen nuevas, frescas como un recién nacido.
-En tu obra podemos ver una gran riqueza estrófica, rítmica y métrica. ¿Qué impulso, razón o sentimiento te lleva a practicar esta polifonía, si me permites denominarla así?
Me atrae sobremanera la polifonía; sin embargo, en la raíz, aprecio sobre todo la monodia. El resultado es polifónico, pero en los instantes concretos estoy cantando monodias.
Por otra parte, el verso libre me ha enseñado que primero está la fuente y luego el recipiente. Mi generación llegó a despreciar los metros clásicos y los de los bertsolaris, porque te obligaban a crear un hermoso recipiente y luego comenzabas a buscar la fuente; pero el recipiente se rompe en la búsqueda, o queda a medio llenar, o vacío del todo.
La poesía infantil me ha devuelto al recipiente. Una vez encontrada la fuente, podemos construir un recipiente adecuado y beber más a gusto. El ritmo, el metro, la estrofa... deben responder a una necesidad del mensaje. Rimar, por ejemplo, luna con cuna puede resultar muy significativo y alcanzar un gran poder de sugerencia. Otro ejemplo podría ser la utilización del soneto para desarrollar una visión que va más allá del concepto pero que se mantiene dentro de unos límites muy precisos, que te obliga a algo así como a condensar una novela en catorce líneas.
-Que no podemos vivir sin la naturaleza es algo evidente, pero en tus textos parece algo mucho más evidente que en la obra de otros poetas contemporáneos. ¿Estás de acuerdo con esta afirmación?
Hay muchos poetas contemporáneos, de todas clases. Colinas, por ejemplo, abarca la naturaleza de cien poetas juntos.
En ese sentido, me sitúo en la línea de Lizardi, Antonio Machado, la tradición japonesa y china y un lago elenco que llega hasta Horacio. Pero, al mismo tiempo, huyo de lo pastoril como de la peste. Para mí, la naturaleza es cruda, y a la vez puro éxtasis que convive con el ruido de la lavadora.
-Siempre aportas una mirada crítica y diferente sobre el mundo en que vivimos, especialmente en los aforismos. ¿Hasta qué punto es precisamente ésta una función del escritor, es decir, hacernos reflexionar sobre nuestro ser y nuestro entorno?
En sentido estricto, no intento hacer reflexionar a nadie. Es como si todo el mundo hubiese reflexionado antes que yo, y yo intentara entablar un diálogo socrático con ellos, no desde la razón sino desde la paradoja. Socrático, en el sentido de que no me trago las mentiras que me cuentan; sin embargo, les aviso que lo mío también es otra mentira más, un escalón más de la escalera que quisiéramos que nos condujese a la verdad. Por eso es paradójica.
-Me parece ver como una marca de tu estilo la reflexión sobre las preocupaciones éticas y existenciales, siempre presentadas con una gran elegancia y sutileza, incluso en los poemas infantiles ¿De dónde surge esta preocupación?
La estética como pura decoración no me interesa; provoca un asombro vano. Me interesan las personas de carne y hueso y sus sufrimientos y alegrías. Los niños son un reflejo nítido de nuestras almas; me atrae lo que van dibujando con sus actitudes y sus palabras. Los mayores tenemos varias capas de pintura y hay que raspar un poco; aunque duela, merece la pena ver el niño que va asomando.
Hoy, una mujer me ha contestado de mala manera en una ventanilla. La he observado a prudente distancia. Sus rasgos eran bellos, pero era como si se hubiera puesto una máscara de hierro. He hurgado en sus ademanes y he descubierto un gran dolor bajo el casco. Me la he imaginado con su amante, y el casco de hierro entre ambos. Mediante un poema, podría arrancarle el caso, y ver lo que asoma: quizá una cara ensangrentada, quizá una tez fulgurante.
sábado, 1 de noviembre de 2008
LAS LEÓNIDAS
Con noviembre llegan las Leónidas, una de las lluvias de meteoros más cambiante a lo largo de los años. Podremos verlas durante la tercera semana del mes, aunque el momento de mayor actividad se espera para la madrugada del día 17, lunes, un poco antes del alba. Si le echáis un poco de ganas y de humor, puede ser una buena forma de iniciar la semana: vistazo a las Leónidas, un buen desayuno... y, después, a currar.
martes, 28 de octubre de 2008
IRAKURZALE AMORRATUA
Gaur Javi Cilleroren lan hau irakurri dut. Gaur hemen idaztea erabaki dut. Gaur, atzo bezala, eta, seguru asko, bihar ere bai, Cillerok aurkezten digun idazlea/irakulea, bat baino gehiago ondoan izango dugulako, eta, zoritxarrez, irakurlezaletasuna bultzatu behar dutenen artean; hau da, hezkuntza arloan. Hona hemen Irakurzale amorratua:
Ez zituen irakurtzen unikornioak agertzen ziren liburuak, ez kilker jakadunak, arrautza hiztunak, ipotx miresgarriak, edota elefante hegaldariak agertzen zirenak ere, eta biziki gorroto zituen neska eder lotiak eta pospolo-saltzaileak; ez zuen Erdi Aroko libururik irakurtzen, eta berarentzat Erdi Aroa Neronek zuzia piztu zuenean hasten zen; ez zuen mendebaldetik kanpoko zibilizaziotik zetorren libururik irakurtzen, basati hutsak zirelakoan; eta ez zuen itsas abenturarik irakurtzen, ez bale-arrantzaleak azaltzen zituztenak, arrain kiratsa jasanezina egingo zitzaiolakoan; ez zuen literatura antologietan gomendatutako libururik irakurtzen, Unibertsitateko kritikoak salduta zeudelako; eta ez zuen Shakespeare irakurtzen, isabeldarren ingelesez ez bazen, ez eta Dostoievski ere San Petersburgoko zirilikoaz ez bazen, edo agian alderantziz; ez zuen Faulner irakurtzen trinkoegia zelako; ez zuen Hemingway irakurtzen mehegia zelako; ez zuen Virginia Wolf irakurtzen bere buruaz beste egin zuelako; ez zituen Poe, Kerouac, Lowry irakurtzen, edari biziei emanda izan zirelako; eta ez zuen Marguerite Duras irakurtzen, aspaldian ezetza eman zion emaztegai bat gogorarazten ziolako; ez zuen psikologia freudzalea azaltzen zuen nobelarik irakurtzen, amarekin maiteminduta zegoelako; eta ez zuen bizi alargunik deskribatzen zuen nobelarik irakurtzen, emazteak adarrak jarri zizkionetik; ez zuen bera baino gazteago zen batek idatzitako libururik irakurtzen, haurtzaroan hartutako erabaki sendo bati atxikita; eta ez zuen joan den mendeko libururik irakurtzen, mende hori zeinahi izanik ere; ez zuen apaizak idatzitako libururik irakurtzen, ez apaizik agertzen zen eleberririk, ez apaizek gomendatutako libururik, apaizgaitegiko urte latzak gogoan; ez zuen zientzia fikziorik irakurtzen, ez eta zientzia hutseko eskulibururik ere; ez zuen berrehun orritik gorako libururik irakurtzen, ezta ehundik beherakorik ere; ez zuen ume moko bizargabeen poesia irakurtzen; ez zuen umoreko poesiarik irakurtzen; ez zuen hatxedun poesia irakurtzen ez bazen bolaluma gorri batez hatxe guztiak ezabatuz orriak irakurri ahala; ez zuen poesia dekadenterik irakurtzen; ez zuen poesia emea irakurtzen; ez zuen protobaskoz idatzitako poesiarik irakurtzen; ez zuen hitz espainolak tartekatzen zituen poesiarik irakurtzen, ez eta euskarazko hitzak tartekatzen zituen poesia espainiarra ere; ez zuen lehiaketa literaroietan saritutako libururik irakurtzen, eta ez zuen irakurriko, bere nobelak halako sariren bat lortu arte, behintzat; ez zuen saiakera libururik irakurtzen, Senekaren odolustearen ondorengoa bazen; ez zuen pentsamendu biguneko liburuxkarik irakurtzen, eta higuina ematen zioten bestelako pentsamenduek; ez zuen bidaia libururik irakurtzen, inperialista hutsak zirelakoan; eta ez zuen herri menderatuetako literaturik irakurtzen, garatu gabe zegoelakoan; eta nekez zabalduko zuen egunkari, aldizkari, hilabetekari, urtekari edo ehunurreneko gomendiozko libururik, zinema-zerrenda begiratzeko ez bazen.
Noizbait, euskaltzain izendatu zuten, eta hitzaldi sarreran irakurtzearen plazerraz jardun zuen.
Harribitxi hau Javi Cilleroren Hollywood eta biok liburuan duzue.
Irakurketa zoriontsu izan!
domingo, 26 de octubre de 2008
EL INDIO QUE LLEVAMOS DENTRO
Hoy ni me encuentro con ganas ni con ideas.
Retomo una entrada apenas visitada de hace once años.
Era domingo.
Era domingo.
Cuando iba a comprar el periódico dominical, me he encontrado en el quiosco este indio de juguete, uno de esos con los que jugábamos cuando éramos niños, y no he podido resistir la tentación de hacerme con él.
Según parece, los niños de hoy no juegan mucho con ellos; de hecho, es muy difícil encontrarlos, a no ser que sea en una de esas tiendas especializadas en muñequitos de plástico donde venden todo tipo de animales y personajes de las películas infantiles más exitosas.
Debo reconocer que no voy a jugar con él, ni tan siquiera voy a ponerlo en algún lugar destacado de la estantería de libros. No siento ninguna nostalgia de la infancia, hace muchos años perdida, ni de los juegos con los que me entretenía. Pero sí tengo un amigo a quien todavía hoy le atraen especialmente. Es un regalo para él. Para él y para el indio que algunos todavía llevamos dentro.
Me explico: los indios siempre perdían las batallas ante el Séptimo de Caballería y su célebre canción, ¿os acodáis?:
Los indios eran los malos, los que cortaban las hermosas cabelleras a los rubios y apuestos hombres blancos. Los que impedían con su pesada presencia en los inmensos prados el desarrollo de la ganadería y de las comunicaciones. Eran, en definitiva, una banda de gamberros salvajes siempre molestos.
Los indios eran los malos, los que cortaban las hermosas cabelleras a los rubios y apuestos hombres blancos. Los que impedían con su pesada presencia en los inmensos prados el desarrollo de la ganadería y de las comunicaciones. Eran, en definitiva, una banda de gamberros salvajes siempre molestos.
El caso es que tengo un amigo bastante indio y salvaje, que no necesita nada para disfrutar de la naturaleza, salvo la propia naturaleza salvaje, pero el séptimo de caballería siempre anda acosándolo. Quiere reducirlo a la categoría de ciudadano civilizado cuando está en la ciudad y a la de dominguero senderista cuando se pierde en el monte.
Para él, pues, y para todos los que todavía guardan un indio en su interior, este pequeño juguete inofensivo que hoy he encontrado, mientras realizaba el rito dominguero y civilizado de comprar un periódico.
viernes, 24 de octubre de 2008
OTOÑO
Antes de que termine octubre quiero rendir un pequeño homenaje a Juan Ramón Jiménez, colocando aquí este hermoso soneto que he sacado de su libro Sonetos espirituales (Ed. Losada, 1970)
OCTUBRE
Estaba echado yo en la tierra, enfrente
del infinito campo de Castilla,
que el otoño envolvía en la amarilla
dulzura de su claro sol poniente.
Lento, el arado, paralelamente
abría el haza oscura, y la sencilla
mano abierta dejaba la semilla
en su entraña partida honradamente.
Pensé arrancarme el corazón, y echarlo,
pleno de su sentir alto y profundo,
al ancho surco del terruño tierno;
a ver si con romperlo y con sembrarlo,
la primavera le mostraba al mundo
el árbol puro del amor eterno.
J.R. Jiménez
De paso, y ya que estamos con J.R.J., una recomendación: Espacio, Editora Nacional, 1982. En mi opinión, su mejor libro. Simplemente magnífico, poesía en estado puro. Está editado por Aurora de Albornoz de manera magistral. Ofrece, incluso, la versión primera en verso, y un montón de notas y sugerentes comentarios.
Os dejo la frase con la que se abre el libro:
"Los dioses no tuvieron más sustancia que la que yo tengo".
Feliz lectura.
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