Editorial |
Isabel Muñoz Diez salía de la caseta cuando yo entraba, pero tuvimos el tiempo suficiente para intercambiar unas pocas palabras y algún que otro cromo. De ella me traigo esta breve y triste historia adolescente de amor desencontrado, es decir, una historia universal, la de casi siempre. Ya sabéis, como nos dijo Machado, se canta lo que se pierde.
LO DIFUSO QUE RETENGO
Nada me asusta más que pensar
que quizá solo existieras en mi cabeza.
Tan solo conservo
el mínimo recuerdo
de los días felices.
Converso y disperso,
en almas transitorias,
palabras en el viento,
cansadas de una boca
que no se posa.
Al acecho del tuyo,
ocupo otros cuerpos
que con intensidad aprietan,
como si fuese la primera
a la que en tanto tiempo rozan.
Y yo huyo.
Y recuerdo nuestra historia.
Y les cuento lo que eras
antes de perder[me]
en tu memoria.
***
Editorial |
FRÁGIL, MÍNIMA ES LA VIDA
Frágil, mínima es la vida,
en un soplo
vuelas por los aires
de noticias y buenas nuevas,
en la antesala de la despedida
de todo aquello que hemos sido.
¿Qué dirían nuestros cavernícolas abuelos
si vieran evaporarse
a tantos rituales
en meros recuerdos?
Poco más que nada,
salvo que demos la bienvenida
a todos aquellos rastros
a los que algún día fuimos
en la búsqueda de un hermano mayor
para guiar la travesía
en el grito desesperado de mi conciencia,
como si fuera un crimen pasional
que por un instante de placer
nos despertara del letargo
que poco a poco se lleva la vida.
¡Larga vida a la poesía!
¡Larga vida a jóvenes poetas que tienen todos los versos por delante!
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Larga vida Jesus y gracias.
ResponderEliminarNo hay de qué. Es un placer esparcir poesía, y más si es de gente que empieza en esta tarea un tanto rara y minoritaria de hacer versos. Un abrazo.
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