Editorial. Ejemplar de la Biblioteca Central. |
La Luna es la novela de mi vida.
Con la misma pasión con que expresa su deseo, esta joven astrofísica nos cuenta de una manera extraordinariamente sencilla y atractiva las historias, creencias, mitos, errores y conocimientos sólidos y comprobados que hoy poseemos sobre la Luna. Desde Australia a Centroamérica, desde China a la Europa nórdica, no hay mito sobre nuestro satélite que no le sirva para ilustrar una idea, un conocimiento e introducirnos en ese viaje milenario que es la historia de la Luna desde su formación hasta la actualidad.
Pero repito, lo hace con una rara sencillez, lo que permite que este libro pueda ser disfrutado desde los ocho o diez años, a pesar de que por él transcurran la hipótesis de Tea, los eclipses, la cara oculta, su formación, la eclíptica, la carrera espacial o las mareas telúricas. Además, para facilitar la lectura, está redactado en capítulos muy breves, algunos de una sola página. Y hasta un tipo como yo, medianamente bien informado sobre las relaciones entre la Luna y la poesía, descubre en este libro unos versos que no conocía:
Y Rut se preguntaba,
inmóvil, abriendo a medias los ojos bajo sus velos,
qué Dios, qué segador del estío eterno
habría tirado con descuido al marcharse
aquella hoz de oro en el campo de las estrellas.
Exactamente la que hoy mismo podéis ver en el cielo, tras la puesta de sol, a pocos grados por encima del horizonte oeste, si es que no está nublado. Los versos los escribió Victor Hugo y pertenecen a La leyenda de los siglos.
En fin, el libro es todo un regalo para quienes se suelen quedar mirando la Luna, pero nunca se han lanzado a dar un paso más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este blog es personal. Si quieres dejar algún comentario, yo te lo agradezco, pero no hago públicos los que no se atienen a las normas de respeto y cortesía que deben regir una sociedad civilizada, lo que incluye el hecho de que los firmes. De esa forma podré contestarte.