Imagen tomada de icanvas,com |
Mi padre me introdujo en la pintura.
Lo hizo a través de las revistas,
bien editadas, del lugar perdido
al que llamábamos y todavía
llamamos la República.
Durante años dibujé y pinté
con una inútil furia de converso.
Era como vivir dentro de las pinturas
del Museu d'Art Modern, el solitario
museo donde nunca había nadie.
Como si visitara
una ciudad francesa de provincias.
Y de pronto Hokusai. Rayas oblicuas
que barran todo un puente atravesado
por hombres y mujeres con paraguas.
Ahora que soy viejo desearía vivir
dentro de algún paisaje de Hokusai.
Poder cruzar mi puente protegido
por las líneas oblicuas, tensas, rápidas.
Las delicadas rejas de la lluvia.
De Misteriosamente feliz. Visor, 2009.
Página web de Joan Margarit, aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este blog es personal. Si quieres dejar algún comentario, yo te lo agradezco, pero no hago públicos los que no se atienen a las normas de respeto y cortesía que deben regir una sociedad civilizada, lo que incluye el hecho de que los firmes. De esa forma podré contestarte.