martes, 15 de noviembre de 2022

LO PEQUEÑO ES HERMOSO, E. F. Schumacher

Desde el punto de vista económico, el concepto principal de la sabiduría es la permanencia (...) incompatible con una actitud depredadora.
E. F. SCHUMACHER

He releído durante los últimos días este libro que se publicó en castellano hace ya 34 años; en inglés, el próximo año hará medio siglo. Hoy está descatalogado, pero todavía se puede conseguir en librerías de segunda mano.


Parece increíble que lo que en él defendiera Schumacher siga siendo absolutamente necesario hacerlo hoy. Hoy más que nunca

Es un libro escrito por un economista, pero un economista que lo mismo se nutría de la filosofía oriental —Gandhi incluido—, que de Kierkegaard. Un economista que al ver el camino que estaba tomando la sociedad durante los años 60 del pasado siglo, intentó poner un poco de sensatez en una economía que devoraba literalmente la Tierra con el modo de vida insostenible y el consumo enloquecido de recursos. Un economista que sabía que el mayor recurso que tenemos es la educación, pero parece que no sabemos aprovecharlo.

Pero en lugar de poner mis palabras aquí, os dejo tres párrafos sacados del libro:

¿Vamos a seguir aferrándonos a un estilo de vida que crecientemente vacía el mundo y devasta la naturaleza por medio de su excesivo énfasis en las satisfacciones materiales, o vamos a emplear los poderes creativos de la ciencia y de la tecnología, bajo el control de la sabiduría, en la elaboración de formas de vida que se encuadren dentro de las leyes inalterables del universo y que sean capaces de alentar las más altas aspiraciones de la naturaleza humana? (Prefacio, pag. 7).

Los fundamentos de la paz no pueden descansar sobre la prosperidad universal, en el sentido moderno de la palabra, porque tal prosperidad, si es que puede obtenerse, lo es gracias al cultivo de impulsos naturales tales como la codicia y la envidia, que destruyen la inteligencia, la felicidad, la serenidad y, finalmente, la tranquilidad del hombre (pag. 32).

Nos retraemos de la verdad si creemos que las fuerzas destructivas del mundo moderno pueden ser "puestas bajo control" por la simple medida de movilizar más recursos (económicos, educativos y de investigación) para combatir la contaminación, para preservar la vida silvestre, para descubrir nuevas fuentes de energía y para concretar acuerdos más efectivos de coexistencia pacífica. No hay necesidad de decir que la riqueza, la educación, la investigación y muchas otras cosas son necesarias en cualquier civilización, pero lo que es más necesario hoy es una revisión de los fines a los que se supone que sirven estos medios. Y esto implica, por encima de todo, el desarrollo de un estilo de vida que otorgue a las cosas materiales su lugar legítimo y propio, que es secundario y no primario. (Epílogo, pag. 306).

Todo un alarde de sentido común, argumentación equilibrada, estilo ameno y una invocación, tan necesaria como ineludible, a la defensa de lo pequeño. Los datos que Schumacher utiliza en el libro, lógicamente, corresponden a los años 60. Hoy son aún más escandalosos. Y ya somos 8.000.000.000 de personas.

Especialmente recomendado para quienes todavía van a comprar el tabaco en coche🚬🚘.

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Путин, немедленно останови войну!

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