sábado, 23 de enero de 2021

CONFUCIO Y EL BUEN GOBIERNO

Editorial
Gouijan Chen nos recuerda en su estudio introductorio a la edición de la Poesía clásica china que Li Bai, Du Fu y Wang Wei fueron proclamados por los críticos de la época como "El inmortal de la poesía", "El Santo de la Poesía" y "El Buda de la Poesía", respectivamente, por las inclinaciones taoístas del primero, las confucianistas del segundo y las budistas del tercero (p 28).

Como mi lectura del Tao se remonta a la juventud y  mis conocimientos de la filosofía china son un tanto dispersos, por no decir absolutamente menesterosos, recurro a mi siempre fiel Historia de Störig para aclarar conceptos. En la página 117 me encuentro con una cita de Confucio que habría que enviar a toda persona que se dedique o se quiera dedicar al buen oficio de gobernar:

Cuando los antiguos querían hacer pública en el imperio la luminosa virtud, ordenaban primero su Estado; cuando querían ordenar su Estado, arreglaban primero su casa; cuando querían arreglar su casa, perfeccionaban primero su persona; cuando querían perfeccionar su propia persona, hacían primero recto su corazón; cuando quería hacer recto su corazón, hacían primero veraces sus pensamientos; cuando querían hacer veraces sus pensamientos, completaban primero su saber.

Confucio está pensando en eso de la cosa pública, pero su reflexión, o su consejo, se puede extender a cualquiera de nosotros, aunque no tengamos ninguna responsabilidad, salvo la de hacer recto nuestro corazón.

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Por si quieres ir a las fuentes: 

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