Voy a empezar por desmentir a las maravillosas lectoras Berthoud y Elderkin. Con este libro no vamos a poder curarnos del cáncer, ni de la COVID-19, ni tan siquiera de una leve dolencia reumática. Aunque supongo que esto ya se lo había imaginado todo el mundo. Al fin y al cabo, es solo un libro. Pero sí hay, por ejemplo, una magnífica lista de 10 novelas cortas adaptadas a la rutina de estar sentado durante la quimioterapia o tener la capacidad de atención reducida, porque nos sentimos mal espiritual, emocional, física, social o profesionalmente, y no tenemos ni fuerzas para estar con otras personas (pp 89,90).El libro es realmente ingenioso, divertido y, permitidme que os lo diga, extremadamente informativo. Efectivamente, no nos va a bajar la fiebre, pero la biblioterapia que aplican estas dos lectoras incondicionales es tan sabia e ingeniosa que resulta adictiva. Sus recomendaciones son ágiles y muy sabrosas, y las van intercalando con tentadoras listas como Las diez mejores novelas para curar la xenofobia, Las diez mejores... para cuando te has dejado las llaves dentro, ...para hacerte llorar, ...para evadirse, ...para levantar el ánimo, ...para cuando se está acatarrado. Hay de todo y para todo. Unos cuantos cientos de libros comentados que nos proponen para que aliviemos todo tipo de males.
Para que os hagáis una idea, aquí tenéis una sola página del índice de males para los que se proponen remedios literarios (el índice de males abarca seis páginas):
Sabiduría y humor perfectamente combinados. Tenedlo siempre a mano..., por si acaso.
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