Inmediatamente recuerdo un vídeo del fotógrafo submarino Rafa Herrero Massieu, que coloqué hace años en este espacio. En él aparecían tortugas condenadas por esos plásticos que tan alegremente usamos y de los que nos deshacemos sin pensar en sus consecuencias. Me pongo a buscar y, ¡eureka!, lo encuentro. Tiene ya seis años. Bellísmas y aterradoras imágenes.
Sigo buscando información y los datos que encuentro dan miedo: vertemos ¡8 millones de toneladas de plástico al año! al mar —datos de la ONU—. La cifra es tan salvaje que existen islas de plástico, islas de basura, en los océanos, la más grande de ellas en el Pacífico, con una extensión tan grande como Mongolia.
También encuentro un vídeo muy didáctico y muy gráfico sobre este tema de MarginalMedia que me parece muy adecuado para explicar la situación:
Todo esto es verdaderamente deprimente, pero más deprimente es que existiendo como existe no hagamos nada para intentar solucionarlo.
¡Qué horror! Qué despreciables somos como criaturas, me parece increíble lo que hemos hecho al planeta y más aun el cinismo al no querernos dar cuenta de todo el daño que hacemos con nuestros desechos, con lo que desperdiciamos "sin darnos cuenta". Es deprimente y muy frustrante ver políticos y empresarios que niegan el calentamiento global, y personas comunes y corrientes desperdiciando como si todo fuera gratis y nuestra basura no generara ninguna consecuencia.
ResponderEliminarAsí es, querida Ana, somo capaces de cosas realmente hermosas, pero al mismo tiempo somos una especie temible, capaces de las mayores barbaridades, como por ejemplo, poner en peligro la vida en el planeta.
EliminarSaludos.