Si fuera cierto aquello de que a quienes los dioses aman mueren jóvenes, Schubert debió ser amado profundamente por los olímpicos, ya que murió cuando tenía 31 años.
Las obras del músico vienés me gustan mucho. Algunas de sus canciones y unas cuantas sonatas se encuentran entre mis piezas favoritas. Su música sacra es maravillosa y sus óperas, una delicia. Pero no voy a hablar de las excelencias de un músico suficientemente alabado y conocido.
La verdad es que hoy, aquí donde amanezco, el día se ha levantado un tanto mi bemol y la lluvia mansea schubertiana. He buscado ese Trío nº 2 tan delicioso y he decidido que se convierta en Obertura para soñar un estupendo día de trabajo. Que la música de Schubert os acompañe.
! Qué buena compañia !
ResponderEliminarManoli