Como el documento siempre es breve, demasiado breve, de las Elegías de Duino sólo aparecen pequeños fragmentos que a mí me parecían especialmente significativos o ilustrativos. Sólo dos de ellas están completas, la sexta y la novena. En cualquier caso, si disponéis de una edición con las diez elegías completas, mi consejo es que las leáis en voz alta y que os dejéis llevar por el impulso visionario que generan, como si fuerais el mismo poeta arrastrado por la inspiración, sin pretender entrar en su significado. De eso ya nos ocuparemos en octubre.
Mientras tanto, os dejo un breve poema del autor sacado de su Libro de las horas:
Apaga mis ojos, y podré verte,
cierra mis oídos, y podré oírte,
y sin pies podré llegar hasta ti,
y aún sin boca podré conjurarte.
Córtame los brazos, te abrazaré
con el corazón como con las manos,
párame el corazón, latirá el cerebro,
y si en mi cerebro arrojaras fuego,
aún te llevaría sobre mi sangre.
(Traducción: J. Ferreiro Alemparte)
Saludos.
ResponderEliminarCuál es el nombre de este bello poema?
Gracias.
¡Hola, Freddy!
EliminarEs un poema, como otros muchos, sin título.
Saludos y gracias por pasar por aquí.