Exlibris, escrito junto o en dos palabras, es, según la definición del DRAE, la etiqueta o sello grabado que se estampa en el reverso de la tapa de los libros, en la cual consta el nombre del dueño o el de la biblioteca a que pertenece el libro. La traducción de la expresión latina quiere decir "de entre los libros"; por tanto, este es un libro en el que se habla de libros, de escritura y, en general, de todo cuanto tiene que ver con la expresión escrita. Es, vamos a decirlo claramente, un libro escrito por una persona a quien le encanta todo cuanto tiene que ver con el libro. De hecho, se subtitula Confesiones de una lectora.
Anne Fadiman es una ensayista estadounidense cuya pasión por los libros y la expresión correcta le ha llevado a ofrecernos estas Confesiones llenas de humor y muchas anécdotas. Algunas francamente divertidas, otras muy aleccionadoras, todas llenas de encanto y devoción por cuanto significa la lectura. Y no solo es ella así, toda la familia es igual. Página 87:
Fuimos todos a cenar (padres y hermanos) a un restaurante muy elegante. Cuando inclinamos la cabeza para leer el menú (...), me di cuenta de que nuestras expresiones absortas no tenían nada que ver con la decisión de lo que íbamos a comer.
—Han traspuesto la e y la i en salsa Madeira —comentó mi hermano.
—Han puesto Bel Paese todo junto, como si fuera una sola palabra —dije—, y está en caja baja (minúsculas en argot tipográfico).
—Al menos no hay tantos errores de ortografía como en el restaurante donde cenamos el martes pasado —comentó mi madre—. Allí sirven pato de P-E-Q-U-I-N-G.
Por el libro desfilan comentarios sobre bibliotecas públicas y personales, dedicatorias en portadilla o fuera de ella, cosas que se hacen y otras que no se deben hacer con los libros, escritura manual o con algún tipo de máquina, el género y sus problemas, los estrechos límites entre el plagio, el homenaje y la cita o la caradura de algunos, la irrenunciable lectura en voz alta, las costumbres librescas de algunas personas famosas, el encanto irresistible de los libros de segunda mano. En fin, todo un cúmulo de situaciones y temas profundamente atractivos para quienes poseemos la enfermedad del libro en cualquiera de sus formas o somos simple y llanamente letraheridos.
"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
miércoles, 17 de julio de 2019
martes, 16 de julio de 2019
LAS AMISTADES DE GERTRUDIS
Fuente: kulturklik |
Esta misma tarde y en la ciudad del Bidasoa Producciones Pollo Rosa pone en escena Las amistades de Gertrudis, que según dice la publicidad es un espectáculo a mitad camino entre visita a un museo, cuentacuentos y performance musical.
Esta Gertrudis a la que alude el título es la famosa mecenas de la época de las vanguardias, Gertrude Stein (1874-1946), vanguardista ella misma, pero con la pluma, pues fue pionera del movimiento modernista. Su The Autobiography of Alice B. Toklas, fue un auténtico bombazo en la época.
Por la casa de Stein en París (1903-1914) pasaron los creadores más importantes de la época: Pablo Picasso, Ernest Hemingway, F. Scott Fitzgerald, Sinclair Lewis, Ezra Pound, Thornton Wilder, Francis Picabia, Henri Matisse y otros muchos. En aquella casa y en aquel ambiente es donde acumularon ella y su marido Leo la impresionante colección que les dio tanta fama.
La obra se interpreta esta tarde, a las 20:00, en la Calle Escuelas, junto al Museo Romano.
SOR JUANA INÉS, CON EL FAVOR Y EL DESDÉN
El 4 de julio comenzó el Festival de Teatro Clásico de Almagro. El día 8 estrenaron en el Corral de Comedias el radioteatro Sor Juana Inés, con el favor y el desdén. Previamente había sido grabado por el equipo de Ficción Sonora, que, además de realizar unos trabajos impecables, siempre tienen el generoso detalle de colgarlos en la web para que cualquier persona desde cualquier lugar del mundo pueda tener acceso a ellos y disfrutarlos.
María Adánez y Manuela Velasco son las protagonistas de esta ficción que narra los últimos años de la gran escritora mexicana de la época barroca.
Feliz martes y feliz audición.
lunes, 15 de julio de 2019
FESTIVAL DE TEATRO DE OLITE 2019
Fuente: http://www.oliteteatrofestival.com/es/inicio |
Si estáis pensando en teatro clásico (y más) al aire libre, después de cenar, con marco incomparable y con mantita para protegeros de la brisa nocturna (sí, sí, con mantita, no es broma), el Festival de Teatro de Olite es vuestra opción inexcusable para este verano.
En La Cava podréis ver:
- Antígona (Sófocles, Bertolt Brecht, Jean Anouilh), de La Ferroviaria, con dirección de Paco Macià, el 19 de julio;
- El rey Lear (William Shakespeare), de Atalaya, con dramaturgia y dirección de Ricardo Iniesta, el 20 de julio;
- Vengo, de la Compañía de Danza de Sara Cano, el 21 de julio;
- Loco desatino (Ana Caro Mallén), una producción de Producciones maestras dirigida por Ana Maestrojuán, el 24 de julio;
- Margaritas de Margarita. Mujer y Renacimiento (Jesús Arbués), de R.M. Mamagement, con dramaturgia y dirección de Jesús Arbués, el 25 de julio.
- Electra (creación colectiva), de la portuguesa Companhia Do CHAPITÔ, con dirección de Cláudia Nóvoa y José Carlos Garcia, el 26 de julio;
- Lorca, la correspondencia (Federico García Lorca), de Histrión teatro, con dramaturgia y dirección de Juan Carlos Rubio, el 27 de julio;
- La valentía (Alfredo Sanzol), de La Zona Teatro, dirigida por Alfredo Sanzol, el 28 de julio;
- El enfermo imaginario (Jean Baptiste Poquelín Molière), de Morboria Teatro, con versión y dirección de Eva del Palacio, el 29 de julio;
- Retrato de Ludmilla en Nina Simone (David Lescot), de la producción francesa La Comédie de Caen bajo la dirección de David Lescot, el 2 de agosto;
- y Federico García,escrita, producida y dirigida por Pep Tosar, el 3 de agosto.
En La Carpa:
- La noche justo antes de los bosques (del gran exponente del teatro francés contemporáneo Bernand-Marie Koltès), producida y dirigida por Fernando Renjifo, el 23 de julio;
- y El último tren a Treblinka (Patxo Telleria), de Vaivén Producciones, dirigida por Mireia Gabilondo, el 1 de agosto.
- Erritu de Kukai Dantza, el 20 de julio junto a la Coral de Olite;
- y Merolico – Entremeses bululuados, de los mexicanos Efe Tres Teatro, el 2 de agosto.
- Gelajauziak de Kukai Dantza el 3 de agosto.
- Amor oscuro (Federico García Lorca), de Viridiana Centro de Producción Teatral, con dirección de Jesús Arbués, el 26 de julio;
- Calígula debe morir (Mabel del Pozo, Xoel Fernández), de Bagoa Producciones, el 27 de julio;
- además de los grupos seleccionados para el ciclo de Poética Teatral, los días 19, 21 y 28 de julio.
- La tradición del teatro itinerante en las dos orillas: del Siglo de Oro a Lorca y Vasconcelos, conferencia que impartirá David Rodríguez Solas, el 2 de agosto.
Tenéis la programación completa, el acceso a la compra de entradas y todo cuanto podáis necesita saber en la página del festival.
BRONTË RECOMIENDA
Fuente: http://erratanaturae.com/libro/el-viento/ |
El viento fue la causa de todo.
Así comienza la estupenda novela de Dorothy Scarborough, El viento. Dicen de ella que es una gran novela gótica americana y que tiene ecos de Cumbres borrascosas y de muchos textos británicos decimonónicos que formaron parte del bagaje literario de la autora.
Lo cierto es que por sus páginas pasean el miedo a la soledad, la locura, el feminismo, el miedo a lo desconocido y un estupendo retrato de la vida de las mujeres del Oeste. Y es que la protagonista, Letty, se ve obligada a abandonar su Virginia natal para instalarse con su primo en Texas. Antes de llegar, advierten a la joven de lo que va a encontrarse: un lugar hostil, desértico y seco con unas tormentas de arena que obligan a los vecinos a esconderse en sus casas durante días. A pesar de la advertencia, Letty no tarda en caer en el vacío y la tristeza.
El viento es también una historia de supervivencia, de pelea e inconformismo. Un viaje al interior de uno mismo, a ese lugar en el que guardamos nuestras últimas esperanzas y fuerzas para seguir adelante.
De hecho, esto es lo que piensa Letty en el tren camino al que, aún no sabe, será su infierno.
Cuando no quedaba nada hacia lo que volverse, excepto un pasado roto por el dolor y la separación, un futuro que no sabía lo que le auguraba, y un viaje en tren como todo presente, ¿qué se podía hacer, aparte de soñar?.
***
[El viento llega a las librerías de la mano de la gran Errata Naturae (nunca falla) y con la traducción de Sara Álvarez Pérez. ]domingo, 14 de julio de 2019
INVITACIÓN A LA NOCHE, 20
Fuente: https://lifeunderthestarlight.wordpress.com |
LIRA
el corazón la sabe
D. ALONSO
No es música,
ni luz,
ni pensamiento.
Jamás hubo una historia de amor
más hermosa y menos castigada.
Lira es Orfeo
que nos llama y nos redime,
y es Eurídice que vuelve…
y que no puede.
Y son las musas y su canto y su gemido.
Y es Calíope…
que tampoco puede
—¿dónde, dónde pongo el recuerdo
para que no me duela?—
No es música,
ni luz,
ni pensamiento.
MARTA HARNECKER, UN RECUERDO
Me entero gracias a la biblioteca del Koldo Mitxelena de que Marta Harnecker ha muerto este año. El personal de la biblioteca es muy atento para estas cosas y cuando se produce un evento en el ámbito cultural, acuden a su fondo y colocan en lugar visible una estantería con los libros que tienen relación. Para ser correcto, debo decir que la pequeña estantería estaba llena de libros en su momento, pero el público ha ido cogiéndolos. Fui a casa, busqué la noticia y ahí estaba: Fallece Marta Harnecker, autora de Los conceptos elementales del materialismo histórico (Público, 16-6-2019).
Yo no soy marxista ni lo era entonces, hace ya muchos años, cuando leí —estudié, sería más correcto— sus Conceptos elementales, pero a ella y a Lefebvre, les debo mi primer éxito como ponente. Humilde éxito, sin duda, y reducido al ámbito escolar, pero quiero recordarlo aquí como homenaje personal a una autora que me abrió las puertas de la literatura marxista.
Era el último curso de Magisterio y el profe de Filosofía pidió algún voluntario para que "nos haga comprensible la filosofía marxista". La verdad es que era una persona muy agradable que siempre nos engañaba con su falso desconocimiento: "Yo es que no entiendo esto. ¿Alguien me lo podría explicar?" Era su manera de que entráramos al trapo. Podía ser una película, un poema, una escena ocurrida en la calle, cualquier cosa le valía para enardecer nuestra curiosidad y espolear las ganas de saber, aparentemente, más que él. O si no, recurría a comprarnos: "Invito al bocata del recreo a quien me explique la diferencia entre los imperativos categóricos y los hipotéticos".
Con el pensamiento marxista sucedió lo mismo. Lanzó el reto a toda la clase para que en una exposición de tres cuartos de hora —el resto, preguntas— se hiciera la luz sobre el tema y quedaran claros los conceptos elementales de la ideología marxista. Después de dudarlo mucho, yo me ofrecí voluntario, y ante la sorpresa de que nadie más lo hiciera, quedé elegido. Generoso con el tiempo, me ofreció un mes para prepararlo.
Empecé con Marx: el Manifiesto, los Manuscritos y Miseria de la filosofía. Rápidamente me di cuenta de que aquellos textos no me servían para llegar al objetivo. Y enseguida descubrí el texto de Marta Harnecker, que por aquella época era algo así como el catecismo de quienes querían pertenecer a un partido comunista. En España, clandestinamente; aún vivía Franco y el PC no existía nada más que en las reuniones clandestinas y en las trastiendas de algunas librerías. Poco después, el de Henry Lefebvre.
Con esos dos textos y mucha osadía elaboré mi intervención. Extrañamente aplaudida por la fila del fondo de la clase y gratamente premiada por el profesor. Lo de los aplausos lo entendí a la salida, cuando alguien de la fila se me acercó y me invitó a una reunión en Vallecas, donde se iba a hablar, me dijo, "más o menos de las mismas cosas que has hablado tú". Franco vivía y los acercamientos al potencial compañero se hacían de las formas más diversas, siempre discretas.
A Marta Harnecker le debo el haber puesto claridad en unos términos que por aquel entonces me parecían bastante abstrusos y con ello haber seguido leyendo y discutiendo con una parte importante de la historia del pensamiento occidental.
Yo no soy marxista ni lo era entonces, hace ya muchos años, cuando leí —estudié, sería más correcto— sus Conceptos elementales, pero a ella y a Lefebvre, les debo mi primer éxito como ponente. Humilde éxito, sin duda, y reducido al ámbito escolar, pero quiero recordarlo aquí como homenaje personal a una autora que me abrió las puertas de la literatura marxista.
Era el último curso de Magisterio y el profe de Filosofía pidió algún voluntario para que "nos haga comprensible la filosofía marxista". La verdad es que era una persona muy agradable que siempre nos engañaba con su falso desconocimiento: "Yo es que no entiendo esto. ¿Alguien me lo podría explicar?" Era su manera de que entráramos al trapo. Podía ser una película, un poema, una escena ocurrida en la calle, cualquier cosa le valía para enardecer nuestra curiosidad y espolear las ganas de saber, aparentemente, más que él. O si no, recurría a comprarnos: "Invito al bocata del recreo a quien me explique la diferencia entre los imperativos categóricos y los hipotéticos".
Con el pensamiento marxista sucedió lo mismo. Lanzó el reto a toda la clase para que en una exposición de tres cuartos de hora —el resto, preguntas— se hiciera la luz sobre el tema y quedaran claros los conceptos elementales de la ideología marxista. Después de dudarlo mucho, yo me ofrecí voluntario, y ante la sorpresa de que nadie más lo hiciera, quedé elegido. Generoso con el tiempo, me ofreció un mes para prepararlo.
Empecé con Marx: el Manifiesto, los Manuscritos y Miseria de la filosofía. Rápidamente me di cuenta de que aquellos textos no me servían para llegar al objetivo. Y enseguida descubrí el texto de Marta Harnecker, que por aquella época era algo así como el catecismo de quienes querían pertenecer a un partido comunista. En España, clandestinamente; aún vivía Franco y el PC no existía nada más que en las reuniones clandestinas y en las trastiendas de algunas librerías. Poco después, el de Henry Lefebvre.
Con esos dos textos y mucha osadía elaboré mi intervención. Extrañamente aplaudida por la fila del fondo de la clase y gratamente premiada por el profesor. Lo de los aplausos lo entendí a la salida, cuando alguien de la fila se me acercó y me invitó a una reunión en Vallecas, donde se iba a hablar, me dijo, "más o menos de las mismas cosas que has hablado tú". Franco vivía y los acercamientos al potencial compañero se hacían de las formas más diversas, siempre discretas.
A Marta Harnecker le debo el haber puesto claridad en unos términos que por aquel entonces me parecían bastante abstrusos y con ello haber seguido leyendo y discutiendo con una parte importante de la historia del pensamiento occidental.
sábado, 13 de julio de 2019
ΠOETAS. PRIMERA ANTOLOGÍA DE POESÍA CON MATEMÁTICAS
Jesús Malia es un gaditano licenciado en Matemáticas al que le gusta la poesía. Dispuesto a tender puentes entre la cultura científica y la humanística, hizo realidad esta antología y dirige en Amargord la colección Poesía con matemática donde, hasta hoy, han aparecido tres títulos.
La antología recoge textos de Juan Calzadilla, Rodolfo Hinostroza, Enrique Verástegui, José Florencio Martínez, David Jou i Mirabent, Ramón Dachs, Daniel Ruiz Correa, Agustín Fernández Mallo, Javier Moreno, Julio Reija y del propio Jesús Malia.
Además de un buen prólogo que contextualiza la situación y hace un recorrido histórico por ese incierto y apasionante viaje de la poesía y el conocimiento científico, cada autor dispone de una buena presentación y de una bien nutrida selección.
Como las creaciones que se presentan pueden tener un amplio dispositivo tipográfico que las herramientas tan reducidas de un blog no permiten reproducir en una entrada, os dejo aquí uno de los poemas que solamente utiliza palabras dispuestas de forma tradicional en el terreno de la poesía. Pertenece a José Florencio Martínez.
LOS NÚMEROS QUEBRADOS
Para cuando te rompas,
cántaro,
tengo ya las lágrimas a punto.
Para cuando te quiebres,
pájaro,
recoger tu canto.
Para cuando derrames,
cántico,
tu agua por el desierto de mis labios.
Y este otro de Julio Reija que reproduzco mediante escaneo de la página (recordad el famoso verso de Mallarmé y fijaos en que todas las caras del dado tienen el mismo punto):
Y este otro de Julio Reija que reproduzco mediante escaneo de la página (recordad el famoso verso de Mallarmé y fijaos en que todas las caras del dado tienen el mismo punto):
Pero no sufráis, porque el antólogo nos ha dejado el pdf del libro completo en este enlace. Todo un detalle que hay que agradecerle a él y a la editorial.
***
No había terminado de redactar esta nota cuando me ha llegado el aviso de uno de los cursos de verano que ofrece la Universidad del País Vasco en el Palacio Miramar: La ciencia en el arte. La creación artística vista con ojos científicos, a cargo del meteorólogo y divulgador José Miguel Viñas. Un evento más que se empeña en crear conexiones entre ciencia y humanismo.
viernes, 12 de julio de 2019
LA CIUDAD QUE PERDIMOS
OKENDO K. E. HASTA EL 24 DE AGOSTO DE 2019. |
Portada de la edición 2017 |
17 y 24 de julio. 19:00 horas, en euskera.
12, 19 y 26 de julio. 19:00 horas, en castellano.
26 de julio. 12:00 horas, en euskera.
1 de agosto. 12:00 horas, en euskera.
1, 7 y 21 de agosto. 19:00 horas, en castellano.
2, 9 y 22 de agosto. 19:00 horas, en euskera.
16 de agosto. 12:00 horas, en castellano.
El horario de la exposición es el siguiente:
Los sábados, 10:00 – 14:00 / 16:30 – 20:00.
Cerrado por la tarde del 10 al 17 de agosto (Semana Grande).
QUE LOS GUSTOS SEAN PERSONALES NADA TIENE QUE VER CON EL RELATIVISMO
Hace algún tiempo, en una conversación informal en la calle, para enfatizar lo que otra persona estaba señalando en torno a la diversidad de gustos solté los versos de Campoamor, nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira. Otra persona del grupo, en un ataque de objetivismo y verdades eternas, me sentenció: Que te crees tú eso. No hice caso al exabrupto, pero me sorprendió tanta adhesión inquebrantable a lo absoluto, o tal vez a la ignorancia, de quien dicen, por cierto, que es mala consejera.
Cuenta Herodoto en su Historia (III, 38) que cuando Darío era rey de Persia, hizo llamar a los griegos que había en su corte y les preguntó a cambio de qué estarían dispuestos a comer los cadáveres de sus padres. Los griegos contestaron que no lo harían por nada del mundo. Más tarde, en presencia de los griegos, y a través de un intérprete para que pudieran entender lo que se decía, Darío preguntó a unos indios de la tribu de los calatias, que de hecho se habían comido los cadáveres de sus padres, a cambio de qué estarían dispuestos a quemar los cadáveres [como era costumbre entre los griegos]. Prorrumpieron en un grito de horror y le prohibieron hablar de algo tan espantoso.
En el primer caso hablábamos de gustos; en el caso de los griegos y los calatias, de costumbres y creencias. Es decir, es necesario saber de qué estamos hablando cuando hablamos de relativismo. No es lo mismo decir "para gustos, los colores"; afirmar con Protágoras que "el hombre es la medida de todas las cosas"; poner en duda la famosa ecuación de Einstein, E=mc2, y afirmar que la velocidad de la luz es relativa; o, por terminar, cuestionar la Declaración de DDHH con el argumento de que cada cultura y cada Estado tiene sus propias formas y costumbres para organizarses.
Sobre gustos, incluidos los estéticos, cada cual tiene los suyos y ninguno es más loable que otro, aunque todos ellos sean argumentables y podamos señalar ventajas e inconvenientes de participar de unos o de otros. En este caso, ni tan siquiera estamos hablando de relativismo. Tampoco estamos hablando de calidad, que esta sí tiene unos parámetros técnicos sobre los que establecer el discurso que la justifique, aunque moldeables y cambiantes. La expresión artística es el reino del punto de vista.
La pretensión de Protágoras entra de lleno en el relativismo epistemológico y fue un elemento clave del pensamiento sofista. Sócrates se ocupó de combatirlo y no le fue difícil demostrar lo absurdo de esa convicción. Curiosamente, el relativismo global del "esto para mí es verdadero" o del "todo es relativo" tiene tan poco que ofrecer que su popularidad es verdaderamente asombrosa, acaso porque se confunda con las inclinaciones y los gustos personales.
La cuestión de la velocidad de la luz atañe al conocimiento científico y aquí no tiene cabida relativismo de ningún tipo, puesto que este conocimiento surge de medidas y comprobaciones que crean modelos altamente predictivos con los que organizar y construir nuevos conocimientos (método científico). O dicho con palabras de Wittgenstein: La experiencia no es el terreno para nuestro juego de juzgar (Sobre la certeza, 131). Las ciencias naturales pueden nadar en la indeterminación, pero no tienen espacio para el relativismo.
En cuanto al asunto de los DDHH (que no son eternos ni inmutables), su defensa me parece inexcusable —por lo tanto, no soy relativista— y uno de los pocos elementos fundamentales que debemos considerar para que sea posible seguir debatiendo y avanzando en la construcción de una sociedad que aspire a ver instaurados valores universales como la justicia, la igualdad, la tolerancia o la libertad, independientemente de la corriente ética a la que cada uno se adscriba.
Así, pues, no, no soy relativista ético, ni relativista cultural, ni relativista epistemológico, ni relativista científico..., aunque piense que la mejor manera de construir verdad y comunidad sea operar dialógicamente, es decir, por consensos racionales, tal y como en su momento llegamos a consensuar la Declaración de DDHH, lo mismo que nos vamos dotando de ciertas reglas y herramientas para garantizar la convivencia. Pero nada tiene esto que ver con que a mí me guste el color rojo y a ti te guste el verde.
Cuenta Herodoto en su Historia (III, 38) que cuando Darío era rey de Persia, hizo llamar a los griegos que había en su corte y les preguntó a cambio de qué estarían dispuestos a comer los cadáveres de sus padres. Los griegos contestaron que no lo harían por nada del mundo. Más tarde, en presencia de los griegos, y a través de un intérprete para que pudieran entender lo que se decía, Darío preguntó a unos indios de la tribu de los calatias, que de hecho se habían comido los cadáveres de sus padres, a cambio de qué estarían dispuestos a quemar los cadáveres [como era costumbre entre los griegos]. Prorrumpieron en un grito de horror y le prohibieron hablar de algo tan espantoso.
En el primer caso hablábamos de gustos; en el caso de los griegos y los calatias, de costumbres y creencias. Es decir, es necesario saber de qué estamos hablando cuando hablamos de relativismo. No es lo mismo decir "para gustos, los colores"; afirmar con Protágoras que "el hombre es la medida de todas las cosas"; poner en duda la famosa ecuación de Einstein, E=mc2, y afirmar que la velocidad de la luz es relativa; o, por terminar, cuestionar la Declaración de DDHH con el argumento de que cada cultura y cada Estado tiene sus propias formas y costumbres para organizarses.
Sobre gustos, incluidos los estéticos, cada cual tiene los suyos y ninguno es más loable que otro, aunque todos ellos sean argumentables y podamos señalar ventajas e inconvenientes de participar de unos o de otros. En este caso, ni tan siquiera estamos hablando de relativismo. Tampoco estamos hablando de calidad, que esta sí tiene unos parámetros técnicos sobre los que establecer el discurso que la justifique, aunque moldeables y cambiantes. La expresión artística es el reino del punto de vista.
La pretensión de Protágoras entra de lleno en el relativismo epistemológico y fue un elemento clave del pensamiento sofista. Sócrates se ocupó de combatirlo y no le fue difícil demostrar lo absurdo de esa convicción. Curiosamente, el relativismo global del "esto para mí es verdadero" o del "todo es relativo" tiene tan poco que ofrecer que su popularidad es verdaderamente asombrosa, acaso porque se confunda con las inclinaciones y los gustos personales.
La cuestión de la velocidad de la luz atañe al conocimiento científico y aquí no tiene cabida relativismo de ningún tipo, puesto que este conocimiento surge de medidas y comprobaciones que crean modelos altamente predictivos con los que organizar y construir nuevos conocimientos (método científico). O dicho con palabras de Wittgenstein: La experiencia no es el terreno para nuestro juego de juzgar (Sobre la certeza, 131). Las ciencias naturales pueden nadar en la indeterminación, pero no tienen espacio para el relativismo.
En cuanto al asunto de los DDHH (que no son eternos ni inmutables), su defensa me parece inexcusable —por lo tanto, no soy relativista— y uno de los pocos elementos fundamentales que debemos considerar para que sea posible seguir debatiendo y avanzando en la construcción de una sociedad que aspire a ver instaurados valores universales como la justicia, la igualdad, la tolerancia o la libertad, independientemente de la corriente ética a la que cada uno se adscriba.
Así, pues, no, no soy relativista ético, ni relativista cultural, ni relativista epistemológico, ni relativista científico..., aunque piense que la mejor manera de construir verdad y comunidad sea operar dialógicamente, es decir, por consensos racionales, tal y como en su momento llegamos a consensuar la Declaración de DDHH, lo mismo que nos vamos dotando de ciertas reglas y herramientas para garantizar la convivencia. Pero nada tiene esto que ver con que a mí me guste el color rojo y a ti te guste el verde.
jueves, 11 de julio de 2019
CARLOS AURTENETXE, Historia de la hierba
Es un poemario intenso, denso, extenso (263 páginas), envolvente, acariciador, de tono fuertemente elegíaco, desencantado del mundo y sus falsos halagos, irónico a veces, sugestivo siempre, de profundo simbolismo y, al mismo tiempo apegado a lo real, próximo en todo momento a la naturaleza, crepuscular, epifánico, existencialista de principio a fin, esencial, acorralado por el tiempo, evocador.
Carlos Aurtenetxe, a pesar de la edad, atraviesa un momento creativo espléndido. Sin parangón en el ámbito de la poesía en castellano, en 2015 dio a la literatura, y con ella a todos nosotros, esa gigantesca creación que lleva por título La locura del cielo (2 tomos, 1500 páginas) y que solamente los grandes poetas son capaces de escribir sin que decaiga en ningún momento la intensidad creativa. Ayer volvió a demostrar con su Historia de la hierba que su talento para seguir creando imágenes permanece vigoroso. Me resulta difícil creer que todavía no haya aparecido ningún estudio serio y detallado sobre su obra.
***
Juan Manuel Uría y Carlos Aurtenetxe. |
De la fiesta de la palabra que fue la lectura que nos ofreció ayer —gracias, maestro—, transcribo el poema que lleva por título "Dos veces", página 25 del libro, minuto 7'12" del vídeo.
el poeta emitiendo los rostros
desde los restos
viento seres nombres sin salvación
distancia
dime el silencio
a solas
el poeta desde la muerte calla dos veces
dice dos veces
voy vengo
viento caballos penetrando pausadamente
bajo la tierra
al anochecer
la misa negra del corazón sin dioses
dos veces viento cristales rotos
dos veces el cuerpo de la muerte
dos veces el olvido
dos veces el reposo
cada mañana
fuera
jorge encendido
apagado
lloviendo en los apóstoles
dos veces nada dos veces siempre
apenas
las moscas la putrefacción
y su oleaje
los cuerpos deformados por la fealdad
o la belleza
por la enfermedad o la esperanza
memorable ejercicio de ser hombre
demasiado arriba demasiado abajo demasiado
pronto
demasiado tarde
demasiado cerca demasiado lejos
colgarán por el cuello nuestros bellos cuerpos
sobre las bellas aguas de los bellos ríos
sus bellas historias despobladas
los maravillosos dibujos erróneos
de tu mano
las palabras los cuerpos presos
del ardid
el tiempo de haber vivido una loca forma
mira sus ojos de viejo prisionero
condenado a todo
nada hay más monstruoso
que la belleza
mira el cuerpo de la salvación
como un río mortal
alejarse perderse al horizonte
para siempre
dime el silencio
a solas
dos veces nada dos veces siempre
apenas
dos veces el reposo
cada mañana.
Bibliografía del autor:
- Caja de silencio, Ediciones Vascas, 1977.
- Pieza del templo, Caja d eAhorros Provincial de Guipúzcoa, 1983.
- Palabra perdida=Galdutako Hitza (1977-1989). Universidad del País Vasco, 1990.
- La casa del olvido, Bermingham, 1999.
- Jorge Oteiza, la piedra acontecida, Bermingham, 1999.
- Los cormoranes, Bermingham, 2002.
- Auto de fe, Bermingham, 2003.
- Acanto ciego, Bermingham, 2006. Euskarazko edizioa: Molorrika itsu, Berminghan, 2006.
- Áspera llama (antología poética 1977-2006), Bermingham, 2012.
- Allí (poema para Henrike Knörr), Bermingham 2013.
- La locura del cielo, El Gallo de Oro, 2015.
- Historia de la hierba, El Gallo de Oro, 2018.
SAN TELMO GAUA
Museo San Telmo. Fuente: Donostia Kultura. |
La música correrá a cargo de Jonathan García Lana, quien ha preparado una sesión pensada para este evento y, según adelantan desde el museo, diseñada para el espacio central de la iglesia, donde los sonidos emitidos o interpretados por los diferentes mecanismos electromecánicos se integrarán con la impresionante acústica de la arquitectura e interactuarán con el público. La propuesta explora la relación entre la persona oyente y la obra, y rompe con la escucha clásica.
miércoles, 10 de julio de 2019
EN EL ÚLTIMO TRAGO NOS VAMOS
Le viene a la mente una palabra japonesa: kintsugi, el arte de llenar las rajaduras de una porcelana con laca, con una resina donde se ha disuelto oro. En vez de disimular la falla, esa operación la resalta con un color vivo, con una sustancia preciosa. El objeto, lejos de ser desechado, se vuelve más valioso: luce las cicatrices del tiempo (Insomnios p 158).
Dice Ayala-Dip que todos los cuentos de Cozarinsky revelan una parte oculta, como si confirmara la célebre teoría del iceberg de Ernest Hemingway. Leemos la superficie, pero a medida que avanzamos emerge lo insospechado, el corazón de los verdaderos hechos que se nos narra. Y tiene razón. Yo, en cualquier caso, prefiero verlo como indica el último párrafo del cuento Insomnios, como si nos ofreciera solamente el relleno de la grieta para que nosotros imagináramos el objeto sobre el que se ha aplicado esa sutura.
No he leído más obra de Cozarinsky que este recién publicado En el último trago nos vamos. Las ocho narraciones cortas que recoge son suficiente invitación para buscar otros títulos. Enigmático, denso, hábil narrador, ambiguo, bonaerense universal, diestro constructor de historias en las que la penumbra se cierne sobre el argumento o como él mismo nos dice antes de comenzar Grand Hôtel des Ruines: Esta historia no tiene argumento, a menos que su argumento sea la Historia.
No os lo perdáis y, sobre todo, no os muráis, pero si os morís, no sigáis las normas que practican los recién muertos en su vida post mortem, según se nos cuenta en la primera de las narraciones. Una historia deliciosa.
Dice Ayala-Dip que todos los cuentos de Cozarinsky revelan una parte oculta, como si confirmara la célebre teoría del iceberg de Ernest Hemingway. Leemos la superficie, pero a medida que avanzamos emerge lo insospechado, el corazón de los verdaderos hechos que se nos narra. Y tiene razón. Yo, en cualquier caso, prefiero verlo como indica el último párrafo del cuento Insomnios, como si nos ofreciera solamente el relleno de la grieta para que nosotros imagináramos el objeto sobre el que se ha aplicado esa sutura.
No he leído más obra de Cozarinsky que este recién publicado En el último trago nos vamos. Las ocho narraciones cortas que recoge son suficiente invitación para buscar otros títulos. Enigmático, denso, hábil narrador, ambiguo, bonaerense universal, diestro constructor de historias en las que la penumbra se cierne sobre el argumento o como él mismo nos dice antes de comenzar Grand Hôtel des Ruines: Esta historia no tiene argumento, a menos que su argumento sea la Historia.
No os lo perdáis y, sobre todo, no os muráis, pero si os morís, no sigáis las normas que practican los recién muertos en su vida post mortem, según se nos cuenta en la primera de las narraciones. Una historia deliciosa.
martes, 9 de julio de 2019
LOS GEMELOS, de Plauto
Cartel del Festival "Dies Oiassonis". Fuente: Kulturklik. |
La obra, posiblemente la más representada del autor latino, es la que sirvió a Shakespeare para escribir la recreación La comedia de las equivocaciones. Cuenta la historia de dos hermanos gemelos separados en la infancia por una pérdida accidental. Uno de ellos, a quien su abuelo le ha cambiado el nombre y le ha puesto el del gemelo perdido, emprenderá la búsqueda del otro. Iguales en todo, cuando llega a Epidamno, ciudad donde reside el otro, se producirá un cúmulo de situaciones equívocas y muy divertidas.
***
El programa completo del festival lo podéis consultar aquí.
ERNESTINA DE CHAMPOURCIN
Ernestina de Champourcin (1905-1990) perteneció a la Generación del 27 y aunque está muy bien representada y recogida en distintas y variadas ediciones no es una poeta a la que se lea mucho. Tal vez el hecho de que fuera católica y liberal haya influido. Tal vez su poesía religiosa. No lo sé. También María Zambrano militó en el tradicionalismo católico y, sin embargo, su influencia en el terreno poético es aún considerable. Tampoco creo que la "historia de la literatura", como se escribe a veces, se haya olvidado de ella. Ediciones hay y estudios también.
Sea cual sea el motivo por el que carezca de atención, es decir, de lectores, yo quiero destacar estos dos títulos muy bien editados. Del primero, edición bilingüe, es necesario señalar la cuidada labor de traducción al euskera de Rikardo Arregi Diaz de Heredia. Del segundo, el estudio introductorio de Jaime Siles y la amplia selección de la obra que se ofrece. En cualquier caso, hay otros muchos más, como podéis comprobar en el enlace que os he dejado en el párrafo anterior.
Yo os dejo un par de poemas de lo que pueden ser sus dos temas más trabajados y decidís por vuestra cuenta si os animáis a leerla o no. El primero pertenece al título La voz en el viento (1928-1931) y el segundo inicia el poemario Presencia a oscuras (1952).
Voy a a arraigar en ti. Mis fuerzas más oscuras
remueven lentamente la tierra de tu alma.
Quisiera penetrarte y enraizar mi esencia
sobre la carne viva que nutre tu fervor.
Ahondaré en ti mismo y abrasará tu sangre
el fuego de la mía rebelde y soñadora.
Invadido por mí, derribarás la cumbre
que te aleja del cielo.
¿No sientes mis raíces? Tu tallo florecido,
ebrio de sí, eterniza mi cálida fragancia.
¡Irguiéndolo alzarás la copa de mi frente,
hasta volcar su zumo en los labios del sol!
No habléis de mí, vosotros que cifráis vuestra dicha
en el afán y el júbilo de algún amor terreno;
¿qué sabéis del poder obsesivo, inmutable,
del dominio absoluto del Dios que llevo dentro?
Vuestros ojos resbalan sobre mí sin captarme.
Sólo advertís la forma tangible de mi cuerpo.
¿Qué sabéis de la llama que quema y no consume,
qué sabéis de mi Dios, del Dios que llevo dentro?
Esa vida aparente, similar a la vuestra,
es tránsito forzoso; es el mismo sendero
que os conduce a la nada y a mí me precipita
en la sima sin fondo del Dios que llevo dentro.
Nadie puede quitármelo; Él es lo único mío,
lo único invulnerable a los celos del viento,
al curso de los astros, al dolor y a la muerte.
Debo mi libertad al Dios que llevo dentro.
Sea cual sea el motivo por el que carezca de atención, es decir, de lectores, yo quiero destacar estos dos títulos muy bien editados. Del primero, edición bilingüe, es necesario señalar la cuidada labor de traducción al euskera de Rikardo Arregi Diaz de Heredia. Del segundo, el estudio introductorio de Jaime Siles y la amplia selección de la obra que se ofrece. En cualquier caso, hay otros muchos más, como podéis comprobar en el enlace que os he dejado en el párrafo anterior.
Yo os dejo un par de poemas de lo que pueden ser sus dos temas más trabajados y decidís por vuestra cuenta si os animáis a leerla o no. El primero pertenece al título La voz en el viento (1928-1931) y el segundo inicia el poemario Presencia a oscuras (1952).
Voy a a arraigar en ti. Mis fuerzas más oscuras
remueven lentamente la tierra de tu alma.
Quisiera penetrarte y enraizar mi esencia
sobre la carne viva que nutre tu fervor.
Ahondaré en ti mismo y abrasará tu sangre
el fuego de la mía rebelde y soñadora.
Invadido por mí, derribarás la cumbre
que te aleja del cielo.
¿No sientes mis raíces? Tu tallo florecido,
ebrio de sí, eterniza mi cálida fragancia.
¡Irguiéndolo alzarás la copa de mi frente,
hasta volcar su zumo en los labios del sol!
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No habléis de mí, vosotros que cifráis vuestra dicha
en el afán y el júbilo de algún amor terreno;
¿qué sabéis del poder obsesivo, inmutable,
del dominio absoluto del Dios que llevo dentro?
Vuestros ojos resbalan sobre mí sin captarme.
Sólo advertís la forma tangible de mi cuerpo.
¿Qué sabéis de la llama que quema y no consume,
qué sabéis de mi Dios, del Dios que llevo dentro?
Esa vida aparente, similar a la vuestra,
es tránsito forzoso; es el mismo sendero
que os conduce a la nada y a mí me precipita
en la sima sin fondo del Dios que llevo dentro.
Nadie puede quitármelo; Él es lo único mío,
lo único invulnerable a los celos del viento,
al curso de los astros, al dolor y a la muerte.
Debo mi libertad al Dios que llevo dentro.
lunes, 8 de julio de 2019
NOSKI! RECOMIENDA
Segundo acto: Tragedia en cinco actos (oscuridad, desconcierto y minificción).
Tercer acto: La Tinta del Silencio, Ciudad de México, 2018 (La nave insólita).
Cuarto acto: Capítulo VII: Ahogado el niño, taparon el pozo.
Sin embargo, al fantasma del niño le da miedo la oscuridad.
Quinto acto: La muerte pero no el silencio, porque después de este libro quedan los fantasmas.
Sihara Nuño
domingo, 7 de julio de 2019
RUIDO Y MALA EDUCACIÓN
Dice Esopo en una de sus fábulas que "la rueda más estropeada es la que hace más ruido". Sin duda. Pero no voy a hablar sobre el ruido físico, que es muy molesto, sino sobre el ruido virtual.
En este amplio y libre mundo que forma el espacio virtual —páginas web, blogs, correo electrónico...— hay muchas ruedas estropeadas que llenan de ruido, si no el mundo, sí el buzón de los demás.
¿Quién no ha recibido un correo con un power point, una foto, una información, un rompecabezas o un lo que sea no pedido, que es remitido de un remitido (Rw:) y que, por lo visto, hace mucha gracia a quien lo manda, pero ninguna a quien lo recibe? A eso le llamo ruido. Cada vez menos ruidoso, pero ruido al fin y al cabo.
Porque el ruido casi insoportable, estrepitoso y muy molesto es el que se produce en las mensajerías instantáneas, tipo WhatsApp, donde los grupos que se crearon para un fin determinado son aprovechados para bombardearnos con lo primero que se le ocurre a quien no tiene nada mejor que hacer, sino hacer ruido.
Y es ruido al cuadrado, es decir, ruido con mala educación, cuando además de enviarnos el susodicho objeto, se nos envía sin una sola referencia personal, sin una sola nota que nos aclare el motivo de semejante envío. Algo así como: ¡Hola, chaval! Navegando por internet me he encontrado esto que, creo, te puede hacer gracia. Cuando lo he visto me he acordado de ti y ahí lo tienes. A ver qué te parece. Un abrazo.
Parece simple, ¿verdad? Pues no, llega sin nota, sin referencia, como si no fuéramos personas dignas de un mínimo saludo, y casi siempre, esto es lo peor, sin que el espantoso envío tenga lo más mínimo que ver con nuestros gustos, personalidad, ni estado de ánimo, que en ese momento se nos cambia, precisamente, por haberlo recibido.
Por favor, sed educados, saludadme como a una persona y no me enviéis objetos ruidosos.
En este amplio y libre mundo que forma el espacio virtual —páginas web, blogs, correo electrónico...— hay muchas ruedas estropeadas que llenan de ruido, si no el mundo, sí el buzón de los demás.
¿Quién no ha recibido un correo con un power point, una foto, una información, un rompecabezas o un lo que sea no pedido, que es remitido de un remitido (Rw:) y que, por lo visto, hace mucha gracia a quien lo manda, pero ninguna a quien lo recibe? A eso le llamo ruido. Cada vez menos ruidoso, pero ruido al fin y al cabo.
Porque el ruido casi insoportable, estrepitoso y muy molesto es el que se produce en las mensajerías instantáneas, tipo WhatsApp, donde los grupos que se crearon para un fin determinado son aprovechados para bombardearnos con lo primero que se le ocurre a quien no tiene nada mejor que hacer, sino hacer ruido.
Y es ruido al cuadrado, es decir, ruido con mala educación, cuando además de enviarnos el susodicho objeto, se nos envía sin una sola referencia personal, sin una sola nota que nos aclare el motivo de semejante envío. Algo así como: ¡Hola, chaval! Navegando por internet me he encontrado esto que, creo, te puede hacer gracia. Cuando lo he visto me he acordado de ti y ahí lo tienes. A ver qué te parece. Un abrazo.
Parece simple, ¿verdad? Pues no, llega sin nota, sin referencia, como si no fuéramos personas dignas de un mínimo saludo, y casi siempre, esto es lo peor, sin que el espantoso envío tenga lo más mínimo que ver con nuestros gustos, personalidad, ni estado de ánimo, que en ese momento se nos cambia, precisamente, por haberlo recibido.
Por favor, sed educados, saludadme como a una persona y no me enviéis objetos ruidosos.
HARUKI MURAKAMI ESCRIBE SUS SUEÑOS EN FORMA DE CUENTO
El título de la sobrecubierta solo menciona el relato principal, La chica del cumpleaños, pero este ejemplar recoge otro texto más: Mi cumpleaños.
Este, que yo sepa, es el cuarto y más reciente (2018) título publicado por Murakami en colaboración con la ilustradora alemana Kat Menschik. Los tres anteriores son Asalto a las panaderías, La biblioteca secreta y Sueño. Cada uno de ellos está trabajado con un color principal diferente: azul, negro, verde y rojo.
La chica del cumpleaños es un relato breve en el que de forma un tanto hipnótica y absorbente se nos cuenta que una joven camarera no podrá disfrutar del día libre cuando llega su cumpleaños. El azar interviene y provocará un encuentro entre ella y su jefe, ya anciano, y al que no había conocido hasta ese momento.
Los deseos, la fantasía y la posibilidad de que se produzcan cambios trascendentales en la vida son el motor de esta historia magníficamente ilustrada, cuyos dibujos tanto peso tienen en la creación de esa atmósfera tan peculiar.
—Pero se trata solo de uno, hermosa jovencita, así que tienes que pensártelo muy, muy bien. —En las tinieblas, un anciano que llevaba una corbata de la tonalidad de la hojaraska alzó un dedo en el aire—. Únicamente uno. Después, no podrás cambiar de idea y echarte atrás.
Este, que yo sepa, es el cuarto y más reciente (2018) título publicado por Murakami en colaboración con la ilustradora alemana Kat Menschik. Los tres anteriores son Asalto a las panaderías, La biblioteca secreta y Sueño. Cada uno de ellos está trabajado con un color principal diferente: azul, negro, verde y rojo.
La chica del cumpleaños es un relato breve en el que de forma un tanto hipnótica y absorbente se nos cuenta que una joven camarera no podrá disfrutar del día libre cuando llega su cumpleaños. El azar interviene y provocará un encuentro entre ella y su jefe, ya anciano, y al que no había conocido hasta ese momento.
Los deseos, la fantasía y la posibilidad de que se produzcan cambios trascendentales en la vida son el motor de esta historia magníficamente ilustrada, cuyos dibujos tanto peso tienen en la creación de esa atmósfera tan peculiar.
—Pero se trata solo de uno, hermosa jovencita, así que tienes que pensártelo muy, muy bien. —En las tinieblas, un anciano que llevaba una corbata de la tonalidad de la hojaraska alzó un dedo en el aire—. Únicamente uno. Después, no podrás cambiar de idea y echarte atrás.
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Los tres anteriores, conocidos
como Trilogía
Murakami, están editados con el mismo formato por Libros
del Zorro Rojo. Cada uno de ellos dispone de un vídeo de
presentación. Os dejo el de Asalto a las panaderías.
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