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Titán con Saturno al fondo. Fuente: NASA |
Que el futuro es una simple hipótesis sobre la que se pueden decir muchas cosas, pero que nadie conoce es una afirmación exacta. Por más vendedores de fantasías diversas que aparezcan en los medios de comunicación —en los que cada vez abundan más los charlatanes de todos los colores, similares a los de las redes sociales, cuyo fin último es conseguir mucha audiencia, pero no informar con exactitud de lo que hablan—, el futuro es incognoscible, por la sencilla y simple razón de que es futuro.
Viene esto a cuento de algunas fantasías que me han llegado durante las últimas semanas por diversos medios en torno a Titán, el satélite más grande de Saturno, con un diámetro de 5150 km, un poco menos de la mitad que el de la Tierra, y que gracias a su tamaño fue descubierto en el lejano 1655 por Christiaan Huygens.
Sin duda, la astronomía y sus sensacionales y llamativos datos pueden resultar muy atractivos, pero una cosa es especular sin conocimiento para llamar la atención y conseguir seguidores y otra muy distinta realizar hipótesis con conocimiento de causa.
Así es como el conocimiento habla: página 393 del manual De la Tierra al universo:
Titán es, y lo será durante los próximos eones, un mundo helado. Pero dentro de unos cuatro o cinco mil millones de años, el Sol abandonará la secuencia principal y se transformará en una gigante roja. Entonces la temperatura superficial de Titán aumentará, los hielos de la superficie se fundirán y los depósitos de moléculas orgánicas complejas, inmovilizados durante eras, se liberarán en un mar de agua, con amoniaco y metano en disolución.
El Sol se mantendrá en su fase de gigante roja durante unos 500 millones de años. En la Tierra, la vida tal vez se originó hace entre 4000 y 3800 millones de años, en cuanto el gran bombardeo le dio la más mínima oportunidad. ¿Es este el futuro que le espera a Titán? En cualquier caso, la lentitud de la evolución en la Tierra lleva a creer que la posible vida titaniana futura no llegaría más allá de los microorganismos simples.
Aún existe un problema añadido: cuando la temperatura de la atmósfera aumente, Titán ya no será capaz de retenerla. Cuando más prometedor parezca su futuro, es posible que Titán se convierta en un satélite más.
Hay quien ha propuesto que Titán será el refugio de la humanidad (en el improbable caso de que exista en esa remota era) cuando el Sol llegue a la fase de gigante roja. Sea como sea, con toda probabilidad no nos veríamos reconocidos en los seres que intentaran refugiarse en Titán. La evolución, actuando durante miles de millones de años ininterrumpidamente, nos habrá reducido al papel de lejanísimos antepasados.
Esto es cuanto hoy se puede decir sobre el futuro nuestro y el de Titán. Es tan apasionante como interesante, pero no es nada más que una hipótesis en el improbable caso de que existaMOS en esa remota era. Lo demás es sensacionalismo, desconocimiento o mala intención.
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