jueves, 2 de abril de 2009

SHAKESPEARE IN IRUN

Así es, para sumarnos a la celebración del Día del Libro -próximo día 23-, traemos los sonetos de Shakespeare a la biblioteca municipal. Y para empezar calentando la tertulia, he aquí un video:





El grupo no es que sea muy bueno, pero como cantan el soneto LX, que es justamente el que vamos a utilizar para debatir el asunto de la traducción, puede valer para ir tomando posiciones. Y, de paso, os propongo una votación: ¿cuál de las cuatro traducciones os parece más acertada?

JUGANDO CON LAS VERSIONES
SONETO LX 

La de Astrana Marín:

Como las olas se dirigen hacia la pedregosa playa, así nuestros minutos se precipitan a su fin; cambiando cada una de sitio con la que le precede, todas tienden al avance en su trabajo sucesivo.
La infancia, una vez en la inmensidad de la luz, trepa hasta la madurez, donde al recibir su corona, insidiosos eclipses luchan contra su esplendor, y el Tiempo, que la había auxiliado, destruye ahora sus dones.
El Tiempo desfigura el florido conjunto de la juventud y surca de paralelas la frente de la hermosura, se nutre de los portentos de la fidelidad de la Naturaleza, y nada subsiste sino para sucumbir al filo de su guadaña.
Y, sin embargo, mis versos vivirán en edades que aún son una esperanza, elogiando tus prendas, a despecho de su mano cruel.

La de Enrique Sordo:


Como acuden las olas a la pedregosa playa
nuestros minutos a su fin se acercan;
ocupando el lugar de los que los preceden,
siguen su ansioso avance hacia el final.
La infancia, en plena luz, trepa a la madurez,
y cuando accede a ella, insidiosos eclipses
van apagando su fulgor, y el Tiempo,
que antes la había ayudado, destruye ahora su encanto.
El Tiempo empaña el juvenil destello
y abre sus surcos en las hermosas frentes,
devora los portentos de la naturaleza
y nada deja en pie con su guadaña.
Pero mis versos resistirán el tiempo
y, pese a su mano cruel, ensalzarán tus prendas.


La de Mujica Lainez:


Como en la playa al pedregal las olas,
nuestros minutos a su fin se apuran,
cada uno desplaza al que ha pasado
y avanzan todos en labor seguida.

El nacimiento, por un mar de luces,
va hacia la madurez y su corona;
combaten con su brillo eclipses pérfidos
y el Tiempo sus regalos aniquila.

El Tiempo horada el juvenil adorno,
surca de paralelas la hermosura,
se nutre de supremas maravillas
y nada existe que su hoz no abata.

A pesar de su mano cruel, mi verso
dirá tu elogio en tiempos que esperamos.


La de Fátima Auad y Pablo Mañé:


Tal como avanzan las olas hacia la pedregosa orilla,
así nuestros minutos se apresuran hacia su fin;
cada uno intercambiando sitio con aquel que va delante,
en afanosa secuela todos tienden a avanzar.
El nacimiento, una vez en el mar de la luz,
se arrastra hacia la madurez, que, apenas coronada,
es combatida por la insidia de malignos eclipses,
y el Tiempo, que dio su don, ahora lo destruye.
El Tiempo transfigura el florido adorno de la juventud
y excava sus surcos en la frente de la belleza,
se alimenta de las bellas rarezas de la naturaleza,
y nada se yergue sino para el filo de su guadaña:
y, no obstante, en los tiempos que aún son esperanza, mi verso se erguirá,
elogiando tu mérito, a despecho de su mano cruel.

2 comentarios:

  1. Me quedo con Mújica Laínez, aunque las comparaciones sean odiosas para los no elegidos. Pues a mí sí me ha gustado la versión cantada del soneto 60. Pero aquí hay otra más bonita de otro soneto, canta Rufus Wainwright:
    http://www.youtube.com/watch?v=X6FFtq5CEoM

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  2. No quería ser el primero en opinar, por eso de no condicionar. A mí también es la que más me gusta. Creo que es la que más virtudes "poéticas" tiene.

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