Algunas razones por las que deberíamos leer las Coplas a la muerte de su padre:
Porque es un auténtico clasicazo que todos deberíamos conocer y casi nadie ha leído más allá de las pocas estrofas que aparecen en los libros de texto.
Porque hay que acabar de una vez con la pereza de no acercarnos a la obra seria.
Porque están escritas, a pesar del tiempo transcurrido, en un lenguaje directo y lleno de encanto y todavía hoy nos emocionan.
Porque tienen un prólogo de su paisana Amalia Iglesias que es estupendo.
Porque las ilustraciones de Jesús Herrero Marcos que las acompañan son un encanto.
Y porque no todo en verano va a ser sol, playa y novela de consumo rápido.
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado
fue mejor.
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