Antonio Machado nació un 26 de julio de hace ciento cincuenta años. Para celebrar y difundir su obra, cada semana iré publicando aquí un poema suyo. De paso, anuncio ya que tengo preparado un recital con su poesía. Más adelante indicaré dónde y cuándo se llevará a cabo.
Hoy coloco aquí "El viajero", del poemario Soledades, 1902. El poema se refiere a su hermano Joaquín, que venía de su fallida experiencia americana enfermo y empobrecido. No siempre quien iba a hacer la Ámericas lograba el objetivo soñado. Coincidió con él en París, en 1902. El 1 de agosto de aquel año regresan a casa.
Joaquín Machado, de profesión periodista, exiliado en Santiago de Chile después de la guerra, en 1953 escribió una carta a Corpus Barga para agradecerle cuanto había hecho por su madre y su hermano camino del exilio desde una masía de Viladasens hasta Collioure. Marta Jiménez cuenta la emotiva historia en un artículo de Cordópolis (eldiario.es), no dejéis de leerlo.
EL VIAJERO
Está en la sala familiar, sombría,
y entre nosotros, el querido hermano
que en el sueño infantil de un claro día
vimos partir hacia un país lejano.
Hoy tiene ya las sienes plateadas,
un gris mechón sobre la angosta frente,
y la fría inquietud de sus miradas
revela un alma casi toda ausente.
Deshójanse las copas otoñales
del parque mustio y viejo.
La tarde, tras los húmedos cristales,
se pinta, y en el fondo del espejo.
El rostro del hermano se ilumina
suavemente. ¿Floridos desengaños
dorados por la tarde que declina?
¿Ansias de vida nueva en nuevos años?
¿Lamentará la juventud perdida?
Lejos quedó —la pobre loba— muerta.
¿La blanca juventud nunca vivida
teme, que ha de cantar ante su puerta?
¿Sonríe el sol de oro
de la tierra de un sueño no encontrada;
y ve su nave hender el mar sonoro,
de viento y luz la blanca vela hinchada?
Él ha visto las hojas otoñales,
amarillas, rodar, las olorosas
ramas del eucalipto, los rosales
que enseñan otra vez sus blancas rosas
Y este dolor que añora o desconfía
el temblor de una lágrima reprime,
y un resto de viril hipocresía
en el semblante pálido se imprime.
Serio retrato en la pared clarea
todavía. Nosotros divagamos.
En la tristeza del hogar golpea
el tictac del reloj. Todos callamos.
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Fuente: Wikipedia |