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lunes, 25 de agosto de 2025

EPÍSTOLA MORAL A FABIO

Esta joya de la literatura española en castellano es mucho más conocida por sí misma que por su autor, pues fue equivocadamente atribuida a Bartolomé Leonardo de Argensola en un primer momento; después, a Francisco de Rioja, y todavía en la reimpresión de 1930 (que es la que yo tengo, la primera impresión es de 1908) de la célebre antología de Marcelino Menéndez y Pelayo constaba como probablemente de Fernández de Andrada. Tuvieron que aparecer dos eruditos, primero Adolfo de Castro y luego Dámaso Alonso para dejar clara la autoría: Andrés Fernández de Andrada, del que prácticamente no sabemos nada, salvo que fue capitán del ejército y que murió en México, olvidado de todos y al margen de toda riqueza.

En palabras de María Zambrano, esta epístola es un pequeño tratado filosófico en que la moral se hace poética (...) para que con su dulcificación sea más cumplida (Poesía y filosofía, p 324 y ss). De técnica exquisita, su naturalidad, su fluidez y su sencilla e impecable dicción, han convertido estos tercetos en una de las composiciones más emotivas y sinceras de la poesía del siglo XVII, que es mucho decir, pues estamos hablando de ese período que se conoce como el siglo de oro de la literatura española.

Me permito la osadía de resaltar algunos tercetos. 



    Fabio, las esperanzas cortesanas
prisiones son do el ambicioso muere
y donde al más activo nacen canas.
 

    El que no las limare o las rompiere
ni el nombre de varón ha merecido,
ni subir al honor que pretendiere.

    El ánimo plebeyo y abatido
elija en sus intentos temeroso
primero estar suspenso que caído;

    que el corazón entero y generoso
al caso adverso inclinará la frente
antes que la rodilla al poderoso.

    Más triunfos, más coronas dio al prudente
que supo retirarse, la fortuna,
que al que esperó obstinada y locamente.

    Esta invasión terrible e importuna
de contrarios sucesos nos espera
desde el primer sollozo de la cuna.

    Dejémosla pasar como a la fiera
corriente del gran Betis, cuando airado
dilata hasta los montes su ribera.

    Aquel entre los héroes es contado
que el premio mereció, no quien la alcanza
por vanas consecuencias del estado.

    Peculio propio es ya de la privanza
cuanto de Astrea fue, cuanto regía
con su temida espada y su balanza.

    El oro, la maldad, la tiranía
del inicuo, precede y pasa al bueno,
¿qué espera la virtud o en qué confía?

    Vente, y reposa en el materno seno
de la antigua Romúlea, cuyo clima
te será más humano y más sereno.

    Adonde, por lo menos, cuando oprima
nuestro cuerpo la tierra, dirá alguno
“¡Blanda le sea!”, al derramarla encima;

    donde no dejará la mesa ayuno
cuando en ella te falte el pece raro
o cuando su pavón nos niegue Juno.

    Busca, pues, el sosiego dulce y caro,
como en la oscura noche del Egeo
busca el piloto el eminente faro;

    que si acortas y ciñes tu deseo
dirás: “Lo que desprecio he conseguido;
que la opinión vulgar es devaneo.”

    Más quiere el ruiseñor su pobre nido
de pluma y leves pajas, más sus quejas
en el bosque repuesto y escondido,

    que agradar lisonjero las orejas
de algún príncipe insigne, aprisionado
en el metal de las doradas rejas.


    Triste de aquel que vive destinado
a esa antigua colonia de los vicios,
augur de los semblantes del privado.

    Cese el ansia y la sed de los oficios;
que acepta el don y burla del intento
el ídolo a quien haces sacrificios.

    Iguala con la vida el pensamiento,
y no le pasarás de hoy a mañana,
ni aun quizá de uno a otro momento.

    Casi no tienes ni una sombra vana
de nuestra grande Itálica, y, ¿esperas?
¡Oh terror perpetuo de la vida humana!

    Las enseñas grecianas, las banderas
del senado y romana monarquía
murieron, y pasaron sus carreras.

    ¿Qué es nuestra vida más que un breve día,
do apenas sale el sol, cuando se pierde
en las tinieblas de la noche fría?

    ¿Qué más que el heno, a la mañana verde,
seco a la tarde? ¡Oh ciego desvarío!
¿Será que de este sueño me despierte?

    ¿Será que pueda ver que me desvío
de la vida viviendo, y que está unida
la cauta muerte al simple vivir mío?

    Como los ríos, que en veloz corrida
se llevan a la mar, tal soy llevado
al último suspiro de mi vida.

    De la pasada edad, ¿qué me ha quedado?,
o, ¿qué tengo yo a dicha, en la que espero,
sino alguna noticia de mi hado?

    ¡Oh si acabase, viendo cómo muero,
de aprender a morir, antes que llegue
aquel forzoso término postrero;

    antes que aquesta mies inútil siegue
de la severa muerte dura mano,
y a la común materia se la entregue!

    Pasáronse las flores del verano,
el otoño pasó con sus racimos,
pasó el invierno con sus nieves cano;

    las hojas que en las altas selvas vimos
cayeron, ¡y nosotros a porfía
en nuestro engaño inmóviles vivimos!

    Temamos al Señor que nos envía
las espigas del año y la hartura,
y la temprana lluvia y la tardía.

    No imitemos la tierra siempre dura
a las aguas del cielo y al arado,
ni la vid cuyo fruto no madura.

    ¿Piensas acaso tú que fue criado
el varón para el rayo de la guerra,
para surcar el piélago salado,

    para medir el orbe de la tierra
y el cerco por do el sol siempre camina?
¡Oh, quien así lo entiende, cuánto yerra!

    Esta nuestra porción alta y divina,
a mayores acciones es llamada
y en más nobles objetos se termina.

    Así aquella, que al hombre sólo es dada,
sacra razón y pura, me despierta,
de esplendor y de rayos coronada,

    y en la fría región, dura y desierta,
de aqueste pecho enciende nueva llama,
y la luz vuelve a arder que estaba muerta.

    Quiero, Fabio, seguir a quien me llama,
y callado pasar entre la gente
que no afecto a los nombres ni a la fama.

    El soberbio tirano del Oriente,
que maciza las torres de cien codos
del cándido metal puro y luciente,

    apenas puede ya comprar los modos
del pecar; la virtud es más barata,
ella consigo misma ruega a todos.

    ¡Mísero aquel que corre y se dilata
por cuantos son los climas y los mares,
perseguidor del oro y de la plata!

    Un ángulo me basta entre mis lares,
un libro y un amigo, un sueño breve,
que no perturben deudas ni pesares.


    Esto tan solamente es cuanto debe
naturaleza al parco y al discreto,
y algún manjar común, honesto y leve.

    No, porque así te escribo, hagas concreto
que pongo la virtud en ejercicio:
que aun esto fue difícil a Epicteto.

    Basta, al que empieza, aborrecer el vicio,
y el ánimo enseñar a ser modesto;
después le será el cielo más propicio.

    Despreciar el deleite no es supuesto
de sólida virtud; que aun el vicioso
en sí proprio le nota de molesto.

    Mas no podrás negarme cuán forzoso
este camino sea al alto asiento,
morada de la paz y del reposo.

    No sazona la fruta en un momento
aquella inteligencia que mensura
la duración de todo a su talento.

    Flor la vimos ayer hermosa y pura,
luego materia acerba y desabrida,
y sabrosa después, dulce y madura.

    Tal la humana prudencia es bien que mida
y compase y dispense las acciones
que han de ser compañeras de la vida.

    No quiera Dios que siga los varones
que moran nuestras plazas macilentos,
de la verdad infames histrïones;

    estos inmundos, trágicos, atentos
al aplauso común, cuyas entrañas
son oscuros e infaustos monumentos.

    ¡Cuán callada que pasa las montañas
el aura, respirando mansamente!
¡Qué gárrula y sonora por las cañas!

    ¡Qué muda la virtud por el prudente!
¡Qué redundante y llena de ruido
por el vano, ambicioso y aparente!

    Quiero imitar al pueblo en el vestido,
en las costumbres sólo a los mejores,
sin presumir de roto y mal ceñido.

    No resplandezca el oro y las colores
en nuestro traje, ni tampoco sea
igual al de los dóricos cantores.

    Una mediana vida yo posea,
un estilo común y moderado,
que no le note nadie que le vea.

    En el plebeyo barro mal tostado
hubo ya quien bebió tan ambicioso
como en el vaso múrrino preciado;

    y alguno tan ilustre y generoso
que usó, como si fuera vil gaveta,
del cristal transparente y luminoso.

    Sin la templanza, ¿viste tú perfeta
alguna cosa? ¡Oh muerte! Ven callada,
como sueles venir en la saeta;

    no en la tonante máquina preñada
de fuego y de rumor; que no es mi puerta
de doblados metales fabricada.

    Así, Fabio, me enseña descubierta
su esencia la verdad, y mi albedrío
con ella se compone y se concierta.


    No te burles de ver cuánto confío,
ni al arte de decir, vana y pomposa,
el ardor atribuyas de este brío.

    ¿Es, por ventura, menos poderosa
que el vicio la verdad? ¿O menos fuerte?
No la arguyas de flaca y temerosa.

    La codicia en las manos de la suerte
se arroja al mar, la ira a las espadas,
y la ambición se ríe de la muerte.

    Y ¿no serán siquiera tan osadas
las opuestas acciones, si las miro
de más nobles objetos ayudadas?

    Ya, dulce amigo, huyo y me retiro
de cuanto simple amé: rompí los lazos;
ven y sabrás al alto fin que aspiro
antes que el tiempo muera en nuestros brazos.

[La ortografía y disposición que he utilizado es la que aparece en Mil años de poesía española]

Y para acompañar su lectura, la muy apropiada música de laúd. 

 

***  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

domingo, 24 de agosto de 2025

EL ANILLO SIN PALABRAS, Lorin Maazel

Anteayer tuve el privilegio de asistir al concierto de la Orquesta Nacional de EspañaEl anillo sin palabras —el director Josep Pons ofrece una explicación muy atractiva en tan solo 8 minutos—, esa genial osadía del ya desaparecido Lorin Maazel. La dirección corrió a cargo de David Afkham

No había tenido ocasión de oír este magistral montaje hasta el viernes, en el Kursaal, dentro de la célebre Quincena Musical. Todavía hoy, domingo, sigo bajo sus mágicos efectos

Si alguien no conoce el concierto, ahí arriba está, interpretado por la orquesta para la que Maazel realizó el magnífico esfuerzo de extracción y cosido, la mismísima Orquesta Filarmónica de Berlín, y dirigida por él mismo. Para sentarse (o tumbarse) con los auriculares puestos y olvidarse del mundo. 

Que la música os sea favorable.

 ***  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

domingo, 17 de agosto de 2025

VOX LUMINIS, El mundo de Monteverdi

 Hoy traigo a esta sección dominical el concierto que Vox Luminis ofreció en el Festival de Música Antigua de Utrech en 2016. El programa que llevaron a cabo es este: 

Johannes Ciconia - Venecie mundi splendor - 0:04.

Giorgio Mainerio - Passamezzo moderno - 2:22. 

Gioseffo Guami - Canzona a 8 - 6:53. 

Claudio Monteverdi - O come sei gentile - 9:40. 

Giorgio Mainerio - Tedesca - 13:46. 

Claudio Monteverdi - Sinfonía - 17:22. 

Claudio Monteverdi - Non e di gentil core - 19:03. 

Orazio Vecchi - Gitene ninfe - 23:08. 

Andrea Gabrieli - O passi sparsi a 12 - 28:05. 

Claudio Monteverdi - Confitebor III (Selva morale) - 31:57. 

Claudio Monteverdi - Dixit Dominus II (Selva morale) - 40:00. 

Giorgio Mainerio - Ballo anglese - 49:40. 

Claudio Monteverdi - Ohimè, dov’è il mio ben - 52:54. 

Giovanni Gabrieli - Canzona II - 1:00:22. 

Gasparo Zanetti - Intrada del Marchese di Caravazzo - 1:03:39. 

Orazio Vecchi - So ben mi ch’ha bon tempo - 1:06:07. 

Giorgio Mainerio - Passamezzo antico - 1:07:55. 

Claudio Monteverdi - Beatus vir primo (Selva morale) - 1:13:45. 

Heinrich Schütz - AlleluiaLobe den Herren - 1:22:49. 

Claudio Monteverdi - Deus in Adjutorium - 1:35:00. 

Claudio Monteverdi - Ohim'è dov''è il mio ben: romanesca a 2 - 1:41:45.

 

Que la música os sea favorable.

  

***



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

domingo, 10 de agosto de 2025

LA MER, Claude Debussy


Como el calor sigue apretando por aquí, no se me ocurre mejor ocasión para darnos un refrescante chapuzón musical que alivie los rigores térmicos que esta composición de Claude Debussy (1862-1918).  

Según parece, Debussy comenzó a trabajar en ella allá por 1903 y la terminó a la orilla del mar, en 1905, durante una estancia en la costa del canal de la Mancha, pero no en el lado francés, sino en el otro, en Eastbourne. Ese mismo año se estrenó en París y no fue muy bien acogida.Hoy está considerada como una de las grandes composiciones del siglo pasado.

Una curiosidad: el musicólogo escocés, Roy Howat, ha escrito un libro titulado Debussy in Proportion: A musical analysis, 1983, donde argumenta la relación entre esta composición musical y la proporción áurea.

Interpreta: Orquesta Real del Concertgebouw.

Dirige: Bernard Haitink.

Que la música os sea favorable y os sirva de refugio climático.

***


domingo, 3 de agosto de 2025

DELIUS: To Be Sung of a Summer Night on the Water


Ante el aviso de ola de calor que nos anuncian por la Península mi propuesta para rebajar la temperatura es esta etérea y refrescante Dos canciones para cantar en una noche de verano en el agua.

Delius (1862-1934) compuso estas canciones mientras estaba en Francia, en 1917. Están compuestas para seis voces y sin letra, pero vocaliza en la sílaba "uh". La primera canción, que es la que recoge el vídeo, se caracteriza por su lentitud, pero no por su ritmo lento, un buen ejemplo de su lenguaje armónico cromático. 

Las canciones fueron estrenadas en Londres por Charles Kennedy Scott y su Oriana Madrigal Society el 28 de junio de 1921 y, mucho más tarde, en 1994, fueron elegidas por los BBC Singers para celebrar su 70º aniversario y grabadas en la iglesia de San Pablo de Londres.

Que la música os sea favorable y el calor no os agobie.

***


domingo, 27 de julio de 2025

MILLE REGRETZ, Josquin Després


Josquin des Prés (ca 1450-1521), Josquin des Prez o Josquin Després, que de las tres maneras lo veo escrito en la literatura musical, aunque francés, pasó la mayor parte de su vida adulta en Italia, como cantor en la catedral de Milán, al servicio de los Sforza, en el coro papal, en Roma y al servicio del duque Hércules I. Cuando regresó a su patria, lo hizo como canónigo de la colegiata Condé-sur-l'Escaut.

Sobre las virtudes de este compositor en la
Guía Akal de la música
se puede leer lo siguiente: La diferencia más significativa entre la música de Josquin y la de la Edad Media radica en el planteamiento general: Josquin es el primer gran compositor que trata de expresar emociones de una manera coherente. En la mayoría de las iglesias y capillas de esta época, la música religiosa todavía significaba música monofónica; la polifonía era relativamente nueva. El aprovechamiento de las complejidades técnicas del contrapunto preocupó a los últimos compositores medievales —un objetivo que iba de la mano del espíritu intelectual de la época. Si escuchamos cualquier motete sin leer el texto, nos vemos inclinados a deducir sólo de la música si la pieza es narrativa o reflexiva, si su tema es el arrepentimiento o el júbilo, cuándo se presentan los pasajes más significativos en el texto y si finaliza con optimismo o pesimismo. Pero Josquin fue el primero en explorar la nueva actitud humanística del Renacimiento —no sólo en cuanto a la expresión religiosa, sino también en el completo acercamiento hacia el hombre en su relación con el mundo exterior. Ello se hace más evidente cuanto más nos acercamos a la música de Josquin (...) Es esa indefinible cualidad expresiva de la música de Josquin lo que sitúa a este compositor en la cima del Renacimiento temprano.

Este es el texto que cantan:

Mille regretz de vous abandonner
Et d’eslongier vostre fache amoureuse.
J’ay si grant doeul et peine doloreuse
Qu’on me verra brief mes jours deffiner.

Y esta la traducción:

Mil pesares por abandonaros
y por estar alejado de vuestro amoroso rostro.
Siento tanto duelo y dolorosa pena
que en breve se me verá acabar mis días.


Que la música os sea favorable.

***


domingo, 20 de julio de 2025

E LUCEVAN LE STELLE, Puccini


Situémonos: el protagonista, un pintor de nombre Mario Cavaradossi, está enamorado de la cantante Tosca. A su alrededor se ha urdido una complicada intriga de ambición y traición, que ha dado con él en la cárcel. Ahora está esperando el momento de ser ajusticiado y le  acaban de decir que le queda una hora de vida. Es el momento en que canta:

Desapareció para siempre mi sueño de amor.
Pasó el tiempo ¡y muero desesperado!,
Nunca he amado tanto la vida, ¡tanto la vida!

Pura emoción. 

En su tiempo,  Puccini si hubiera habido listas de éxitos habría sido el número uno. No había ópera que escribiera que no tuviera uno o más temas que se repitieran por todo el mundo. Este fue uno de ellos.

Interpretan: Plácido Domingo y la New Philharmonia Orchestra, dirigida por Bruno Bartoletti.

Que la música os sea favorable. 

***


martes, 15 de julio de 2025

JAZZALDIA 2025









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