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miércoles, 19 de noviembre de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Gerard Manley Hopkins)

Editorial
 #unlibrounpoema 


Salvo algunas traducciones esporádicas en revistas o en antologías generales  —caso aparte es el libro de D. Alonso Poetas españoles contemporáneos—, esta, creo, es la primera ocasión que se traduce al castellano una cantidad importante de poemas de G. M Hopkins (1844-1889) para formar con ellos una antología que pueda ofrecer al lector de este idioma una idea fehaciente de su quehacer poético. 

Hopkins, si bien es un poeta del siglo XIX,  permaneció inédito hasta 1918, año en que su amigo y también poeta, Robert Bridges, dio a conocer una primera edición de su poesía. 

No busquéis la belleza de su poesía en la fe de un hombre de iglesia, sino en su expresión.



LA GRANDEZA DE DIOS


El mundo lo blasona: la grandeza de Dios.

    En llamaradas saldrá, cual brillo de lámina agitada;

    cual rezumado aceite exprimido se engrosa en grandiosidad.

¿Por qué los hombres no reconocen su vara?

Generaciones lo han pisado, 
pisadopisado;

    y todo lo marchita el comercio, manchado y nublado el afán;

    y viste el borrón del hombre y comparte el olor del hombre pelado

está el terreno ahora y, calzado, el pie no lo puede notar.



Pero a pesar de todo, jamás 
la naturaleza se gasta;

    allí vive la más preciosa lozanía muy dentro de las cosas;

y aunque la última luz deje el poniente oscurecido,

    oh, en la orla del oriente surge la aurora,

porque el Espíritu Santo sobre el mundo torcido,

    empolla con su cálido pecho y con , ah, fúlgidas alas.







LA NOCHE ESTRELLADA


¡Mira a las estrellas! ¡Alza la vista al cielo!

    ¡Mira sentada en el aire esa raza ígnea!

    ¡Las bellas villas, ciudadelas en círculo!

¡Los foscos bosques en que se hunde el diamante! ¡Los ojos de los elfos!


¡Las grises praderas frías donde yace el oro, el vivo oro,

     el blanco rayo donde bate el viento! ¡Álamos aéreos en llamas!

    ¡Palomas, copos, flotando en un temor de granja!

¡Y bien! Todo se compra, es recompensa todo.



¡Compra, pues! ¡Puja! ¿Qué? Preces, paciencia, 
votos, limosnas. 

¡Mira, mira: marasmo de mayo, como ramas del huerto!

    Mira: flor de marzo, como en sauces que mela el amarillo.

Esos son en verdad el granero: de puertas adentro moran

los tresnales. Esta estacada brillante guarda dentro

    de casa al esposo Cristo, su madre y todos sus santos, a Cristo.







PAZ


¿Cuándo, paloma torcaz, Paz, plegarás tus alas tímidas

y terminarás tu vagar en torno a mí, y estarás bajo mis ramas?

¿Cuándo, cuándo, Paz, querrás, Paz? No seré hipócrita

ante propio mi corazón. Admito que a veces vienes; pero

esa paz poco a poco es poca paz. ¿Qué paz pura permite

alarmas de guerra, las desalentadoras guerras, su muerte?



¡Oh cierto, Paz, que mi Señor debería dejarme en su lugar

algún bien! Y así deja la Paciencia 
exquisita

que asciende a la P.az postrera. Y cuando la Paz aquí se hospeda

Él viene con algo que hacer, no viene a arrullar,

viene a empollar y posarse.


***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

miércoles, 12 de noviembre de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Carlos Bousoño)

#unlibrounpoema
En librerías


Cuando estudiaba el desaparecido COU recurrí en numerosas ocasiones a los libros de crítica literaria de Dámaso Alonso, entre ellos estaba 
Seis calas en la expresión literaria española, que habían escrito mano a mano él y quiien había sido uno de sus alumnos más destacados, Carlos Bousoño. De allí llegué a este doble poemario, Oda a la ceniza y Las monedas contra la losa, de la entonces omnipresente Losada. Ambos fueron Premio de la Crítica, ambos se encuadraban en lo que entonces se conocía como poesía de tendencia existencialista y también como poesía desarraigada.

Del primer título tomo estas dos "salvaciones":   



SALVACIÓN DEL AMOR


                        A José Hierro

Seguid.
Agarrad un trozo de madera, salvadlo de llamas,
de devastaciones, de miedos.

Nuestro nombre se borra, nuestras obras desaparecen, se
confunden, se ahogan,
pero quede sin duda el silbido de la propagación,
la religión de la permanencia de algo
dudoso, intermedio, increíble:
eso que el niño hace cuando juega, eso
que tiene nombre de llama y no quema
ni resplandece en la noche. Salvad un sonido,
salvad tan sólo un número caliente,
un ademán tan sólo susurrado
entre dos luces,
un gesto pálido de un caballero solo,
luego enterrado entre jazmines. Poned
esta flor en el ojal de un triste,
recoged al caído en su sueño
de amor, al penumbroso,
apenas aquejado.
En el fondo del pozo hay una lágrima,
una lágrima grande como un niño
una queja, un recogido amor a alguien
muerto hace mucho. Salvadlo por amor
de la vida. Salvadlo por amor de la continuidad del amor.
Salvadlo por amor
del hombre.
                  Esto que viene tiene que ser hombre,
tiene que ser amor y propagar amor,
y tiene que ser costumbre de amor
sin esperanza ni premio de otro amor.

Sois vosotros los llamados, los elegidos
para que decidáis si ha de durar el gesto generoso
de vivir como vida en más que vida,
de aceptar con modestia ser tan sólo
un puente en el camino,
un puente tenebroso, esclarecido
por el amor tan sólo…





SALVACIÓN EN LA PALABRA
(EL POEMA)


                                        A Jorge Guillén

1

Dejad que la palabra haga su presa lóbrega,
se encarnice en la horrenda miseria
primaveral, hoce del destino, cual negra teología
corrupta.
             Súbitas, algunas formas mortales,
dentro del soplo de aire
permanente e invicto.
La palabra del hombre, honradamente
pronunciada, es hermosa, aunque oscura,
es clara, aunque aprisione
el terror venidero.
Hagamos entre todos la palabra
grácil y fugitiva que salve el desconsuelo.
…Como burbuja leve la palabra
se alza en la noche, y permanece
cual una estrella fija entre las sombras

2

Y así fue la palabra
ligero soplo de aire
detenido en el viento,
en el espanto,
entre la movediza realidad y el río
de las sombras. Ahí está detenida
la palabra vivaz, salvado este momento
único
entre las dos historias.
…De pronto el caminar fue duradero
y el hombre inmortal fue,
y las bocas que juntas estuvieron
juntas están por siempre.
Y el árbol se detuvo en su verdor
extraño, y la queja
ardió en una zarza
misteriosa.

3

Allí estamos nosotros.
Allí dentro del hálito.
Tú que me lees estás allí
con un libro en la mano.
Y yo también estoy.
Tú de niño, cual hombre, como anciano,
estás allí.
Tu corazón está con su amargura,
ennoblecido y muerto.
Y vivo estás.
Y hermoso estás.
                         Y lúcido.

4

Todo se mueve alrededor de ti.
Cruje el armario de nogal, salpica
el surtidor del jardín.
Un niño corre tras una mariposa.
Adolescente, das tu primer beso
a una muchacha que huye.
Y huyendo así, huye nada,
quieto en el soplo tenue.

5

Y así fue la palabra entre los hombres
silenciosa, en el ruido
miserable
y la pena,
arca donde está el viento detenido
y suelto,
acorde suspendido y desatado,
leve son que se escucha
como más que silencio, en el reposo
de la luz, de la sombra.
Así fue la palabra,
así fue y así sea
donde el hombre respira,
porque respire el hombre.

***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

miércoles, 5 de noviembre de 2025

SESQUICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE ANTONIO MACHADO, 8


El sábado 8 de noviembre a las 12:30 h., poesía en la Biblioteca Antonio Mingote (C/ Rafael Finat, 51)


Con motivo del sesquicentenario del nacimiento del sevillano, este recital poético-musical es un recorrido por la poesía que escribió desde sus primeros versos hasta los que compuso en sus últimos días, para celebrar su obra.

El desarrollo del acto tiene dos partes claramente diferenciadas; una sobre fechas que presenta de forma sucinta los hechos biográficos más relevantes del poeta así como los acontecimientos socio-culturales que se suceden. La otra, está formada por los poemas, según avanzan las fechas, agrupados conforme fueron publicados.

Entre cada apartado, la música de guitarra, con piezas clásicas de la época, crea el ambiente propicio para recibir los poemas de Antonio Machado.


***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

UN LIBRO, UN POEMA (Fray Luis de León)

#unlibrounpoema

Por extraño y  miserable que pueda  parecer este es el único libro —si es que a este cuadernillo mal encuadernado y con un papel de muy baja calidad puede atribuirse el nombre de libro— que yo poseo de Fray Luis de León (1527-1591). Ni la magnífica edición de Castro, ni la que editó Cátedra de la mano de Alcina, ni la de Planeta, que corrió a cargo de Ángel Custodio Vega. Tengo este que un diario sacó para acompañar seguramente al ejemplar de algún fin de semana, hace ya más de treinta años —esto lo sé porque en los créditos aparece el año de publicación, 1991, es decir, para conmemorar el cuatrocientos aniversario de la muerte del poeta—.

Como decían los manuales de bachillerato de mi época de estudiante, fray Luis de León perteneció a la escuela salmantina, siempre de expresión más sobria y próxima a los clásicos que la escuela sevillana, cuyo representante más alto fue Fernando de Herrera

A mí lo que más me gusta de su poesía es la extraordinaria sencillez y limpieza del lenguaje con que compone. Todo es claro y llega de forma inmediata. Formas simples y muy depuradas. 

Hoy dejo aquí las magníficas liras cantando las bondades de la vida retirada:
 

¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;

Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!

No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.

¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento,
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?

¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.

Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.

Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido.

Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.

Del monte en la ladera,
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.

Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.

Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo.

El aire el huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea
con un manso ruïdo
que del oro y del cetro pone olvido.

Téngase su tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.

La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna, al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.

A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla,
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada.

Y mientras miserable-
mente se están los otros abrazando
con sed insacïable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.

A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.

Y si estás por Madrid, tal vez te pueda interesar esto.
***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

viernes, 31 de octubre de 2025

SESQUICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE ANTONIO MACHADO, 7






MUERTE DE ABEL MARTÍN


                                    Pensando que no veía
                                    porque Dios no le miraba,
                                    dijo Abel cuando moría:
                                    Se acabó lo que se daba.


                        J. DE MAIRENA: Epigramas

                    I

Los últimos vencejos revolean
en torno al campanario;
los niños gritan, saltan, se pelean.
En su rincón, Martín el solitario.

¡La tarde, casi noche, polvorienta,
la algazara infantil, y el vocerío,
a la par de sus doce en sus cincuenta!

*

¡Oh alma plena y espíritu vacío,
ante la turbia hoguera
con llama restallante de raíces,
fogata de frontera
que ilumina las hondas cicatrices!

*

Quien se vive se pierde, Abel decía.
¡Oh distancia, distancia!, que la estrella
que nadie toca, guía.
¿Quién navegó sin ella?
Distancia para el ojo —¡oh lueñe nave!—,
ausencia al corazón empedernido,
y bálsamo suave
con la miel del amor, sagrado olvido.
¡Oh gran saber del cero, del maduro
fruto sabor que sólo el hombre gusta,
agua de sueño, manantial oscuro,
sombra divina de la mano augusta!
Antes me llegue, si me llega, el Día,
la luz que ve, increada,
ahógame esta mala gritería,
Señor, con las esencias de tu Nada.

                    II

El ángel que sabía
su secreto salió a Martín al paso.
Martín le dio el dinero que tenía.
¿Piedad? Tal vez. ¿Miedo al chantaje? Acaso.
Aquella noche fría
supo Martín de soledad; pensaba
que Dios no le veía,
y en su mundo desierto caminaba.

                    III

Y vio la musa esquiva,
de pie junto a su lecho, la enlutada,
la dama de sus calles, fugitiva,
la imposible al amor y siempre amada.
Díjole Abel: Señora,
por ansia de tu cara descubierta,
he pensado vivir hacia la aurora
hasta sentir mi sangre casi yerta.
Hoy sé que no eres tú quien yo creía;
mas te quiero mirar y agradecerte
lo mucho que me hiciste compañía
con tu frío desdén.
Quiso la muerte
sonreír a Martín, y no sabía.

                    IV

Viví, dormí, soñé y hasta he creado
—pensó Martín, ya turbia la pupila—
un hombre que vigila
el sueño, algo mejor que lo soñado.
Mas si un igual destino
aguarda al soñador y al vigilante,
a quien trazó caminos,
y a quien siguió caminos, jadeante,
al fin, sólo es creación tu pura nada,
tu sombra de gigante,
el divino cegar de tu mirada.

                    V

Y sucedió a la angustia la fatiga,
que siente su esperar desesperado,
la sed que el agua clara no mitiga,
la amargura del tiempo envenenado.
¡Esta lira de muerte!
Abel palpaba
su cuerpo enflaquecido.
¿El que todo lo ve no le miraba?
¡Y esta pereza, sangre del olvido!
¡Oh, sálvame Señor!
Su vida entera,
su historia irremediable aparecía
escrita en blanda cera.
¿Y ha de borrarte el sol del nuevo día?
Abel tendió su mano
hacia la luz bermeja
de una caliente aurora de verano,
ya en el balcón de su morada vieja.
Ciego, pidió la luz que no veía.
Luego llevó, sereno,
el limpio vaso, hasta su boca fría,
de pura sombra —¡oh pura sombra!— lleno.

***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

miércoles, 29 de octubre de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Sesquicentenario A. Machado, 6)




Editorial
Aprovecho el número mil de la colección para fundir las dos secciones, la del sesquicentenario de A. Machado y la de Un libro, un poema. Este número fue un homenaje al poeta sevillado a través de la colaboración de 83 plumas destacadas de la nómina de la editorial. Se les pidió que escribieran un poema de homenaje a partir del verso encontrado en el bolsillo de la chaqueta de Machado, el famoso Estos días azules y este sol de la infancia

Yo no puedo recoger aquí todos. Como no son muy largos, he cogido tres de tres generaciones distintas: 

(1923) 


PLAZOS

Ha pocas horas que pasaron
los minutos -inútiles- de paz.

Hace una vida que empecé
a ser, por puro azar, un río
que abrazó con sus aguas
otro entretejido cauce.

Siempre fue poco el tiempo que duró
aquel gentil rebatir tiempos.

Hace ya más de un año infinito
que empezó la insondable
soledad con cenizas.

Ahora, pasa "estos días azules
y este sol de la infancia",
la muerte sembró sombras
donde para aparezca.


***


(1959)

EL ÚLTIMO VERSO DE ANTONIO MACHADO


No parece gran cosa,

no deslumbra,

                    apenas

unas pocas palabras gastadas por el uso:


Estos días azules y este sol de la infancia.


Pero todo cabe en ellas,

no se terminan nunca.


                                Quizás por eso

yo las evoco ahora frente al mar.


***


(1980)


ANTONIO MACHADO ESCUCHA LAS SOMBRAS 
DEL ATARDECER EN LONG ISLAND

Te llaman Nuevo Mundo
pero cierro los ojos y el frío es una nube
que contiene la historia.

La tristeza es antigua.

Llueve,
llueve en cada palabra
y en los versos que escribo.

Estos días azules y este sol de la infancia son la lluvia
empapando una casa derruida.

La patria del solor es el océano.

Puedo escuchar tambores victoriosos
que ensordecen la noche de los desterrados.

Puedo escuchar las nubes deslizándose,
                                                    las corrientes marinas
y el paso d elos jóvenes trepando sobre el llanto de los embarcaderos.

Es este eel porvenir,
contemplar cómo avanzan los ejércitos,
cómo el fuego devora los labios y las nubes
en este atardecer de púlpitos y sangre de inocentes,
sangre limpia y diáfana
que un día fue el amor y fue el relámpago.

Puedo escuchar, pero de nada sirve,
no sostiene mi voz el canto de los niños ni la aurora
sobre la patria ajena d ela felicidad.

Es este el porvenir,
una tarde de lluvia volcada en el océano,
una sombra que acecha los nombres y los cantos,
el rostro d emi madre bajo la tierra estéril.


***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

viernes, 24 de octubre de 2025

SESQUICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE ANTONIO MACHADO, 5




Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía...
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!

***
Espero y deseo que el acuerdo de tregua entre Hamas e Israel pueda llevar una paz duradera y estable a la región.  

Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

miércoles, 22 de octubre de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Jaroslav Seifert)

Editorial
#unlibrounpoema 

Recuerdo haber leído en una entrevista con Clara Janés que ella aprendió checo para poder leer a Holan en su propia lengua. Luego no solamente lo leyó, sino que lo tradujo y tuvo una entrevista con ella, él, que no concedía entrevistas practicamente a nadie. 

Gracias a aquel aprendizaje, nos entregó hace ya muchos años esta traducción de un puñado de poemas de Seifert, Premio Nobel en 1984 y hoy poeta olvidado por estos pagos. Yo mismo no le heprestado demasiada atención, pues, una vez leído, quedó en la estantería sin otra ocupación que la de ir acumulando polvo.

Es cierto que por entonces no había internet, yo no tenía un blog dedicado a la poesía y ni tan siquiera me atreví a dedicarle una tertulia cuando unos pocos años después las puse en marcha. Hoy le saco del olvido.




APAGAD LAS LUCES

En silencio. Que no se caiga el rocío
que tiembla en la punta misma de las pestañas;
sin hacer ruido. silenciosamente. sin patetismo,
a aquella noche le digo: no fuiste de las peores.

Con las alas de la guarda
de las tinieblas, no nos envolvió tu ángel,
que con nosotros estaba, oh noche seria
después de frívolas noches, con violencia.

Y el grito que por tu alfombra se extiende
cuando de horror las manos nos estrechamos,
ese espantoso grito que puede oír cualquiera todavía,
una llamada dulce es para mí.

¡Apagad las luces! que no se caiga el rocío
que tiembla en la punta misma de las pestañas;
sin hacer ruido, silenciosamente, sin patetismos,
digo: cuál, cuál era la claridad

de aquella noche en que todo oscureció,
en que todos como sombras
en su tronco se encogieron.
Sé bien, sé muy bien que entonces hubiera sido mejor
oír el estruendo.





PAN Y ROSAS

Entre dos polos se tensa el mundo
como la piel del asno.
La vida, entre dos cosas:
pan y rosas.

Se oye el mundo, redoblan los tambores.
Para cosas pequeñas, guerra grande.
Ganador y vencido vuelven a casa.
¿Qué distancia, qué distancia haya casa?

Dos dados, dos palabras maravillosas,
en la corneta de la historia: pan y rosas.
Volver a tocar sobre el tambor volcado
moviendo con violencia la corneta en las manos.

Sobre la piel de asno del tambor de guerra,
para nuestro amor, el hambre y la muerte espera.





CANCIÓN

Agita un pañuelo blanco
el que se despide.
Cada día acaba algo,
acaba algo muy hermoso.

La paloma mensajera bate el aire con las alas,
de vuelta a casa.
Con esperanza y sin esperanza
siempre volvemos a casa.

Sécate las lágrimas
y sonríe con los ojos llorosos,
cada día empieza algo,
empieza algo muy hermoso.


***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).