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lunes, 13 de enero de 2025

REGALOS DEL DÍA (Diario de un epicúreo agradecido), 20

Sophora japonica




La mejor manera de viajar, descubrir rincones nuevos y entablar relaciones afectivas, estéticas, cordiales y amistosas no es hacerlo mermado de salud en un ambiente de enero parisino sin sol y bajas temperaturas, pero así como cierta música me ayuda a sobrellevar estados físicos fráncamente lastimosos, existen rincones, gestos, imágenes, palabras u obras de arte que me alivian el malestar, exactamente igual que un buen medicamento. No tienen efectos tan duraderos, pero a mí me resultan de gran ayuda, porque me aportan esas dosis de felicidad instantánea que me impulsa y revitaliza. Puede parecer muy raro, pero tengo esa extraña ¿cualidad?

Andaba yo medio entumecido por el frío, afiebrado y bastante cansado, cuando al salir del Pequeño Trianon, me encontré de bruces con este magnífico y añoso ejemplar de sófora que, a pesar de ser crudo invierno, lucía majestuoso. Un estupendo espectáculo vital reservando energía para el esplendor primaveral (si queréis verlo cargado de hojas, en la fotografía de Wikipedia podéis hacerlo. Es el que está a la izquierda del palacete. Entre él y el edificio se puede apreciar la figura de 4 o cinco personas). 

En la página del Ministerio para la Transición Ecológica cuentan que fue Bernard de Jussieu (1699-1777) quien lo introdujo en Europa. Tal vez fue él mismo quien hizo que se plantara donde ahora se encuentra o, acaso, su hijo, también botánico reputado y erudito, Antoine-Laurent de Jussieu (1748-1836). 

Rafael Morales, empujado por la tristeza de ver un ejemplar quizás semejante a este, pero constreñido por el loco desarrollo del ladrillo, escribió este soneto en otro tiempo:

LA ACACIA CAUTIVA


Cercada por ladrillos y cemento,
por asfalto, carteles y oficinas,
entre discos de luz, entre bocinas
una acacia cautiva busca un viento.

Busca un campo tranquilo, el soñoliento
río sonoro que en sus aguas finas
lleva luces que fluyen diamantinas
en sosegado y suave movimiento.

Busca el salto del pez, el raudo brillo
de su escama fugaz y repentina,
con rápida sorpresa de cuchillo.

Busca la presurosa golondrina,
no la brutal tristeza del ladrillo
que finge roja sangre en cada esquina.

***

PS: Mañana dejaré una pequeña colección de obras de arte del Museo de Orsay.

***

lunes, 30 de diciembre de 2024

REGALOS DEL DÍA (Diario de un epicúreo agradecido), 19






En esta ocasión los regalos han venido del agua, origen de la vida y líquido vital por excelencia. 

En realidad, el regalo del agua está siempre ahí, día tras día, y cada día que acompaño al río en su manso transcurrir o acudo a cualquiera de los paseos que se asoman al mar, el agua se ofrece como regalo de color y brillos varios, como movimiento tumultuoso, sosegado o primigenio, como elemento donde aves, peces y personas se divierten, se nutren, se refugian. La única diferencia es que el otro día yo tenía una cámara fotográfica en la mano y pude entretenerme mientras intentaba recoger el espectáculo que me ofrecía. 

Desde que vi por primera vez el mar y las olas peinadas por el viento siempre me ha fascinado esa delicada estela de microgotas que la cresta de una ola deja tras de sí, como fular tendido al viento. Ya sé que es una simpleza, pero me cuesta dejar de mirar. Algún día conseguiré hacer la foto perfecta.

Anteriormente, cuando el sol de la mañana había acabado de asomarse por encima de lo tejados, un grupo de gaviotas andaba jugando en el río a levantar el vuelo y posarse nuevamente sobre el agua uno o dos metros más adelante. Parecía que las rezagadas quisieran adelantar a las que se encontraban en los puestos delanteros y estas no quisieran consentir el adelanto. Eran vuelos de un par de segundos. Después de unos cuantos disparos, conseguí una en el aire con sus hermosas patas amarillas destacándose, como si fueran los disparos de color de Turner.

Regalos que el día ofrece para que nos deleitemos con ellos.

***


lunes, 23 de diciembre de 2024

DESDE MI VENTANA, Pétalos de camelia

Los pétalos caídos se hacen solidarios con el agua que corre.



Mientras que el hombre es una mota en el universo pensante, las hojas —el helecho y las agujas del pino y la frondosa palma y la cinta del sargazo— perciben la luz de una forma esencial y constructiva. Las flores que miran mi ventana desde el jardín cercado ciertamente no me ven, pero sus hojas ven la luz de un modo que mis ojos son incapaces de captar. La toman, cuando se expande radiante en el espacio como una disipación dorada, con una finalidad primordial. Aferran su energía estelar y con esa fuerza crean la vida de los elementos. Respiran en el polvo, y es una rosa.
DONALD   CULROSS   PEATTIE. Flowering Earth.


PÉTALOS DE CAMELIA
Ahí están:
caídos,
a la espera 
de ser pisados
volteados,
esparcidos,
disueltos.

No son nada,
tan sólo pétalos
abatidos
por el viento,

luz,
color,
belleza que se ofrece,

regalo que el día deja
a nuestros pies
para ver si somos
capaces de igualarlo.



***

viernes, 13 de diciembre de 2024

REGALOS DEL DÍA (Diario de un epicúreo agradecido), 18




Tal vez porque me muevo entre libros y porque la mayor parte del tiempo se lo dedico a la poesía, nunca había dedicado esta sección a la poesía. Han tenido que ser cuatro encuentros en libros que no son de poesía, es decir, citas de acá y de allá, las que me han llevado a ofrecer este espacio a mi más querido género literario. 

Como se ve, todas coinciden en un mismo tema y la primera, que no es poesía sino aforismo filosófico, la he dejado en el mismo color, pues tal y como aparece, extraída de su entorno, y sin conocimiento previo, bien puede funcionar como tal.

Lo curioso del caso es que las cuatro me salieron al paso el mismo día. Teniendo en cuenta que los libros donde se encontraban eran libros de muy distintos géneros, la cosecha me parece extraordinaria. Un auténtico regalo. 


La muerte no es un acontecimiento de la vida.
La muerte no se vive .
Si por eternidad se entiende no una duración temporal infinita, sino la intemporalidad, entonces vive eternamente quien vive en el presente.
Nuestra vida es tan infinita como ilimitado nuestro campo visual.

Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus. Traducción: Enrique Tierno Galván.





¡Seres de un día! ¿Qué es uno? ¿Qué no es? El hombre es
el sueño de una sombra. Mas cuando llega
un rayo de luz enviado por Zeus, un resplandor brillante
le distingue entre las gentes y su existencia es gozosa.




Pues nada ha naufragado ni se complace en las cenizas;
Y a quien sabe ver cómo la tierra se consuma en sus frutos
No le perturba el fracaso aunque lo haya perdido todo.




No hay vida 
que no sea, aunque sólo un instante,
inmortal.


***

sábado, 7 de diciembre de 2024

YA ESTAMOS EN NAVIDAD

Olentzero dibujado en el cielo con drones sobre la bahía de la Concha
 
Luces navideñas sobre el Urumea.

Recuerdo que durante los años 60 y 70 del pasado siglo, es decir, cuando yo era un niño o un joven que vivía en casa de mis padres, el período navideño comenzaba el fin de semana en que cayera la festividad de la Inmaculada. Mis padres eran católicos practicantes y en esa fecha colocábamos un pequeño belén en la entrada y mi madre ponía un bandeja de dulces típicos de la época de postre. Quienes tenían televisión decían que, también durante ese fin de semana, comenzaban los anuncios de colonias y de cavas. 

Desde entonces los rituales que anuncian el inicio de la entrada en el período navideño han cambiado sustancialmente y se han hecho mucho más llamativos y ostentosos. Como cualquier elemento es susceptible de convertirse en una atracción turística, esto es, en una posibilidad de generar dinero, algunas ciudades han transformado el adorno navideño en un distintivo propio para atraer gente. De hecho, existen rutas turísticas creadas para visitar luces, mercadillos o lo que sea. 

Y ese lo que sea es el que más aprecio y me llama la atención por su singularidad, aunque debo reconocer que la primera vez que lo vi me causó cierto desasosiego. Estoy hablando del barrio de Loiola, San Sebastian. 

En la actualidad, el sofisticado comienzo de la temporada navideña viene marcado por el encendido de las luces, una puesta en escena en la que intervienen autoridades municipales, gente del espectáculo y todo un aparato tecnológico deslumbrante al que se convoca a toda la población, ya sea autóctona o foránea. Y las ciudades compiten por ver cuál de ellas lo hace de manera más llamativa, y atrae a más gente ávida de luz y de sorpresa que llevarse a sus móviles. 

En Loiola, en cambio, la navidad la anuncian los peluches. Bueno, los peluches y los no peluches. Toda clase de muñecos se echa a la calle. Se encaraman a barandillas, rejas, ramas, setos y altillos de todo tipo dispuestos a sorprender y a poner un toque de color laico-infantil-curioso-atrevido, algo así como ser-en-sí-que-no-es, y a mí, que no celebro ningún tipo de ritual navideño, ni agnóstico ni creyente, ni pagano ni cristiano, cada vez me gustan más por su descaro, su originalidad y su coste cero, pues es el vecindario quien aporta cuanto muñeco ya no cumple la función de juego infantil en las casas.

En Loiola, más o menos desde la plaza de Atarieder hasta Latsari plazatxo, son los muñecos los que deciden cuándo empieza la navidad.






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jueves, 5 de diciembre de 2024

REGALOS DEL DÍA (Diario de un epicúreo agradecido), 17

 #regalosdeldía  

#diariodeunepicúreoagradecido

4-12-2024, 18:06.

4-12-2024, 18:09

La luna siempre es un regalo, más si se encuentra acompañada; en este caso, por Venus. 

Así se veían en el cielo durante los primeros momento del anochecer, cuando todavía quedan restos de luz y la noche se muestra perezosa.

Tirando de zoom, el objetivo se centra en la luminosidad de la luna y el cielo del entorno lunar se oscurece... y se comienza a apreciar la luz cenital (reflejo de la que nuestro planeta), y podemos intuir el resto que permanece a oscuras.

El regalo del día viene acompañado por este otro que encontré hace algún tiempo en Mi primer libro de lectura, de la Biblioteca Nacional de Maestros de Argentina, compilado por Manuel Guzmán Maturana. Es un libro de comienzos del siglo XX (la primera edición data de 1905) con los que se enseñaba a leer inspirando amor por la lectura. 

En él, en la página 66 (70 del pdf), me encontré este poemita infantil de Gabriela Mistral que hace una excelente compañía a la creciente luna de ayer.



LA LUNA


— ¡Madre, esta luna tan blanca,

¿es lirio o vellón sedoso?
— Puede ser vellón o lirio,
puede ser rostro curioso.

— Madre, la luna menguante,
¿por qué decreciendo está?
— Porque se gasta, vertiendo,
cual leche, su claridad.

— Madre, esta luna, ¿qué se hace
cuando deja de salir?
— Puede estar viendo a otros niños,
asomada a otro país.

—Madre, ¿por qué su luz cae
con callada suavidad?
—Porque es la luna una madre,
de divino acariciar.

—Madre, ¿por qué ha de llegar
cuando la noche ha caído?
—Porque la mandan velar
sobre los niños dormidos.

***


jueves, 28 de noviembre de 2024

REGALOS DEL DÍA (diario de un epicúreo agradecido), 16



Estos días azules y este sol de la infancia... llevaba escrito A. Machado en un papelito arrugado dentro del bolsillo de su chaqueta. 

Mi escasa inclinación a la nostalgia no me da para mirar hacia atrás ni para añorar la infancia. Soy de los que vive en el presente con un pie acercándome al futuro. Pero el intenso y transparente azul de estos últimos días de noviembre sí me da para celebrar su luminosidad cargada de otoño y añil. 

A decir verdad, cuando la atmósfera está transparente, el sol camina bajo y el frescor de la mañana reaviva la capacidad sensitiva, parece que todo está más vivo.., tal vez porque nosotros estemos un poco más despiertos. 

Sea la causa la que fuere, no he podido frenar mi impulso a recoger tanta belleza y he tirado de móvil atraído por el inmenso azul y las brillantes transparencias que genera:







Todo esto, en realidad, comenzaba con las primeras luces del día, cuando una luna menguante se dejaba ver desde el balcón de casa:


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viernes, 22 de noviembre de 2024

RECUERDO DE SAN SEBASTIÁN. FONDO FOTOGRÁFICO GALARZA

Texto del díptico de presentación de la exposición:

EL FONDO GALARZA, una de las colecciones fotográficas más importantes que conserva San Telmo Museoa, está compuesto por más de 3.000 documentos, incluyendo negativos en cristal, acetatos y positivos en papel. El fondo recoge el trabajo de los fotógrafos Gregorio González Galarza (1869–1948) y su hijo Carmelo González Campano (1895–1959), quienes dedicaron gran parte de su labor a la edición de tarjetas postales con San Sebastián en el centro de sus miradas. 

Para ello, escogieron las imágenes más representativas de la ciudad balnearia y cosmopolita, contribuyendo a fijar la imagen icónica de la Donostia de la primera mitad del siglo XX. Sin desdeñar el poder divulgativo de las postales en su momento, es importante resaltar su valor como documento que ilustra en detalle una época y facilita su comprensión. 

Las fotografías se han ordenado con un criterio espacial que nos permite realizar un recorrido visual a modo de paseo por la ciudad, empezando en la Ciudad Vieja y su entorno, para continuar por el ensanche Cortázar y los jardines de Alderdi Eder. Se dedica un amplio apartado al marco de la bahía y las playas de la Concha y Ondarreta, con sus paseos. A continuación, se muestra el barrio de Gros, la plaza de toros del Chofre y el desarrollo del ensanche Kursaal. Por último, nos adentramos en el ensanche meridional, al sur de la Avenida, para proseguir aguas arriba del Urumea hacia Amara Nuevo y Loiola. La ruta expositiva también nos lleva a los parques de atracciones de Ulia, Martutene e Igeldo, para terminar siendo testigos de los espectaculares carnavales de comienzos del siglo XX y dirigir la vista hacia los tipos y costumbres tradicionales del país en las llamadas “escenas vascas”. 

Gracias a estas imágenes, es posible contemplar no sólo la transformación de la ciudad y su entorno, sino también la evolución de los modos de vida en una mirada a lo largo del tiempo.

Ordutegia / Horario 
Azaroaren 1etik aurrera / Desde el 1 de noviembre: 10:00—19:00 
Astelehenetan itxita (jaiegun eta zubiak ezik) 
Abenduaren 21, 24 eta 31n ordutegi berezia: 10:00—14:00 
Abenduaren 25ean , urtarrilaren 1 eta 20an itxita 
Lunes cerrado (excepto festivos y puentes) 
21, 24, 31 de diciembre, horario especial: 10:00—14:00 
25 de diciembre, 1 y 20 de enero cerrado

Algunas imágenes que a mí me han interesado más:


El texto dice:

Monumento al Centenario (1913) 

Estaba constituido por un basamento triangular representando episodios de la toma y quema de la ciudad en 1813, como el asalto inglés y la defensa francesa de la muralla, la desolación de los vecinos ante el saqueo y el acuerdo de la Junta de Zubieta bajo un ave fénix, que simboliza el resurgir de la ciudad de sus cenizas. Del pedestal se elevaba una columna y, en su cima, una cuadriga de bronce dorada de 4000 kg sobre la que marchaba "La Fama de San Sebastián". Una estatua de bronce de la reina María Cristina presidía el monumento, flanqueada por dos leones, símbolos de la fortaleza y la hidalguía donostiarra. 

Este monumento apenas superó una década, siendo desmontado en 1924. La estatua de la reina fue a para a Ondarreta, siendo fundida en la Guerra Civil. el ave fénix y un grupo de soldados franceses se colocaron en el Cementerio de los ingleses de Urgull. el grupo de Zubieta fue trasladado a San Vicente y, en la actualidad, sus personajes descabezados forman parte de la escultura de la Plaza de Irun en Amara. en cuanto al resto de sus elementos, se desconoce su paradero.


La fotografía es de 1929. Hace cien años, a la vista está, ya se había producido el fenómeno de lo "lleno", tal y como lo expresaba Ortega y Gasset en La rebelión de las masas.


Iglesia de San Ignacio (1909). Todavía no se había levantado la torre. El barrio de Gros era un remanso donde existían unas pocas construcciones.



Como puede verse, no había dos parques de atracciones, sino tres. Este se encontraba en lo que hoy es Martutene. La villa que puede verse sobre la roca sigue ahí en la actualidad, es la villa Arkaitz-Artekoa.

HASTA EL 26 DE ENERO DE 2025

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lunes, 18 de noviembre de 2024

OTOÑO EN HOJA

 
Si la primavera la solemos identificar por la enorme variedad de colores con que se adornan campos, jardines y espacios domésticos gracias a la proliferación de todo tipo de flores, una de las manifestaciones más claras y evidentes del otoño es el cambio de pigmentación de las hojas de las plantas caducifolias. 

El frío y la ausencia de clorofila suelen dejarnos unas magníficas estampas de bosques otoñales. La ciudad carece de bosques, pero un simple parque urbano puede ofrecernos hasta en un día tan falto de luz como el de ayer una hermosa colección de imágenes a través de las diferentes hojas de sus árboles. No es necesaria la vasta extensión de una ladera de montaña o un gran valle para disfrutar del espectáculo. 

Si decimos que la primavera está en flor, bien podemos decir que el otoño está en hoja.













Ni esta alegre florecilla ni el plumero de la Pampa deberían estar aquí. Se han colado en la fiesta otoñal, pero una vez dentro, no me he sentido con fuerza para expulsarlos.




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