Av. Alcalde José Elosegi 124 |
Las aventuras de Willy Fog no entraban en mis planes televisivos. Tampoco creo que tuviera edad para ello y, por no tener, no tenía televisión para haber visto la serie de dibujos animados en caso de que me hubiera interesado. Sin embargo, yo en aquella época daba clases a chavales de entre 11 y 14 años y recuerdo que en algún momento sí comenté algo en relación a la época en que se sitúa la historia y los viajes en globo. La serie de animación se basaba en la famosa obra de Julio Verne La vuelta al mundo en ochenta días, que además de ser una lectura muy apropiada para esa edad, venía muy bien para introducir algunos aspectos de la vida europea durante la segunda mitad del siglo XIX (yo daba clases de historia).
Lo que nunca hubiera imaginado es encontrar en la fachada de un edificio de viviendas a Willy Fog paseándose con su aerostático, que la fachada esté impoluta (la conozco así desde hace ocho años) y, lo que más ilusión me hace, es que el vecindario que habita esa vivienda se haya puesto de acuerdo para que su pared sea la más divertida de toda la larga avenida en la que se sitúa y sea capaz de realizar ese ejercicio de ternura, nostalgia e ilusión que es necesario para que el globo se mantenga en el aire durante tanto tiempo.
¿Hay mejor metáfora urbana del buen ánimo colectivo?
***