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martes, 19 de agosto de 2025

REGALOS DEL DÍA (Diario de un epicúreo agradecido), 28

Desde el Adarra




[Epicuro a Meneceo: ¡salud y alegría! ]

Tal vez pueda parecer que soy un poco desagradecido por llevar tanto tiempo desde la última entrada en este peculiar diario. O que no he tenido mucha suerte durante las últimas semanas y ningún regalo me ha salido al paso. Nada más lejos de la realidad. La vida, en general, ha sido generosa conmigo, mas no quiero abusar de vuestra paciencia y aburriros con mis pequeños y cotidianos goces, por lo que he dejado pasar un tiempo y rememorar aquí reunidos unos cuantos de esos placeres que los días han ido dejando, como cosecha veraniega, al pie de mis horas.

Así, por ejemplo, como cuando el día no sabe si ya es noche, y claridad y penumbra se entremezclan tímidas y titubeantes sin saber muy bien quién es quién o si son la misma cosa, pero con disfraces distintos.

 Así, por ejemplo, como cuando la flor del árbol de Júpiter se asoma tímida y discreta por encima de la masa de hojas verdes y compone un himno a la diversidad de formas y colores sin dejar de ruborizarse.  

Así, por ejemplo, como cuando la noche guarda silencio y deja que su inquilina más coqueta y dicharachera se alce opulenta y poderosa, tome la palabra y nos deje con la boca abierta.

Así, por ejemplo, como cuando el sol decide esconderse, pero antes de hacerlo se acicala de nubes y reflejos, y nos deja que, por unos breves momentos, podamos disfrutar de su presencia sin que nos hiera ni derribe. 

Así, por ejemplo, como cuando desde un casi nada conocido como alcorque se levanta una cinnia en todo su esplendor y le dice al árbol a cuya vera crece: Ves, ya no estás solo, me tienes a mí, como El Principito tuvo un día a su zorro. Puedes contarme cualquier cosa.

 Así, por ejemplo, como cuando voy al monte con mi hija y ya su compañía embellece el paisaje y el camino es más alegre y juguetón, más ligero, mejor camino. 


Ya veis si es bien sencillo, el placer es principio y fin del vivir feliz. Tan solo es necesario estar un poco atentos.  

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Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

sábado, 9 de agosto de 2025

MÁS NATURALEZA EN PIEDRASECHA

Inicio del sendero conocido como La hoz de Los Calderones
La fascinante geología y su variedad cromática.
365 millones de años nos contemplan.

Esta publicación no iba a tener lugar, pero la irreparable pérdida de una memoria externa donde tenía recogidas buena parte de mi memoria poética y fotográfica 😢😢😢, más el hallazgo de la leyenda sobre el nombre del lugar la han provocado. Una manera de consolarme yo mismo.
 
Uno de los innumerables ejemplos de las fuerzas telúricas.

Interior de Los Calderones

La entrada al desfiladero desde la Cueva de las Palomas

Aviones jóvenes sobre el saliente de un edificio.

Esta foto salió mal, era mucha la distancia, pero al pasarla al ordenador descubrí la escena.

Las siempre esquivas mariposas.



Esta es la que más megusta

Amiga lagartija tomando el sol.

Vaina de retama.

Una de las vainas estalló cuando hacía esta foto.

Una lavandera ligeramente desenfocada en lo alto de una torre con un ojo en el fotógrafo.

La vida abriéndose paso en las cárcavas de la Formación Fueyo.

Arcoíris... artificial.

Hierbas colonizando el alto de la iglesia.

Ah, sí, lo del nombre. Dice el Diario del Senderista que el nombre Piedrasecha, según la leyenda, proviene de una batalla entre los habitantes de la zona y los musulmanes durante la Edad Media. Se dice que los habitantes, al ver acercarse a los invasores, lanzaron piedras desde las montañas circundantes, obligándolos a retirarse mientras gritaban "¡Piedras echan! ¡Piedras echan!". Esta versión me parece muy divertida, sobre todo al imaginar a los musulmanes gritando preocupados en castellano moderno eso de "¡piedras echan!". Además debían de ser musulmanes con influencia euskaldun, por eso del cambio de orden entre el verbo y el sustantivo. Continúa el Diario del SenderistaSin embargo, existe otra teoría que sugiere que el nombre podría derivar de "piedra secta", que significa piedra cortada, debido a una cantera cercana al inicio del valle

PS: La anterior Naturaleza en Piedrasecha es una publicación que hice de urgencia, sin enlaces y con el móvil. 
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martes, 22 de julio de 2025

LA MAURESQUE, LA CASA DE SOMERSET MAUGHAM


La Mauresque


Hasta hace relativamente poco tiempo esta vista de la fachada de la villa La Mauresque era imposible, excepto si se tenía una embarcación para poder verla desde el agua. En la actualidad, gracias a la pasarela que lleva desde el parque y la zona deportiva hasta el pequeño puerto de Caneta, la fachada puede casi tocarse con la mano.

En su origen, fue una villa en estilo más o menos árabe (eran los gustos exóticos de la época) para el capellán de Leopoldo II, Felix Charmettant. Posteriormente, en 1927, la remodeló el arquitecto americano Barry Dierks para servir como residencia habitual del novelista británico Somerset Maugham, y así fue hasta el fallecimiento del escritor en 1965.

Durante esa época, por ella pasaron grandes personajes como Churchill, los duques de Windsor, T. S. Eliot, H. G. Wells, Rudyard Kipling, Ian Fleming, Noel Coward o Virginia Woolf.

En 1967, la compra por parte de la estadounidense Lynn Wyatt hizo que sufriera nuevos cambios y se que se modificara tanto la fachada como el interior. Hoy es una residencia privada, eso sí, catalogada como un elemento del patrimonio cultural francés desde 2008.

A su lado se encuentra la que fue casa del escritor Pierre Loti, otro aficionado a la Bahía de Chingudi. Pero esa es otra historia.



Fachada de acceso a la villa desde Rue des Pêcheurs

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lunes, 21 de julio de 2025

CHAMBORD

 #descubriendoFrancia

Chambord es, según dicen guías y folletos varios, el castillo más grande y más visitado del Loira. Algunas cifras: 426 dormitorios, 282 chimeneas, 77 escaleras, entre ellas la famosa escalera de caracol cuyo diseño, se dice, fue obra de Leonardo, aunque este ya había muerto cuando se comenzó la obra. Y si os da por contar las salamandras distribuidas por paredes, techos y mobiliario, deberíais pasar de las trescientas; en muchas ocasiones, acompañada de la F de Francisco, para que no quede duda. La salamandra es el símbolo que escogió Francisco I.

Más cifras: el castillo de Chambord está enclavado en un parque-bosque de dimensiones descomunales, tiene 32 kilómetros de perímetro (incluye una reserva nacional de fauna y caza). Dicen, y desde luego no voy a comprobarlo, que es el mayor parque de Europa. Buena parte de él, no todo, se puede recorrer. Incluso en el estanque rectangular que se encuentra en la trasera del castillo se pueden alquilar barquitas para pasear. También se pueden alquilar uno de esos carritos que se utilizan en los campos de golf.

A Chambord, por tanto, se puede ir para visitar la arquitectura renacentista, para ver la exposición temporal que se suele colocar en una de las alas del piso superior, para recorrer los inmensos jardines, para hacer pícnic y pasar el día completo, para ver algún evento festivo (cuando yo estuve había algunas zonas cerradas al público porque se estaban instalando gradas y escenarios para la celebración del 14 de julio), o se puede ir para todo ello.






Un par de fotos de la exposición del monje coreano Kim En Joong, artista y hombre de religión, que vivió buena parte de su vida en Francia. Curiosamente, la mayor parte de las obras expuestas en Chambord habían estado expuestas en Chartres cuando pasé por allí hace dos años. No me importó en absoluto, porque es una obra que me gusta mucho.





Los jardines, por supuesto, muy civilizados y muy simétricos, es decir, tan franceses como la misma bandera.










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