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sábado, 20 de septiembre de 2025

DIARIO DE UN RACIONALISTA ACORRALADO, 1

#diariodeunracionalistaacorralado
 

No voy a entrar en la parafernalia ideológica que las fiestas del barrio de Egia llevan consigo. Eso daría para otro entrada. No, aquí solamente voy a hablar de decibelios, muchos decibelios porque, según parece, sin estruendo, sin ruido atronador una parte minoritaria de la sociedad es incapaz de divertirse, de ser feliz y necesita hacérselo saber a la otra parte mayoritaria que tiene el inaudito descaro de querer, por ejemplo, dormir cuando llega la noche.

Lo moderno, lo divertido, lo democrático, lo justo y necesario es celebrar las fiestas haciendo saber al bebé que intenta dormir entre toma y toma, a la enferma que está postrada en la cama, al personal que al día siguiente tiene que madrugar para ir al estúpido trabajo, a quien la noche anterior perdió un ser querido, a la persona que decidió hace algún tiempo que lo que quería era calma y silencio para sentirse un poco mejor, a todas las personas del vecindario que cometen la osadía de querer dormir por la noche hay que hacerlas saber que han llegado las fiestas populares, las del barrio, las que no son una imposición del ayuntamiento y aunque estés sumido en una depresión de caballo, debes divertirte con la música más atronadora aunque esa música ni ese volumen te gusten ni te convengan. 

Y, por supuesto, nada de concentrar los diabólicos altavoces cargados de maravillosa potencia de sonido en una zona determinada como hacen las administraciones centralistas, autoritarias y antidemocráticas. No. Los magníficos y potentísimos altavoces hay que repartirlos por todas las calles y plazas. Que no quede ningún rincón sin disfrutar del éxtasis festivo y liberador, pues para eso está la sesuda y democrática Comisión de festejos, encargada de hacer llegar la felicidad a todas las personas del barrio, porque ya sabemos que la peor fiesta es la que no se hace y también eso otro de la fiesta es el ser supremo de la felicidad. 

Y es que la Comisión, que para eso está, piensa en todas y cada una de las personas del barrio ajustándose al democrático lema de a cada cual según sus necesidades. Que tú tienes mucha necesidad, pues te plantas toda la noche al lado del técnico de sonido y saltas y gritas hasta alcanzar tu dosis de necesidad necesaria (imprescindible pleonasmo)Que no tienes tanta, pues te encierras en tu casa, con tus ventanas aislantes del ruido bien cerradas, con las que creías que tu singular ateísmo festivo iba a quedar a salvo. Eso sí, la felicidad te va a llegar, porque la santa y omnipotente Comisión es más sabia que tú y sabe que sí te hace falta tu parte alícuota de éxtasis y estrépito salvífico. El descanso nocturno es una alienación burguesa, retrógrada y, por supuesto, antidemocrática.  

Y todo gratis y sin tener que pedirlo. Y yo empeñado en mantener mi agnosticismo. No sé cómo puedo vivir en el más profundo de los errores.   

*** 

Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
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