Dame Phyllida Barlow (4 de abril de 1944—12 de marzo de 2023), como indica la fecha de su fallecimiento, no pudo asisitir a la inauguración de la exposición que Chillida Leku le estaba organizando, porque cuando terminó de montarse ella, por desgracia, ya había desaparecido. Independendientemente de la ilusión que a todo creador le pueda hacer ver su obra expuesta, estoy seguro de que a ella le hubiese gustado el contraste que hace su obra, un tanto juguetona y colorista, con la mucho más austera y metafísica de Chillida.
Por lo demás, todo ese engranaje técnico en torno la masa, la escala, la altura, el tamaño, el volumen, la proporción y las relaciones de espacio entre la obra, el lugar en que se inserta y la escala humana es un asunto que comparten ambos y en el que posiblemente están muy próximos en cuanto a inquietudes y reflexiones. Eso sí, mientras que las obras de él dan la impresión de que se insertan en el espacio desde el silencio; las de ella lo hacen de manera estrepitosa, como diciendo: ¡Eh, tú, mírame! Aquí estoy, plantada en medio del camino.
Otro elemento de contraste, me atrevería a decir que fundamental, entre ella y él, diría que es la forma de enfrentarse al trabajo. Por si no queda muy claro a qué me refiero, este párrafo entresacado de los paneles que acompañan a la exposición lo expone claramente:
HASTA EL 22 DE OCTUBRE