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viernes, 8 de marzo de 2024

CAROLINA CORONADO ("Libertad")

En librerías

Para empezar, un documental de Canal Extremadura, escrito y dirigido por Manuel G. Cano:


Para continuar, una aclaración, una sorpresa y un poema:

Carolina Coronado es un personaje sorprendente por su trayectoria vital, por el contenido y significado de su obra (que puede variar de lo más liberal a lo más tradicional) y hasta por sus patologías. Sea como fuere, y como ocurre con todas las obras, el tiempo y las inclinaciones de cada época van decantando qué parte de ellas permanecen y cuáles serán materia de olvido.

También me resulta sorprendente lo poco reproducido que encuentro este poema, comparable como mínimo en importancia por su denuncia a las famosas redondillas que comienzan con "Hombres necios que acusáis" de sor Juana Inés de la Cruz. Y sorprendente me parece la explicación del origen por parte de la catedrática Anna Caballé cuando afirma (minuto 10') que está escrito al hilo de la ley electoral que acaba de aprobarse (poema y ley son de 1846). 

Muy resumidamente: durante el reinado de Isabel II se producen alternancias entre gobiernos moderados y progresistas. El período 1844-54 es de gobiernos moderados y se aprueba la Constitución de 1845 y la ley electoral del 46. Durante todo el siglo XIX el sufragio era censitario, es decir, restringido a propietarios y de un cierto nivel de rentas, lo que quiere decir que no votaban todos los hombres, ni mucho menos (el voto femenino en España es de 1931, puesto en práctica en 1933). Y aquí está la cuestión: Con la ley electoral de 1837 el cuerpo de votantes era de 635.000; con la ley del 46 se redujo a 99.000 (Historia de España, VVAA, Historia 16, p 793) para una población de más de 15.000.000 de habitantes; es decir, quienes podían votar no llegaba ni al 1%. Es imposible que ninguna persona pudiera hablar de lo contentos que estaban mozos y viejos, porque ni mozos ni viejos iban a poder votar, a no ser que fueran más o menos ricos o pertenecieran a la aristocracia. 

El poema tiene un significado e intención mucho mayores que el de ser respuesta puntual a una ley electoral, menos aún a una ley que restringía de manera ostensible la población con derecho a voto con respecto a la anterior. Se trata de una denuncia general sobre un sistema que ponía todo tipo de trabas a la participación de las mujeres en cualquier espacio colectivo fuera del ámbito familiar y que impedía directamente la participación de la mujer en la política. La primera que se produce en la literatura española de este signo

Es cierto que el poema comienza con el regocijo general de la población masculina, pero esa alegría no encuentra ningún fundamento en el año en concreto en que está escrito y en territorio español. Únicamente podemos entenderlo como una manera de expresar rechazo y denuncia ante ciertos avances políticos y sociales que se venían produciendo a lo largo del siglo por toda Europa, pero que no acogían nunca a la población femenina, lo que sirve de elemento de contraste para aumentar el efecto final; esto es, una hipérbole como recurso estilístico. Carolina es consciente de esos avances políticos, pero recuerda que los logros —pocos, muy pocos mirados desde nuestra época— solamente afectaban a una parte más bien escasa de la mitad de la población. 



LIBERTAD

Risueños están los mozos,
gozosos están los viejos
porque dicen, compañeras,
que hay libertad para el pueblo.

Todo es la turba cantares,
los campanarios estruendo,
los balcones luminarias,
y las plazuelas festejos.

Gran novedad en las leyes,
que, os juro que no comprendo,
ocurre cuando a los hombres
en tal regocijo vemos.

Muchos bienes se preparan,
dicen los doctos al reino,
si en ello los hombres ganan
yo, por los hombres, me alegro;

Mas, por nosotras, las hembras,
ni lo aplaudo, ni lo siento,
pues aunque leyes se muden
para nosotras no hay fueros.

¡Libertad! ¿qué nos importa?
¿qué ganamos, qué tendremos?
¿un encierro por tribuna
y una aguja por derecho?

¡Libertad! ¿de qué nos vale
si son los tiranos nuestros
no el yugo de los monarcas,
el yugo de nuestro sexo?

¡Libertad! ¿pues no es sarcasmo
el que nos hacen sangriento
con repetir ese grito
delante de nuestros hierros?

¡Libertad! ¡ay! para el llanto
tuvímosla en todos tiempos;
con los déspotas lloramos,
con tributos lloraremos;

Que, humanos y generosos
estos hombres, como aquellos,
a sancionar nuestras penas
en todo siglo están prestos.

Los mozos están ufanos,
gozosos están los viejos,
igualdad hay en la patria,
libertad hay en el reino.

Pero, os digo, compañeras,
que la ley es sola de ellos,
que las hembras no se cuentan
ni hay Nación para este sexo.

Por eso aunque los escucho
ni me aplaudo ni lo siento;
si pierden ¡Dios se lo pague!
y si ganan ¡buen provecho!


Si a mí se me diera la posibilidad de salvar del paso del tiempo tan solo cinco poemas de la autora, el que aquí he copiado, formado por una sucesión de trece coplas, sería uno de ellos.

Para disfrutar, su poesía toda recogida en Internet Archive.

Para ver, el album de recuerdos del Museo del Romanticismo sobre Carolina coronado y el catálogo de la exposición que la Biblioteca Nacional dedicó a la
poeta extremeña en 2011.


Y para finalizar, Loretta García Montuenga realiza una lectura de los poemas que hoy más no pueden interesar, acompañada de una breve contextualización:



***


jueves, 7 de marzo de 2024

BAUDELAIRE

Esta traducción ahora está en Akal
  • Preámbulo:
Sin llegar a la contundencia de Sartrejamás superó el estadio de la infancia (Baudelaire)—, Rafael Argullol escribía en 1994 en Sabiduría de la ilusión: Las flores del Mal es uno de los libros más seductores que se han escrito. Es, asimismo, uno de los más corruptores (...) Es un libro destinado a la seducción y a la corrupción de la juventud. Creo que nadie que lea, por primera vez, Las flores del Mal en edad avanzada se sentirá conmovido.

  • Recibimiento y advertencia que monsieur Baudelaire nos hace:

AL LECTOR

Necedad, error, pecado y tacañería ocupan
nuestras almas, nuestros cuerpos alteran,
y complacientes nutrimos los remordimientos
como los mendigos sus piojos.

Tercos son los pecadores y cobarde el arrepentimiento;
con creces exigimos se nos paguen las confesiones,
y al cieno alegres regresamos creyendo borrar
con viles llantos todas nuestras culpas.

Satán Trigemisto en el cojín del Mal se halla,
mucho mece a nuestro hechizado espíritu,
y ese sabio alquimista vaporiza
el precioso metal de nuestra voluntad.

¡El Diablo maneja los hilos que nos mueven!
Incluso en seres inmundos hallamos seducción;
diariamente hacia el infierno vamos, y sin miedo,
bajando a través de tinieblas hediondas.

A fondo, como a una naranja seca, exprimimos
algún placer clandestino que de pasada robamos
tal un mísero libertino que besa y mordisquea
los martirizados senos de una ramera vieja.

En nuestras mentes se agita un pueblo de demonios,
apiñado e hirviente como un millón de helmintos,
y cuando respiramos fluye en los pulmones
la Muerte, río invisible, con sus apagadas quejas.

Si el estupro, el veneno, el puñal y el incendio
aún no bordaron sus atractivos diseños
en triste cañamazo de nuestra mala suerte,
es que sólo tenemos, ¡ay!, almas no atrevidas.

Hay chacales y panteras, linces y monos,
hay escorpiones y buitres, y también serpientes,
son monstruos que gruñen, aúllan y reptan
en la infame leonera de nuestros vicios,

¡pero uno sobresale por feo, perverso e inmundo!
Aunque no chille mucho y tampoco gesticule,
seguro que a gusto haría de la tierra un caos
y que al mundo se tragaría con sólo bostezar;

¡es el Tedio!, tiene en los ojos lágrimas falsas,
y fuma la pipa mientras con patíbulos sueña.
Lector, ya conoces a tan delicado monstruo,
—lector hipócrita— ¡tú, mi prójimo, mi hermano!

     Traducción: Jacinto Luis Guereña.

Ese es el ambiente. 

  • Final: 
Puesto que hay más entradas antiguas dedicadas a la obra de Baudelaire en el blog, no colocaré más información sobre él de apoyo a la tertulia. Además, aquí hay una de las muchas traducciones completas que se pueden encontrar en internet.




Tumba de Baudelaire y familia, cementerio de Montparnasse.

***


jueves, 29 de febrero de 2024

CELEBRACIÓN DE WALT WHITMAN

El 30 de septiembre de 2019, en el Salón de actos de la Biblioteca de Humanidades "Emilio Alarcos Llorach", se produjo una celebración del 200º aniversario del nacimiento del poeta americano. Intervinieron la profesora de Literatura Norteamericana de la Universidad de Oviedo Esther Álvarez López; Luis Alberto de Cuenca, poeta y profesor del CSIC; Luis García Montero, poeta y director del Instituto Cervantes; José Luis García Martín, escritor y profesor de la Universidad de Oviedo; la poeta Aurora Luque; y la directora de la Cátedra Emilio Alarcos de la Universidad, Josefina Martínez

Una pequeña aclaración sobre el contenido: quien desee obtener alguna información significativa sobre el poeta americano, que vaya al minuto 11'20", a la ponencia de Esther Álvarez López. Son los únicos 20 minutos en los que realmente se habla del autor que se pretende celebrar. En las demás, o se dicen generalidades archiconocidas o se habla de los gustos, inclinaciones y opiniones propias de quien expone más que de Walt Whitman. Resulta difícil entender por qué se acepta estar presente en una ponencia si quien lo hace no se va a molestar en preparar algo del más mínimo interés sobre el tema.


CANTO DE MÍ MISMO

                                            24


Walt Whitman, un cosmos, el hijo de Manhattan, 
turbulento, carnal, sensual, comedor, bebedor y procreador, 
ni sentimental, ni superior a hombres y mujeres, ni alejado de ellos, 
tan modesto como inmodesto. 

¡Arrancad los cerrojos de las puertas! 
¡Arrancad las puertas de los quicios! 
Quien degrada a otro, me degrada a mí; 
y cuanto se hace o dice, revierte en mí. 

La inspiración divina me desborda, y me recorren el torrente y el índice. 

Pronuncio el santo y seña primigenio; hago el signo de la democracia. 

¡Por Dios! No aceptaré nada que no puedan recibir los demás, en las mismas condiciones. 

Brotan de mí muchas voces largamente acalladas: 
voces de las interminables generaciones de prisioneros y esclavos; 
voces de los enfermos y desesperados, de los ladrones y enanos; 
voces de ciclos de gestación y crecimiento; 
y de los hilos que hilvanan las estrellas, y de los vientres, y de la sustancia paterna, 
y de los derechos de aquéllos a los que otros oprimen, 
y de los deformes, los triviales, los simples, los necios y los despreciados, 
de la niebla en el aire y los escarabajos peloteros, con sus bolas de mierda.

Brotan de mí voces prohibidas: 
voces de sexo y lujuria; voces veladas, a las que retiro el velo; 
voces indecentes, que yo clarifico y transfiguro. 

Yo no me tapo la boca con la mano. 
Me mantengo tan puro en las tripas como en la cabeza y en el corazón. 
La cópula no es para mí más vergonzosa que la muerte. 

Creo en la carne y en los apetitos. 
Ver, oír, tocar, son milagros, y cada parte, cada ápice de mí, es un milagro. 
Divino soy por dentro y por fuera, y santifico cuanto toco y me toca: 
el aroma de estas axilas es más exquisito que todas las plegarias; 
y esta cabeza es más que las Iglesias, las biblias y todos los credos. 

Si algo venero más que otra cosa, es la extensión de mi cuerpo, o de cualquiera de sus partes: 
¡translúcida arcilla mía, eres tú!, ¡bordes y basas en sombra, sois vosotros!, ¡firme reja masculina, eres tú!, 
¡cuanto contribuye a mi cultivo, eres tú!, 
¡tú, poderosa sangre mía, y tu lácteo fluir, pálida desolladura de mi vida!, 
¡pecho que se abraza a otros pechos, eres tú!, 
¡ocultas circunvoluciones de mi cerebro, sois vosotras!, 
¡lavada raíz de cálamo, becada asustadiza, nido resguardado, con dos huevos iguales, sois vosotros!, 
¡heno enmarañado de la cabeza, la barba y los músculos, eres tú!, 
¡savia que goteas del arce, fibra del trigo viril, sois vosotras!, 
¡sol generoso, eres tú!, 
¡vapores que ilumináis u oscurecéis mi rostro, sois vosotros!, 
¡arroyos y rocíos de sudor, sois vosotros!, 
¡vientos que me cosquilleáis, restregando vuestros genitales contra mí, sois vosotros!, 
¡amplios campos musculares, ramas de encina del sur, amoroso haragán de mis tortuosas sendas, sois vosotros!, 
¡manos que he cogido, caras que he besado, mortales a quienes he llegado a tocar, sois vosotros! 
Me adoro a mí mismo: hay tantas cosas en mí, y todas tan deliciosas. 
Cada momento y cada hecho me estremecen de alegría. 
No sabría decir por qué se me doblan los tobillos, ni el origen del más leve de mis deseos, 
ni la causa de la amistad que dispenso, ni de la amistad que recibo. 
Al subir las escaleras de mi veranda, me paro a considerar si todo esto existe, en verdad. 
Un dondiego en la ventana me satisface más que toda la metafísica de los libros. ¡Contemplar el amanecer! 
La escasa luz disipa las sombras, diáfanas e inmensas. 
El sabor del aire es grato a mi paladar. 
Fragmentos del mundo cambiante se elevan en silencio —escarceos inocentes, que exudan frescura— 
y se precipitan, oblicuos, por todas partes. 
Algo que no alcanzo a ver endereza sus púas libidinosas. 
Mares de zumo brillante inundan el cielo. 
La tierra invadida por el cielo, 
la consumación diaria de su unión, 
el desafío lanzado por oriente, en ese instante, sobre mi cabeza, 
la burla mordaz: ¡veremos quién es el amo!

Traducción: Eduardo Moga.


***


jueves, 8 de febrero de 2024

WALT WHITMAN

Librerías
Traducción: Francisco Alexander
Con la poesía de Walt Whitman (1819–1892) no vamos a tener ningún problema para encontrarla traducida y muy bien traducida. Como corresponde a una figura universal de la poesía, hay numerosas traducciones, muchas editoriales se han ocupado de tenerla en su catálogo y difícilmente vamos a tropezar con una biblioteca o una librería que no tenga algún ejemplar de su obra. Y si no os molesta leer en pantalla, también existen cientos de sitios en internet que recogen antologías bien nutridas o incluso su poesía completa. Y si lo que queréis es una antología mínima, el cuadernillo que preparé en 2007 lo tenéis aquí.


CANTO DE MÍ MISMO

1

Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.
Vago... e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.
Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es su misión y no la olvidaré;
que nadie la olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de par en par las puertas a la energía original de la naturaleza
desenfrenada.

Traducción: León Felipe.

Para que os vayáis entreteniendo aquí tenéis una biografía,


el recitado del comienzo del poema 31 de la sección "Canto a mí mismo" por un Serrat muy joven


y la lectura completa de esa misma sección


***


lunes, 5 de febrero de 2024

ROBERT BROWNING, su idea del arte

Editorial
Traducción: Humberto Marín
Si exceptuamos ensayos y cartas diversas, El anillo y el libro es el mejor recurso para entender cuál era la concepción artística de R. Browning. El último libro, de los XII en que se divide, termina con estos versos: 

¿Por qué tomar la vía artística para probar sólo esto?

Porque es la gloria y la bondad del Arte,

que el Arte siga siendo la única vía posible

de decir la verdad, para bocas como la mía al menos.

¡Cómo mirar a un hermano en la cara y decir

"¡Tu bien está errado, ojos tienes mas no ves,

tus orejas rellenas y taponadas, a pesar de su longitud,

y, oh, la necedad que tú tomaste como fe!".

Decir esto tan argentinamente como la lengua pueda,

todavía puede soportarse la ira del hombre,

la sacudida de hombros, sus desengañados ojos

no son tan malos de aguantar; pero aquí está la plaga,

que todo este problema viene de decir la verdad,

la cual verdad, cuando lo alcanza, luce falsa,

parece ser exactamente la cosa que reemplaza,

no reconocible siquiera por quien la soltó,

mientras que la falsedad habría hecho la obra de la verdad.

Pero el Arte, en el cual el hombre no habla al hombre en modo alguno

solamente a la humanidad, el Arte puede decir una verdad

oblicuamente, hacer aquello que ha de engendrar el pensamiento,

no agraviar al pensamiento, faltando la palabra mediadora.

Podéis así pintar vuestra pintura, mostrar la verdad dos veces,

más allá de la mera imaginería en la pared,

así, nota por nota, extraéis música de vuestra mente,

más profundo de lo que alguna vez se hundió el Andante,

así escribir un libro significará, más allá de lo hechos,

satisfacer el ojo y además salvar el alma.


Browning comparte la concepción del poeta como vidente, como profeta, como portador de la verdad que tomó fuerza durante el romanticismo, continuó durante el posromanticismo (Baudelaire, Rimbaud...) y todavía hoy comparten otros muchos creadores. 

 ***


martes, 23 de enero de 2024

ELIZABETH BARRET: "AURORA LEIGH" (citas varias)

Editorial
Traducción: José C. Vales.
Antes de comenzar con las citas, una recomendación: la Poetry Foundation es el mejor espacio que conozco para leer información de calidad sobre literatura escrita en inglés. Allí encontraréis buenas biografías, reseñas, vídeos, audios y una selección de textos verdaderamente encomiable. Os invito a que visitéis los artículos y antologías dedicados a Elizabeth Barret Browning y su marido Robert Browning. Es la información más completa que váis a conseguir en internet.

Y ahora sí, las citas, pero recordad que las citas no son nada más que eso, citas, pinceladas sobre las opiniones de la autora; la obra es otra cosa mucho más compleja.

Sobre escritura: 
Las buenas intenciones no siempre acaban en buenos libros.
(Los poetas son) los únicos que nos dicen la verdad esencial.
de las ideas equivocadas solo nacen malos poemas.

Cuestión social: 
Los ricos hacen a los pobres, y los pobres maldicen a los ricos,
y agonizan juntos ricos y pobres,
los de arriba y los de abajo, en espasmo social
y crisis de los siglos. ¿He aquí nuestro siglo,
que tiene su propia vocación! ¡He aquí que hemos
sobrepasado los límites del tiempo! Ya no hay nada que ver,
salvo al hombre rico y a Lázaro,
ambos torturados, con un abismo entre ellos,
y ni rastro de las bendiciones de Abraham. ¿Quién,
siendo hombre y humano, puede soportar con entereza
y ver todas estas cosas, y  no rasgar jamás su alma
en busca de alguna solución? ¿No hay un médico para este dolor
ni en la tierra ni en el cielo?

Igualdad hombre-mujer: 
¿Se me ha demostrado que soy demasiado débil
para vivir sola, y sin embargo lo suficientemente fuerte para soportar
semejantes obligaciones sobre mis hombros? Débil para pensar,
y sin embargo lo suficientemente lista para entender los pensamientos de otro.
Incapaz de cantar, como cantan hasta los mirlos,
y sin embargo competente para amar, como Él.
(...)
Tergiversas la cuestión como un hombre
que ve a la mujer como un mero complemento
de su sexo. Olvidas por completo
que todas las criaturas, femeninas y masculinas,
son únicas en sus actos y en sus pensamientos.
(...)
           puedo vivir
la vida de mi alma, sin necesidad de la limosna de los hombres.
(...)
              Yo no creo
en el honor de nadie que otro guarda,
ni de un hombre ni de una mujer. Como yo misma me ocupo de guardar
mi verdad y mi religión, no necesito autorización
de ningún padre, aunque tuve uno que ya ha muerto,
de ningún hermano, aunque tuviera veinte, y mucho menos de ti,
aunque fueras dos veces mi primo, y una vez Romney Leigh,
para mantener a salvo mi honor.

Matrimonio (siglo XIX, recuérdese que hasta finales de ese siglo la ley solo exigía fidelidad a la mujer): 
Si el matrimonio es un contrato, estúdiese bien entonces,
porque las partes contratantes deberían ser iguales, en justicia,
pero si solamente hay juramento de fidelidad por una parte,
una mera religión, lo único que queda es el derecho a entregarse.

Pesimismo y apariencias:
El mundo es un lugar peligroso (...)
              todos conocemos
a buenos críticos que han destrozado las esperanzas de un poeta,
a buenos políticos que han arruinado sus países,
a buenos patriotas que, por una teoría, minaron una causa,
a buenos reyes que destriparon a sus súbditos por un impuesto,
a buenos papas que pusieron todo lo bueno en  peligro,
a buenos cristianos que se quedaron cómodamente sentados
y maldijeron al resto del mundo por estar de pie.
¡Ay, que el buen Dios perdone a la gente buena!

Crueldad entre mujeres:
Una mujer aparta a otra de su corazón
y le clava la aguja más fina,
como si fuera una rosa, y la pincha cuidadosamente,
debajo de las uñas, debajo de los párpados, en el interior de la nariz...
Un animal rugiría si lo torturan así, pero una persona,
una criatura humana, no debe, no se estremecerá siquiera,
no. por vergüenza.
                            Lo que duele, después de todo,
es que una mujer como ella, a una mujer como yo,
sabe cómo hacerle daño.

El gobierno como expresión de la sociedad:
                     Los gobiernos auténticos
no son sino la expresión de una nación, sea buena
o menos buena, incluso de toda la sociedad,
aunque sean injustos, monstruosos, enloquecidos y malditos,
no son sino la expresión de las vidas particulares de los hombres,
la suma visible de unidades invisibles. Y entonces,
¿podríamos cambiar el conjunto y sin embargo conservar
cada figura individual? ¿A quien queremos engañar con eso?

Conducta:
                   La humildad es muy útil
cuando el orgullo es imposible.

Amor:
             El arte es mucho, pero el amor es más.

El trabajo como una acción colaborativa:
                estamos aquí para trabajar,
y las personas que trabajan solo pueden trabajar para las demás,
y para no trabajar en vano, debe trabajarse
para toda la Humanidad, y así, trabajar humanamente,
y elevar los cuerpos de los hombres elevando también los espíritus,
como hizo Dios antes que nosotros.

***


sábado, 13 de enero de 2024

ELIZABETH BARRETT BROWNING (POESÍA VICTORIANA)

Editoriales: Alba, Cátedra
En los manuales de literatura se suele tomar el año 1832 como la fecha que marca la división entre el romanticismo y la época victoriana. Aquel año moría Walter Scott y ya no existían ni Keats ni Shelley ni Byron. Los poetas más destacados de este período van a ser Tennyson, Browning, Elizabeth Barrett, Arnold, FitzGerald, los prerrafaelistas (D. G. Rossetti, Morris, Swinburne, Ch. Rossetti), Patmore, J. Thomson, [Hopkins], F. Thompson y Meredith (R. L. Stevenson y O. Wilde son mucho más conocidos como novelistas y como dramaturgos). 

Pero lo cierto es que el siglo XIX es el siglo del estallido de la novela en toda Europa y si preguntáramos en la calle por esos nombres, seguro que solamente les iban a sonar los dos últimos, Stevenson —La isla del tesoro, El extraño caso del Dr Jekyll y Mr Hyde— y WildeEl retrato de Dorian Gray, La importancia de llamarse Ernesto, El príncipe feliz—. Al que habría que añadir otro nombre todavía con mayor proyección internacional, Charles Dickens, a quien debemos atribuir el dudoso gusto de inventar el afectado sentimentalismo navideño.

Para contextualizar la poesía que se practicó durante la época del largo reinado de la reina Victoria (1837-1901) conviene señalar algunas características que Pujals recoge en su Historia de la literatura inglesa

  • Interés por las mejoras sociales y un fuerte sentido humanitario.
  • Cierta satisfacción derivada del incremento de la riqueza propiciada por el desarrollo industrial y científico.
  • Sentido muy acusado del deber, lo que favorece la aceptación de la autoridad y una insuficiente práctica del humor.
  • Falta de innovación y experimentación poética, a cambio de búsqueda de la perfección.
En ese contexto intelectual y social se desarrolla la obra Elizabeth Barrett Browning, de la que solamente existen traducciones al castellano de Los sonetos del portugués y Aurora Leigh. La última traducida hace solamente cinco años en Alba editorial y hace tres años en Ediciones Cátedra. Es, sin duda, la obra más ambiciosa de la autora. Se trata de una novela en verso blanco, donde se desarrollan las ideas de la propia Elizabeth sobre la vida y el arte a través de la protagonista. Quien haya leído Jane Eyre se dará cuenta de que son obras en las que se concitan los mismos problemas y se ofrece una interpretación del mundo muy similar. No en vano estamos hablando de la misma época y de la misma sociedad. 

*** 


viernes, 5 de enero de 2024

ESQUEMA LITERATURA SIGLO XIX FRANCÉS

Victor Hugo por Léon Bonnat (1879). Museo Victor Hugo.

Esto no es nada más que un esquema para facilitar la visión general de la poesía francesa durante el siglo XIX. No tiene nada más que un valor orientativo.Algunos nombres aparecen en varios casilleros (siendo estricto debería haber colocado más) y ninguna de las etiquetas bajo las que están agrupados sirve para definir una obra de manera tajante dentro de esa etiqueta.



ROMÁNTICOS:
-rechazo del racionalismo y 
predominio de la imaginación,
-entusiasmo por los románticos alemanes e ingleses,
-admiración por la tradición nacional,
-expresión de la emociones,
-libertad expresiva, 
-impugnación de las reglas clásicas,
-enfrentamiento con las instituciones establecidas,



PARNASIANOS:

Gautier, Leconte de Lisle, Théodore de Banville, José María de Heredia, Coppée,

BaudelaireNerval, Catulle Mendés, Sully-Prudhomme.

Prólogo de Mademoiselle de Maupin, Th. Gautier, 1834. En él se postula que la belleza es el objetivo hacia el que todo creador debe tender y debe ser independiente de la idea de progreso o de la moral. El arte por el arte sería el lema que mejor resume este movimiento.



MALDITOS:

Los poetas malditos, Verlaine, 1884.
BaudelaireRimbaud, Corbière, Mallarmé, Nerval, Lautréamont, Verlaine.

-ruptura con cualquier tipo de compromiso.
-insatisfacción,
-singularidad,
-individualismo,
-comportamiento antisocial,
-rechazo de cualquier norma,
-onirismo,

-fusión vida-obra: -vivir poéticamente,
-exploración de la locura.

 De izquierda a derecha: Verlaine, Rimbaud, Léon Valade, Ernest d'Hervilly y Camille Pelletan.
De pie, de izquierda a derecha: Pierre Elzéar, Émile Blémont y Jean Aicard.
Fuente: Wikipedia.

DECADENTES:


Laforgue, Moréas, Cros, Nouveau, Corbière, Mallarmé, Rimbaud, Samain.

Le Décadent, 1886: Nacidos del superhastiismo de una civilización schopenhaueriana, los Decadentes no son una escuela literaria. Su misión no es fundar. Sólo tiene que destruir, derribar las antiguallas... Religión, costumbres, justicia, todo decae... La sociedad se descompone bajo la acción la acción corrosiva de un civilización delicuescente. El hombre moderno no es más que un ser hastiado. Refinamiento de apetitos, de sensaciones, de gustos, de lujo, de placeres, neurosis, histeria, hipnotismo, morfinomanía, charlatanismo científico, schopenhauerianismo a ultranza, tales son los pródromos de la evolución social...



SIMBOLISTAS:

Predecesores: Baudelaire, Verlaine, Rimbaud, Nerval, Mallarmé.

René Ghil, J. Moréas, Gustave Kahn, Henri de Régnier, Charle Morice.

Segunda mitad del XIX. El símbolo como forma expresiva, tendencias esotéricas, teosóficas, ocultistas. La poesía es la forma de expresión de lo esencial.

El sueño (1883), de Pierre Puvis de Chavannes. Fuente: Wikipedia.

jueves, 4 de enero de 2024

ELIZABETH BARRET - ROBERT BROWNING

 No abundan las traducciones al castellano de la poesía de esta pareja y menos las traducciones que puedan conseguirse a través de una librería, aunque gracias a la recuperación de la literatura escrita por mujeres hoy es mucho más fácil hacerse con una edición de alguno de los títulos publicados por ella que por él. 

Es una lástima que la excelente edición de El anillo y el libro ya no esté disponible si no es a través de librerías de segunda mano y a precios escandalosos. Como Esteban Pujals recuerda en su Historia de la literatura inglesa la amplitud de la obra de Browning es enorme, y su universalidad sorprendente a pesar de moverse en un círculo de ideas limitado. Su filosofía de la vida se basaba en unas cuantas grandes verdades que, desde Pauline a Asolando, repitió con toda clase de variantes: Dios, inmortalidad, optimismo, amor al mundo y a la vida. Se le ha llamado el poeta del hombre, y quizá sería más propio designarlo como el poeta de los hombres, pues su interés por la humanidad era, en el fondo, interés por la individualidad de la persona. Su genio esencialmente dramático halló su principal modo de expresión en el monólogo, forma en que escribió obras maestras de introspección psicológica y poder analítico. Su estilo es a menudo difícil, y a veces, oscuro; pero con frecuencia se revela como un gran artista y un cantor de gracia y encanto especiales. Algunos de sus poemas líricos son cautivadores. Lo que jamás le falta es ímpetu, intimidad y una extraordinaria sinceridad intelectual y afectiva.

En cuanto a los títulos de Elisabeth Barrett, en la actualidad hay varias ediciones de los Sonetos y de Aurora Leigh, además de otros títulos asequibles a través de bibliotecas. Y ya que estoy con el manual del profesor Pujals sobre la mesa, aprovecho otro comentario suyo sobre su obra más ambiciosa: 
Este extenso poema es una especie de novela sociológica de asunto moderno, y se desarrolla a lo largo de nueve libros, en unos 11.000 versos blancos. Se exponen aquí los elevados conceptos de la poetisa sobre la vida y el arte. Aurora Leigh es la historia de una huérfana, muchacha de alma fina, afanosa por el estudio y el saber, que tiene dotes poéticas y un hondo sentido religioso. Aurora se cría en casa de una tía suya, en un ambiente poco propicio para su modo de ser. Allí ve con mucha frecuencia a su pariente Romney Leigh, hombre muy rico, que tiene en plan de ejecución grandes ideas de carácter filantrópico, pero cuya actitud ante la vida es arrogante y dogmática. Romney se declara a Aurora en circunstancias que hacen pensar a la joven que, más que cariño, lo que busca en ella es ayuda y compañía. Se siente herida en su amor propio, y rechaza la proposición. La decisión de Aurora equivale a tener que abandonar la casa y trasladarse a Londres para ganarse la vida con la pluma. Tampoco es afortunado Romney en su proyecto matrimonial con Marian Erle, una hermosa joven, hija de un vagabundo, a la cual había amparado, consecuente con su filantrópico romanticismo, El reencuentro de Romney y Aurora no tiene lugar hasta que la desgracia se apodera de Romney: fracasan totalmente sus proyectos filantrópicos, su mansión es destruida por las llamas y él mismo pierde la vista: La unión de Aurora y Romney es casi mística, orientada a la vida futura y al cielo, donde no se necesitan ojos carnales para ver. La coincidencia de Aurora Leigh con Jane Eyre (1847), de Charlotte Brontë, es patente. El poema, que se supone escrito por la protagonista, es el cauce expresivo del sentimiento y del pensamiento de Elizabeth Barrett en los aspectos social, ético y literario.

De Elizabeth Barrett subí una breve selección para la tertulia que hicimos sobre su poesía en 2018. De Robert Browning existe una pequeña selección en Ciudad Seva y una antología bastante completa en Everand, donde podéis apuntaros gratuitamente durante un mes y daros de baja antes de que se cumpla el plazo.

Dejo aquí uno de los poemas breves de Robert Browning, que nos servirá para comentar alguna de sus habilidades técnicas:

ENCUENTRO EN LA NOCHE

El mar gris y la larga, negra tierra;
Y en su ocaso, amarilla, la gran luna creciente, 
y las olas que brincan con leve cabrilleo
en bruscos rizaos, sobresaltadas en su sueño,
al enfilar yo el abra con proa diligente
y amortiguar su ímpetu en la limosa arena.

Luego una trecho de playa tibia con fuerte olor a mar 
y tres campos que cruzar hasta que surge una masía; 
un toque en el cristal, el rascar vivo y célere 
y azul chisporroteo de una cerilla que se enciende.
¡Y una voz, menos audible en sus temores y alegría,
que los dos corazones bien hallados que laten a la par!

                  Poemas escogidos. Traducción: Salustiano Masó. Endymión, 1992.

Este programa de la Cadena Ser que Ángeles Caso dedicó a la vida de Elizabeth puede valer perfectamente para contextualizar y disponer de una idea bastante exacta de la vida de ambos. En el programa también participa el especialista en literatura de la época victoriana, Francisco José Cortés


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