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| El ágora de los libros |
Estas y otras muchas más son metáforas que utilizamos habitualmente en nuestro decir cotidiano. En su momento fueron metáforas que alguien creó, luego gustaron, se extendieron y en la actualidad forman parte de nuestro idiolecto habitual. Al lexicalizarse, lógicamente, han perdido su frescura y su alto valor expresivo.
La metáfora es hija directa de la comparación. Siempre nace de ella. Pero en el lenguaje poético es diferente. Las comparaciones en el mundo de la ciencia, en la vida diaria (salvo en casos como los de arriba), tienen un sentido muy claro; los hechos que se comparan han de tener características o magnitudes comunes objetivamente consideradas y fácilmente constatables.
Cojamos la canción de Joaquín Sabina, Así estoy yo sin ti, donde se hace un ejercicio de comparaciones con adjetivos:
Extraño
como un pato en el Manzanares,
torpe como un suicida sin vocación,
absurdo como un belga
por soleares,
vacío como una isla sin Robinson,
oscuro como un túnel
sin tren expreso,
negro como los ángeles de Machín,
febril como la carta de amor de un preso,
así estoy yo,
así estoy yo
sin ti
(...)
Esta es la comparación pura, aunque, claro, aparece la intencionalidad estética. No es lo mismo decir «oscuro como una habitación con la luz apagada» que «como un túnel sin tren expreso».
En este caso, se relacionan una situación real (adjetivo) con otra imaginaria a la que se conceden cualidades parecidas.
Formalmente, las comparaciones siempre han de llevar el nexo «como» y aparecen los dos términos comparados: «Sin ti estoy extraño como lo está un pato en el Manzanares».
Pero la metáfora (del griego meta = más allá, y fero = llevar) va más lejos, y nos obliga a la interpretación, pues silencia alguno de los elementos de la comparación. Si Sabina hubiera escrito «Sin ti soy un pato en el Manzanares», quien leyera se vería en la obligación de interpretar o deducir la extrañeza.
Una práctica inicial. Tomemos la palabra boca y anotemos cosas que se nos ocurran sobre su forma, sus funciones y cualquier cosa que se nos ocurra:
redonda, hablar, pozo, cantar, donde reside la risa, gustar o degustar (sabores), está la saliva (la espuma), comer, volcán pacífico, besar...
Nos ponemos a elaborar imágenes:
Es tu boca el hondo pozo donde manan las risas cada día.
Del cálido estuche de los besos brotaron palabras como sueños.
[***]
2.- A partir de un objeto cualquiera, una persona (puede ser famosa o conocida solamente por ti), un accidente geográfico, un concepto... escribe imágenes sugerentes
En esta entrada de la Wikipedia tienes un listado de los recursos estilísticos o figuras literarias con sus correspondientes enlaces a cada una de ellas. También puede resultarte muy útil el libro de José Antonio Mayoral, Figuras retóricas (enlazado con el pdf en línea).
3.- El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
tocando el tambor del llano.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Quiero dormir un rato,
un rato, un minuto, un siglo,
pero que todos sepan que no he muerto
que hay un establo de oro en mis labios
que soy el pequeño amigo del viento Oeste
que soy la sombra inmensa de mis lágrimas.
La niña rosarios de sueños llevaban,
auroras fingidas, rebrotes de otoño.
4.- Otro de los recursos más utilizados cuando se escribe poesía y que produce más hermosos resultados es la aliteración:
Tres tristes tigres comen trigo en un trigal.
el susurro de las abejas que sonaba. (Garcilaso).
A las aladas almas de las rosas,
del almendro de nata te requiero. (Miguel Hernández).
Antes alegre andaba, agora apenas
alcanzo alivio, ardiendo aprisionado;
armas a Antandra aumento acobardado;
aire abrazo, agua aprieto, aplico arenas.
Al áspid adormido, a las amenas
ascuas acerco atrevimiento alado;
alabanzas acuerdo al aclamado
aspecto, a quien admira antigua Atenas.
Agora, amenazándome atrevido,
Amor aprieta aprisa arcos, aljaba;
aguardo al arrogante agradecido.
Apunta airado; al fin, amando, acaba
aqueste amante al árbol alto asido,
adonde alegre, ardiendo, antes amaba.
(-)
el pie argenta de plata al Lilibeo,
bóveda o de las fraguas de Vulcano
o tumba de los huesos de Tifeo,
pálidas señas cenizoso un llano,
cuando no del sacrílego deseo,
del duro oficio da. Allí una alta roca
mordaza es a una gruta de su boca.
Guarnición tosca de este escollo duro
troncos robustos son, a cuya greña
menos luz debe, menos aire puro
la caverna profunda, que a la peña;
caliginoso lecho, el seno obscuro
ser de la negra noche nos lo enseña
infame turba de nocturnas aves,
gimiendo tristes y volando graves.
(-)
remera de barcas
ramera de hombres
romera de almas
rimera de versos,
Ramona,
pa´servirles.
(-)
***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.









