Beso entre dos orillas
metáfora satisfecha del abrazo
sueño que se tiende
y cumple su objetivo
en el encuentro
hallazgo
insinuación de aventura
cotidiana excepción.
Atrévete a cruzarlos.
"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
Beso entre dos orillas
metáfora satisfecha del abrazo
sueño que se tiende
y cumple su objetivo
en el encuentro
hallazgo
insinuación de aventura
cotidiana excepción.
Atrévete a cruzarlos.
En el primero, la entrevista completa (25 minutos) a Antonio Colinas, homenajeado en los Premios Ciudad de Irún 2021.
Fuente: https://www.thinglink.com/ |
Una característica propia del estilo de Brueghel que a nadie se le escapa es el gran detallismo con que recoge lo que acontece, la gran profusión de detalles. Entre otras cosas, esta particularidad es la que motivó el uso de esas obras para la realización de rompecabezas que, en otro tiempo, llenaban las tiendas de los museos.
Lo que me ha llamado la atención de este trabajo es que alguien se ha entretenido un buen rato identificando cada una de las actividades en las que la infancia de la la época estaba entretenida. Si os fijáis, veréis que buena parte de los juegos que ahí aparecen continúan practicándose. Algunos difícilmente podríamos calificarlos como juegos, pero esa es otra cuestión.
Para que la imagen se os active debéis ir a este enlace. Allí podréis descubrir todos y cada uno de los entretenimientos que practica esa legión de criaturas que ha tomado literalmente la calle.
Editorial |
Esta magnífica polifonía es absolutamente conmovedora. Si la música produce de inmediato en quien escucha emociones, este Crucifixus es un buen ejemplo. Las disonancias que introduce nos mantienen en mágica espera hasta su resolución. Como dice Pedro Furtado en un comentario al vídeo, essas dissonâncias são tudo!
Abandonaos durante los poco más de tres minutos que dura a la plácida y exclusiva tarea de no hacer otra cosa que escuchar.
Trikitilaris, Plaza los Etxeberri. |
La restauración de Góngora comenzó allá en Francia (a cada cual lo suyo). Fue necesario que al Parnaso le pusiera una deliciosa, matizada sordina el simbolismo, para que, dentro de este último, un gran poeta, Paul Verlaine, que no sabía español, volviera los ojos a Góngora. Culto tan genialmente intuitivo como burdamente "snob", que Rubén Darío aprendió en los cenáculos de París y trajo a España.
¿Por qué ese súbito interés por Góngora? Es que Góngora era el poeta maldito, el artista raro, incomprensible, el escritor execrado en las historias de la literatura. Lo que se buscaba entonces en él era lo "precioso", lo "vago", lo "sugerente", lo "nebuloso". Y ahí quedaron las cosas, con unas cuantas resonancias (D. Alonso, Poesía española, Gredos, 1993).Ejemplar del KM |
eres huella de un amor inconcluso
que ha extraviado su espina.
Nombrar, también, es despedirse.
Estoy tomando un café frente a la noche
y ya tengo abstinencia de tu tiempo.
Contra el plomo y las flores
continúa escribiendo.
Pero el azar es súbdito del tiempo.
Sus avisos nunca son abstractos.
Hay muchísimos más.
Bellísimo poemario. Conmovedor. En ocasiones, terrible como la realidad misma.
Como escribía Margarit en el prólogo, Marisa Martínez Pérsico es una poeta a cuya presencia deberemos, por fortuna nuestra, empezar a acostumbrarnos.
Dolmen de Sorginetxe. Al fondo, Salvatierra. |
Dolmen de Aizkomendi. El de mayor tamaño en el País Vasco. |
Como lunes que es, hoy debería aparecer aquí una recomendación lectora, pero no he recibido nada de la librería correspondiente y he pensado que, en lugar de recomendaros una lectura, podía sustituirla por una propuesta de recorrido histórico-cultural.
Aprovecho que ayer estuve visitando esa zona y que las fotografías que hice están todavía frescas. Además, con esto de la pandemia, resulta muy saludable la visita, pues no vais a tener ningún riesgo de contagio.
El paseo lo completé con una visita a las iglesias de Gazeo y de Alaitza, cuyas pinturas son realmente muy interesantes. Eso sí, la visita, desde hace muchos años, solamente es posible con reserva previa, pero resulta muy recomendable porque la realiza personal altamente especializado (profesorado de historia del arte de la UPV); de hecho, resulta algo así como una clase privada y muy amena —gracias, Hugo—.
Las pinturas de San Martín de Tours de Gazeo corresponden al estilo gótico lineal. Son de una gran calidad artística y recogen escenas, fundamentalmente, de la vida de Cristo, siempre dentro de lo esperado en un recinto religioso.
Cristo ante las fauces del leviatán. |
San Juan. |
Arriba, un ¿cazador? con cuerno; abajo, ¿tres peregrinos? |
Vista general. |
Según dice el anecdotario que rodea a este gran músico, fue un niño prodigio con inclinaciones de aventurero, así, cuando tan solo contaba doce años, el muy dotado pianista se embarcó para Buenos Aires y durante los tres años siguientes viajó por Cuba, EEUU, Inglaterra y Alemania. Y allá por donde iba, dejaba un reguero de adhesiones y entusiasmos. Pero no seré quien agrande la leyenda, ofreciendo datos que en realidad desconozco.
Lo cierto es que como todo músico que se precie, aprendió bien lo que la tradición musical podía enseñarle, asimiló las lecciones de sus predecesores y supo leer en la música popular, andaluza en este caso, lo que le permitió incorporar ritmos y sonidos del flamenco y adaptar el lenguaje de la guitarra a las formas y maneras del piano.
Triana es, acaso, el más popular de los barrios de Sevilla. Y Triana es una parte de la Suite Iberia, uno de los mejores retratos musicales que se han hecho de la Península y, en opinión de Messiaen, quizá el más alto puesto entre las más brillantes muestras del instrumento rey por excelencia. La obra de este catalán universal fue compuesta durante una de sus estancias en Francia. Otra catalana de gran proyección, Alba Ventura, la interpreta de forma exquisita.
Feliz domingo.
Carolina Coronado y Gertrudis Gómez de Avellaneda serán las dos escritoras más interesantes del romanticismo español, salvando, claro está el nombre de Rosalía de Castro, figura destacada por encima de todas y ya metida en los quehaceres del posromanticismo.
Es evidente que la poesía es una lectura minoritaria y que la de Coronado es difícil de encontrar en una librería. Castalia publicó hace ya unas décadas este magnífico ejemplar con un estudio introductorio de la profesora Noël Valis, pero ya no se encuentra si no es en bibliotecas o librerías de viejo. Afortunadamente, Torremozas sacó una antología con su obra poética hace aproximadamente un año. Esa sí está disponible. Y si la urgencia por leerla os acucia y no tenéis cerca ni biblioteca ni librería, siempre está la amplia y bien nutrida página web poesias.es, donde encontraréis casi todos sus poemas.Para alguien como yo, infinitamente más aficionado a las hojas de los libros que a las de los árboles y sin ninguna preparación botánica, tropezar con estos árboles en la ciudad es una absoluta rareza y una enorme dificultad averiguar qué árboles son.
Rareza, porque en mi ignorancia, cuando vi por primera vez esos troncos extraños y un poco abultados, pensé que estaba ante algún curioso tipo de baobab, que era lo único con lo que mi desconocimiento podía asociar lo que estaba viendo. Rareza, igualmente, porque qué podían hacer un par de árboles con esas supuestas características en un lugar de clima oceánico donde no falta la lluvia y los suelos están, generalmente, bien provistos de humedad. Más rareza incluso, porque el lugar donde se encuentran no es precisamente un jardín botánico, ni tan siquiera es un parque que contenga especies arbóreas distintas, es un pequeño triángulo de terreno en una calle residencial, que se ha aprovechado para colocar dos árboles (los de la foto) tres diminutos juegos infantiles, una fuente y algo de hierba. Y más y más rareza, porque al acercarme, descubro que las hojas de uno y otro son totalmente distintas.Rafael Ferreres, a quien tal vez sí conoció el autor de este espléndido y brevísimo destello,
Crece la hierba
El columpio olvidado
Crecen los niños
dejó escrito que fue Verlaine el primero que recurrió a la imagen del parque olvidado, del parque abandonado a su soledad como símbolo de la vida que falta. Recurso que poco después se extiende por toda la poesía modernista. Es la atracción que los simbolistas sintieron por el pasado, por el arañazo de la nostalgia; es la atracción de la pérdida que permanece como herida constante. Pasa el tiempo y con él se nos va escapando la infancia, la juventud, la vitalidad...