sábado, 3 de octubre de 2020

TENER LO QUE SE TIENE, Diana Bellesi



Diana Bellesi no es una poeta muy conocida aquí; en cambio, en Argentina, su país, es una auténtica autoridad literaria, absolutamente reconocida y alabada, aunque quizás sea mejor decir en toda Latinoamérica. 

Reconozco que yo no había oído hablar de ella hasta que me encontré el vídeo de Casa América en el que Benjamín Prado la presenta. Después tuve la suerte de que en el Koldo Mitxelena se encontrara habitando en una de sus estanterías este Tener lo que se tiene, título bajo el que se recoge toda su obra poética hasta 2009, año de la publicación.

Para conocer a la persona, y también para oírla leer algunos de sus poemas, este documental dirigido por Cristián Costantini, Diego Panich y Claudia Prado puede ser un buen material.


Hay muchos poemas suyos que me gustan mucho. No puedo nombrarlos todos. Coincido con Prado en el gusto por el poema "Amar a una mujer", excelente, pero excesivamente largo para una simple entrada como esta. Este que dejo a continuación, también me gusta mucho (lo podéis oír recitado por ella en el vídeo de Casa América a partir del minuto 9:05). 



HE CONSRUIDO UN JARDÍN

He construido un jardín como quien hace
los gestos correctos en el lugar errado.
Errado, no de error, sino de lugar otro,
como hablar con el reflejo del espejo
y no con quien se mira en él.
He construido un jardín para dialogar
allí, codo a codo en la belleza, con la siempre
muda pero activa muerte trabajando el corazón.
Deja el equipaje repetía, ahora que tu cuerpo
atisba las dos orillas, no hay nada, más
que los gestos precisos
dejarse ir para cuidarlo
y ser, el jardín.
Atesora lo que pierdes, decía, esta muerte
hablando en perfecto y distanciado castellano.
Lo que pierdes, mientras tienes, es la sola compañía
que te allega, a la orilla lejana de la muerte.

Ahora la lengua puede desatarse para hablar.
Ella que nunca pudo el escalpelo del horror
provista de herramientas para hacer, maravilloso
de ominoso. Sólo digerible al ojo el terror
si la belleza lo sostiene. Mira el agujero
ciego: los gestos precisos y amorosos sin reflejo
en el espejo frente al cual, la operatoria carece
de sentido.

Tener un jardín, es dejarse tener por él y su
eterno movimiento de partida. Flores, semillas y
plantas mueren para siempre o se renuevan. Hay
poda y hay momentos, en el ocaso dulce de una
tarde de verano, para verlo excediéndose de sí,
mientras la sombra de su caída anuncia
en el macizo fulgor de marzo, o en el dormir
sin sueño del sujeto cuando muere, mientras
la especie que lo contiene no cesa de forjarse.
El jardín exige, a su jardinera verlo morir.
Demanda su mano que recorte y modifique
la tierra desnuda, dada vuelta en los canteros
bajo la noche helada. El jardín mata
y pide ser muerto para ser jardín. Pero hacer
gestos correctos en el lugar errado,
disuelve la ecuación, descubre páramo.
Amor reclamado en diferencia como
cielo azul oscuro contra la pena. Gota
regia de la tormenta en cuyo abrazo llegas
a la orilla más lejana. I wish you
were here amor, pero sos, jardinera y no
jardín. Desenterraste mi corazón de tu cantero.

Si tenéis la ocasión de haceros con él, no lo dudéis, se trata de un libro que alberga una voz original, hermosa e inteligente. Y si no, siempre podréis adquirir alguno de los dos títulos que Visor tiene publicados.

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