Editorial |
Nico Rost. Fuente: Wikipedia. |
He estado tentado de titular esta entrada "La cultura también alarga la vida", pero al final no me he atrevido por respeto a quienes ya hemos perdido por culpa del maldito virus. Lo cierto es que la cultura sí es un formidable medio para resistir este y cualquier otro confinamiento.
Nico Rost fue un holandés que sobrevivió a la brutalidad de los campos de concentración nazis. No fue, afortunadamente, el único, ni mucho menos. Escritor, periodista, activista, era un hombre, sobre todo, de cultura. Y en buena medida fue la cultura la que le salvó, la que le ofreció herramientas para resistir, para poder aguantar hasta el momento de la liberación (28 de abril de 1945).
Que nadie malinterprete mis palabras. No son, en absoluto, situaciones comparables. No voy a cometer la indecencia de comparar la extrema situación de un campo de exterminio nazi con nuestra reclusión en casa. Lo que quiero destacar es que si en aquellas condiciones infrahumanas Rost tuvo la escritura, la palabra, el pensamiento como aliados para sobrevivir, mucho más fácil será para todos nosotros, que disponemos de todos los medios culturales, afrontar con éxito esta cuarentena.
Unas cuantas citas de este magnífico Goethe en Dachau tal vez os convenzan:
Claro que puede ocurrir que caigan más bombas y que las cosas vayan entonces peor, pero ¿acaso es eso motivo para dejar de escribir?(...) ¿Acaso podría, en una hora tan peligrosa como esta, que quizá sea mi última hora, ocuparme de la VIDA de una manera más digna y más intensa? (pp 181-82).
Hablar continuamente de lo mismo, llenarse de información tóxica, lamentarse de forma ininterrumpida, no ver nada más que los aspectos negativos, son formas que socavan el ánimo. Rost se negaba a hablar de tifus, de piojos, de hambre y de frío porque sabía que eso era alimentar la autodestrucción. Podemos realizar multitud de actividades y la cultura nos ofrece miles de recursos. Utilizadlos en todas sus formas. Que no os pueda el desánimo.
Un artículo interesante Jesús.
ResponderEliminarMuchas gracias, Luis.
EliminarUn mensaje de esperanza, y de resistencia. Todo un ejemplo.
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